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Distribución alimentaria

Mercasa estudia abrir tiendas en el extranjero para impulsar las DO

La empresa pública cumple 50 años de historia Se prepara para redefinir su función con el cambio en la cadena alimentaria

Nave de frutas y hortalizas de Mercamadrid.
Nave de frutas y hortalizas de Mercamadrid.

Medio siglo ha pasado desde que el Gobierno franquista firmara el decreto de creación de la empresa pública Mercasa. Cinco décadas después, la sociedad estatal busca redefinir su función para adecuarla a una nueva realidad en la cadena alimentaria. En este contexto, la compañía prepara un plan de apertura de tiendas en el extranjero para impulsar las exportaciones de las denominaciones de origen españolas. “Es una iniciativa que estamos estudiando, aunque todavía no tenemos una previsión concreta”, afirma Eduardo Amejide, actual presidente de la empresa. La compañía quiere apoyar la llegada de estos alimentos “de calidad”, como el vino, el aceite, el queso, los embutidos o las conservas, a nuevos mercados.

Diseño de Mercabarna en 1969.
Diseño de Mercabarna en 1969.

Pero antes de emprender esta iniciativa, el grupo se prepara para habilitar espacios dentro de sus mercas (Mercamadrid, Mercabarna, Mercasevilla, etc.), que gestiona junto a los respectivos ayuntamientos, para las distintas denominaciones de origen, mejorando la logística y la organización de estas agrupaciones. “Primero tenemos que dotar de esta infraestructura antes de emprender la internacionalización”, asegura Amejide.

Lejana queda la función originaria con la que se fundó Mercasa en los comienzos de la tibia apertura del régimen. Por aquel entonces, la compañía nació con el objetivo de profesionalizar y mejorar la cadena alimentaria en España, evitando los problemas sanitarios y de desabastecimiento.

Ahora, la cadena alimentaria ha cambiado. Las tiendas de alimentación han dejado paso a los grandes grupos de supermercados, que acuden a centrales de compras o directamente a los productores. “Hay que adaptar el modelo al devenir de la sociedad”, aclara el presidente de la empresa, cuya propiedad se reparte un 51% la SEPI y un 49% el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Los principales clientes de la red de mercas son las tiendas especializadas, principalmente la red de 1.300 mercados municipales que gestiona, pero también carnicerías, fruterías, pescaderías, etc. Estos formatos cuentan en España con un peso muy superior al resto de Europa, por la importancia que tienen los productos frescos en la cesta de compra de los españoles.

Inauguración de la ampliación de Mercamadrid en 1983.
Inauguración de la ampliación de Mercamadrid en 1983.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la apuesta de los supermercados por los frescos está recortando el peso de esas tiendas. Pese a ello, Amejide no considera que haya una competencia con las cadenas de supermercados. La función de los mercas ha evolucionado a la par que crecían los grandes distribuidores y por ello han ampliado su función de logística para estos. Además, las mercas están ampliando la presencia de productos no perecederos.

La compañía cerró 2014, último ejercicio con resultados publicados, con una facturación de 23,2 millones de euros, prácticamente la misma cifra que un año antes. A ello se suma un resultado del ejercicio positivo de 8,6 millones, con un aumento del 55% respecto a 2013. Con todo ello, Amejide defiende que Mercasa, tras cumplir medio siglo de historia, todavía tiene por delante un futuro, gracias a los planes de redefinición de su modelo. “Es positivo para la cadena que exista este equilibrio entre lo público y lo privado. Supone complementar a la liberalización del mercado”, concluye.

Una larga historia de esfuerzo por la internacionalización

La labor de Mercasa durante estos años no se ha centrado únicamente en un trabajo de mejora de la cadena alimentaria en España, sino que también ha aportado su granito de arena en otros países. En estos años ha trabajado en más de 40 países de América Latina, África, Europa y Asia.

Esta labor se ha llevado a cabo a través de dos mecanismos distintos: como consultora y como constructora de infraestructuras. En el primero de los casos, la empresa aporta su conocimiento para ayudar a los Gobiernos, especialmente de países en vías de desarrollo, a mejorar la red de la cadena alimentaria, dando consejos para implementar cambios, como hicieran en España al nacer en 1966.

En cuanto a su segunda labor en el exterior, los proyectos de llave en mano, Mercasa se encarga del diseño y la construcción de infraestructuras a imagen y semejanza de la red de mercas que existe en España. Además, aportan la formación para aquellos profesionales que se vayan a encargar de la gestión de estas infraestructuras. “Lo que hacemos es llevar nuestro know how a los países que nos lo solicitan”, argumenta Eduardo Amejide, presidente de Mercasa. Entre los últimos proyectos de este tipo que se han llevado a cabo destacan Panamá y Angola.

De vuelta en España, Mercasa cuenta también con 9 centros comerciales distribuidos por España. Este negocio surgió en los años ochenta, como una manera de ayudar al comercio a llegar a zonas donde la iniciativa privada no alcanzaba. Hoy, esta actividad es ya “residual” en el grupo, en palabras de Amejide. Por ello, al tratarse de una labor algo lejana a la función originaria de Mercasa más ligada a la cadena alimentaria, la empresa estatal no solo no planea ampliar la red sino que estudia la manera de desinvertir en estos activos.

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