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Sector financiero

Berlín impone un freno a la compra de deuda pública por los bancos

Vista de una moneda de un euro de grandes dimensiones en una fresadora, durante la Feria Mundial del Comercio para Máquinas-Herramienta (EMO), en Hanover (Alemania).
Vista de una moneda de un euro de grandes dimensiones en una fresadora, durante la Feria Mundial del Comercio para Máquinas-Herramienta (EMO), en Hanover (Alemania).EFE

Alemania ha logrado que se abra camino su plan para frenar la compra de deuda pública por parte de los bancos. Los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) estudiarán este viernes la propuesta. Italia y el resto de países con gran volumen de deuda, entre ellos España, llegan decididos a frenarla, aunque es probable que sólo puedan matizarla o retrasarla.

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, volverá a demostrar mañana y pasado (22 y 23 de marzo) en Amsterdam que sus deseos son ley en el seno de la UE. A pesar de la resistencia de numerosos socios de la zona euro, Schäuble ha logrado impulsar su propuesta para penalizar la compra de deuda pública por parte de los bancos y limitar el volumen de títulos que pueden comprar en sus países de origen.

En países como España, Portugal, Grecia, Italia o Chipre, más del 70% de la deuda pública está en manos de los bancos locales, según los datos de la CE.

El plan alemán conmocionó al resto de ministros la primera vez que fue planteado, por el impacto que tendría tanto en la financiación de las administraciones públicas como en la gestión del riesgo por parte de las entidades bancarias. Pero la iniciativa de Scháuble empieza a concretarse y sobre la mesa del Ecofin que se celebra en la capital holandesa habrá ya un primer documento, al que ha tenido acceso CincoDías, sobre su aplicación efectiva.

El informe, elaborado por la presidencia rotatoria del Ecofin (ocupada este semestre por Holanda), ofrece a los ministros cinco opciones, y tres de ellas van en la línea de Schäuble para castigar o limitar la compra de deuda.

La primera opción, apoyada por el BCE, sería dejar de considerar a la deuda pública como un activo libre de riesgo. El riesgo de los bonos se calibraría y los bancos se verán obligados a provisionar las pérdidas potenciales, una penalización que desanimaría su compra masiva.

La segunda posibilidad apunta a fijar un límite, más o menos estricto, en el volumen de deuda que cada entidad puede comprar.

Y el documento de la presidencia del Ecofin también plantea una combinación de esas dos medidas, con una ponderación del riesgo creciente, en función del volumen adquirido, y una limitación de compra para cada umbral de riesgo.

En todos los casos, los límites podrían ser iguales para la deuda pública de todos los países o en función de la calificación crediticia del emisor, con esta segunda posibilidad especialmente perjudicial para los países con ratings más bajos.

  • En pie de guerra

En la misma línea se encuentran otros países, entre ellos España, aunque con una posición mucho más tímida o pasiva que la de Roma a pesar de que el plan de Berlín también apunta claramente contra ellos. El documento del Ecofin recuerda que, a menudo, los países en dificultades financieras han recurrido a su sector financiero para colocar una deuda pública que ningún otro inversor se atrevía a comprar. Fue el caso de España, por ejemplo, cuando se disparó la prima de riesgo en 2011 y 2012 y el gobierno, según ha reconocido el ministro Luis de Guindos, presionó a las principales entidades del país para que acudiesen a las subastas del Tesoro.

Fuentes comunitarias describen la negociación en ciernes como “muy complicada”. Pero admiten que será muy difícil que Berlín no se salga con la suya, en mayor o menor medida. Por si acaso, Schäuble ha tomado como rehén la creación del Fondo europeo de garantía de depósitos bancarios, una prioridad para países como España o Italia. Y ha advertido que no permitirá su creación mientras no se limite el riesgo soberano de los bancos.

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