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Una inversión no apta para cardíacos

Las mineras se convierten en el ‘ave fénix’ de los mercados

Las compañías resurgen de sus cenizas tras una crisis de más de dos años

Las mayores empresas de materias primas

Como el ave fénix, las despreciadas compañías mineras han resurgido de sus cenizas para convertirse en una atractiva opción de inversión. Estas empresas, aún baratas, están empezando a dejar atrás una crisis que las ha golpeado durante prácticamente dos años y muchos analistas señalan que podrían incluso duplicar su precio en el medio plazo.

El mejor reflejo de esta situación es la suiza Glencore que en su mejor momento llegó a superar los 38.000 millones de euros de capitalización bursátil, pero estos se vieron reducidos a 15.000 cuando los precios de los metales tocaron mínimos en febrero. Desde entonces, en apenas dos meses, la compañía se ha revalorizado un 84,68% hasta situar su capitalización rozando los 30.000 millones.

Aún queda un largo recorrido en el sector minero que, de lastre para Europa, se ha convertido en su mejor aliado. En lo que va de año, se anota una subida del 8,5% en el sectorial Stoxx 600 de referencia en Europa, un ascenso todavía más destacable teniendo en cuenta el episodio de corrección que viven los mercados desde diciembre.

Pero no todas las compañías han tenido que soportar un calvario en este último año y medio. Para las mineras especializadas en oro la crisis ha sido prácticamente un camino de rosas. Así lo refleja, por ejemplo, la estadounidense Newmont Mining Corp, que extrae oro de varias regiones del mundo y que desde agosto de 2014 se ha revalorizado en más de un 32% sin pasar por una caída previa. Mucho ha tenido que ver el aumento del precio del metal amarillo que, convertido en valor refugio, se disparó con entrada en escena de las correcciones.

Dentro de los metales básicos, los más castigados, también hay un grupo que ha conseguido salvarse de la quema: las mineras chinas. El cambio de modelo productivo de China, el mayor importador de materias primas, ha sido el causante de la depreciación de los metales. Así, los principales grupos mineros del país, como China Shenheua Energy, han recibido un trato prioritario frente a las empresas foráneas. La mencionada compañía perdió únicamente 4.000 millones en pleno apogeo de la crisis y, a día de hoy prácticamente se ha recuperado y apunta al alza.

La de las materias primas no es, sin embargo, una inversión apta para cardíacos. La elevada volatilidad en la que se encuentran inmersas las mineras ha llevado a compañías como Anglo American a variaciones que frecuentemente superan el 5% al alza o a la baja.

El principal riesgo a la hora de afrontar la inversión pasa por las dudas sobre el crecimiento chino, que se redujeron al conocerse el dato del PIB que confirmaba una desaceleración suave de su economía en lugar de la caída sin frenos que había descontado el mercado. Pese a ello, analistas como Natalia Aguirre, de Renta 4, consideran que aún no se ha dicho la última palabra en este aspecto. A ello se le suma la presentación esporádica de resultados que, tras la dura crisis, arrojan cifras que asustan a los inversores y contagian al resto de compañías sirviendo de caldo de cultivo para sesiones de histeria.

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