Una era de ajustes bancarios que ha transformado a las plantillas
En la crisis se ha prescindido de 83.600 empleados, el 30% del total La rebaja de la edad media complica saldar los nuevos recortes prejubilando
Espoleada por la crisis y tras un enorme crecimiento a lomos de la expansión crediticia, la banca española ha acometido una reestructuración sin precedentes en los últimos años. Procesos de fusión y absorción entre entidades han cimentado una inusitada concentración del sector, que ha visto fuertemente reducida su vasta presencia geográfica y aborda ya un cambio del modelo de oficinas tradicional ante la debilidad del negocio y el empuje de los canales digitales.
Una transformación que también se ha hecho notar en las plantillas tanto en volumen, con una rebaja de 83.600 personas, el 30% del total, como de forma no menos importante en el modelo de empleado que prevalece hoy en la banca.
Un ejemplo claro de semejante evolución puede encontrarse en las filas de Banco Santander. En 1999, cuando se conformó como el gigante que ha terminado siendo tras fusionarse con el Banco Central Hispano, la entidad contaba con cerca de 94.000 trabajadores.
La plantilla estaba compuesta por un 75% de hombres, que tenían una media de edad de 42,9 años y una antigüedad de unos 20 años en la firma. Hoy, la entidad cuenta ya con un total de 185.400 profesionales, de los que el 55% son mujeres mientras que la edad media de los empleados se ha rebajado a 37,7 años y la antigüedad en el banco se ha rebajado a 9,7 años, menos de la mitad que en 1999, según los informes anuales.
Una fortísima transformación, similar a la que se ha producido en el conjunto del sector, que se ha visto acelerada por la crisis financiera. El rejuvenecimiento de los empleados (y el cambio en el porcentaje de mujeres), por ejemplo, tiene mucho que ver con que buena parte del ajuste de plantilla que ya ha acometido el sector se haya realizado mediante procesos de prejubilación de los trabajadores de mayor edad (varones, por norma general).
De hecho, desde CC OO admiten que la edad media del sector ha caído con fuerza por debajo de los 45 años lo que complica que la nueva ronda de ajustes que se abre ahora vuelva a apoyarse en planes de retiro para los empleados más veteranos.
Aunque algunos analistas destacan la juventud de las nuevas plantillas como una fortaleza de cara a la carrera digital en la que ya está sumida la banca, desde los sindicatos también recuerdan que hay que buscar el equilibrio para no perder la experiencia de los años en los procesos de ajuste.
Está por ver qué tipo de empleados se verán afectados por los nuevos procesos de ajuste que arranca ahora el sector financiero, pero está claro que el perfil de los trabajadores de la banca seguirá transformándose a la vez que lo hace el sector.