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LA cadena elimina barreras auditivas, visuales y sensoriales

Covirán: un supermercado para todos

Covirán crea el primer establecimiento en España certificado en accesibilidad universal

Si María consigue entrar en el supermercado salvando los tres escalones de la entrada, tiene que pedir a algún cliente que le coja el número en la charcutería. El dispensador de turnos está a más altura de lo que alcanza su mano desde la silla de ruedas. Esta actividad tan sencilla, ir a la compra, supone una carrera de obstáculos para los 2,4 millones de personas que tienen en España algún problema de movilidad, según la última encuesta de discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia, elaborada por el INE. La cooperativa de supermercados Covirán cuenta en Granada el primer entorno comercial en España certificado por Aenor en accesibilidad universal.

Las mejoras no se limitan a la superación de barreras arquitectónicas, sino en eliminar todo tipo de barreras (auditivas, visuales o sensoriales), entendiendo el concepto de accesibilidad de forma amplia e integral. “Nuestro compromiso con la sociedad, nos exige situar la accesibilidad universal entre nuestras prioridades para que todos disfruten de los servicios que ofrecemos”, asegura Luis Osuna, directivo de la compañía. La accesibilidad no se limita solo en el punto de venta sino al entorno comercial (zonas deportivas, restaurantes y aparcamientos). Esta adaptación, sostienen, tienen que considerarse una inversión, no un coste. El gasto no es significativo si en el desarrollo de nuevos proyectos se tiene en cuenta. “Los costes son mínimos y los beneficios máximos”, afirman.

No todo es cuestión de dinero. Muchos de los elementos requieren, más que desembolso económico, una mayor sensibilidad empresarial. Los lectores de precios, por ejemplo, pueden situarse sin problema a una altura menor a la habitual y ser accesibles a clientes en sillas de ruedas. Las modificaciones para que todos puedan transitar con comodidad para hacer la compra son infinitas con respecto a un supermercado estándar. El cliente se encuentra, nada más llegar, con una área de recepción con una parte del mostrador rebajado. También un bucle magnético para mejorar la señal auditiva de usuarios con audífono e implantes cocleares.

La información es clave. Los itinerarios accesibles están identificados en todos los puntos de entrada. En la entrada existe una zona, denominada “te ayudo”, donde se puede solicitar el servicio de asistencia en compra (Asiste). Los clientes con alguna limitación o que cuenten con una dificultad puntual (como por ejemplo, no poder realizar ciertas acciones de alcance agarre o transporte de productos) tiene la opción de contar con un asistente para ayudarlo durante la compra. La formación, reconocen, es clave por lo que todo su personal del centro está cualificado para tratar con cualquier tipo de clientes. “Las barreras físicas se pueden suplir en muchos casos por una atención especializada y correcta”, defienden.

El centro ofrece carritos adaptados a sillas de ruedas o una caja preferente que cuenta con un novedoso elevador portacesta. “Antes hacía la compra pidiéndole al resto de clientes ayuda, pero, por ejemplo, no podía vaciar el carro en la caja”, cuenta Marta Castillo, de estatura baja y presidenta de Fegradi, la federación granadina de personas con discapacidad. Los espacios de giro y maniobra son tenidos en cuenta para garantizar la movilidad. La anchura de los pasillos entre estanterías son mayores de lo habitual. Los verificadores de precio y los dispensadores de turnos se sitúan a una altura de 1,20 metros con el fin de facilitar su acceso. Las etiquetas que informan del precio presentan un contraste cromático suficiente para personas con problemas de visión. El supermercado dedica también parte de su espacio a “zonas de descanso” destinada a personas mayores que requieran descansar durante la compra.

Una inversión rentable

El objetivo de Covirán, con una clara vocación social desde su constitución, es que estas medidas vayan progresivamente incorporándose a los 3.245 supermercados que registran sus asociados en casi todo el territorio nacional. “Estamos desarrollando políticas específicas de sensibilización y adaptación”, aseguran. La idea es que, en poco tiempo, cualquier persona, independientemente de su condición, pueda realizar la compra en sus establecimientos de manera completamente autónoma.

Los resultados de las encuestas de satisfacción arrojan datos muy positivos. El 84% de los clientes recomiendan el centro, valorando, sobre todo, la atención al cliente (9,5 sobre 10), y su disponibilidad y cercanía. Estos datos permiten demostrar, según la empresa, que el proyecto es rentable económicamente.

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