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La farmacéutica y química alemana bate su récord de ingresos

Los nuevos materiales relanzan a la centenaria Merck

Alfonso Simón Ruiz

La farmacéutica Merck está viviendo en los últimos meses una transformación que está cambiando la procedencia de sus ingresos. En 2018, la compañía cumplirá 350 años, pero otros muchos negocios se suman al de la primera farmacia con la que la familia Merck empezó en Darmstadt en 1668. Los últimos resultados vienen precisamente impulsados por las nuevas divisiones, tras la compra en 2014 de la estadounidense Sigma-Aldrich, y gracias a materiales de alto rendimiento.

La empresa facturó 12.800 millones en 2015, un 13% más que en el pasado ejercicio, lo que supuso su récord histórico. No fue ni el tradicional negocio farmacéutico ni el de la química clásica los que impulsaron los mayores crecimientos. “Somos una compañía de investigación científica, no solo farmacéutica y química”, ha remarcado Karl-Ludwing Kley, presidente de Merck, en la presentación de los resultados ante la prensa. Respecto al beneficio neto, sin embargo, se redujo un 3,7%, hasta los 1.100 millones, debido a los gastos derivados de la adquisición de Sigma y al mayor coste de la financiación para sufragar la transacción.

La producción de nuevos materiales de Merck, como el cristal líquido y los diodos para las pantallas de diferentes dispositivos, se ha visto beneficiada por el impulso de la demanda de los fabricantes de teléfonos y televisiones inteligentes. La división de materiales de alto rendimiento, que también incluye la nanotecnología y materiales para circuitos integrados, creció un 24%, hasta 2.600 millones. “El emergente negocio del material OLED (diodo orgánico de emisión de luz) mostró particularmente un desarrollo muy dinámico”, ha dicho la empresa. El otro gran motor del crecimiento fue el área de ciencias de la vida, donde se enmarca el negocio de la empresa Sigma, adquirida por 13.250 millones. Las ventas de esta división crecieron un 25,1%, hasta 3.400 millones, con productos y servicios destinados a laboratorios e investigadores.

Aun así, el negocio biofarmacéutico continúa siendo el más importante en tamaño para Merck, pues permite unos ingresos de 6.600 millones, más del 50% de la facturación. Sin embargo, la falta de nuevos fármacos de la casa alemana en el mercado, hace limitar el crecimiento de esta actividad en un 4,7% en el último año, fundamentalmente impulsada gracias a Asia.

En la compañía se espera que en 2017 se lancen al fin dos nuevos medicamentos, uno en el área de inmunoncología (para el que mantiene una alianza de desarrollo con Pfizer) y otro como terapia oral frente a la esclerosis múltiple.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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