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Todavía están en fase de desarrollo

¿Llegará mayor autonomía a los teléfonos a corto plazo? Tres tecnologías demuestran que sí

Iván Martín Barbero

Uno de los apartados más importantes que existen en los dispositivos móviles es el de la autonomía. Si este no es adecuado, la experiencia de uso que se tiene del terminal en cuestión no es precisamente buena. Pero, lo cierto, es que los avances que se han conseguido no son precisamente muy grandes en los últimos años.

Tanto es así, que lo que ha mejorado realmente es el tiempo de recarga de las baterías actuales, no las posibilidades que estas ofrecen a la hora de permitir un tiempo de uso mayor (a esto se añade una optimización de la energía que los componentes necesitan para funcionar). El caso, es que el resultado es que se dan pasos, pero insuficientes para que exista un salto cualitativo importante y que sea muy perceptible para los usuarios.

Pero hay desarrollos que pueden cambiar esto de forma radical, y que tiene visos de ser efectivos y eficientes. Es decir, que conseguirán aumentar la autonomía de los dispositivos móviles -ya sea un teléfono o un accesorios wearable-, y que no tendrán problemas de estabilidad (este punto no es tenido muy en cuenta por muchos, y no es precisamente menor).

Las tecnologías con más posibilidades

Son varias en las que se están trabajando, pero nosotros hemos elegido las tres que mejor están desarrollando y que ofrecen unos avances más significativos. Lo cierto, es que si cualquiera de ellas llega a buen puerto, lo normal es que se de un vuelco a la situación actual de estancamiento que se vive en lo referente a la autonomía de los terminales móviles.

Celdas de hidrógeno

Desde hace mucho tiempo se viene trabajando en conseguir avanzar en esta opción, pero últimamente se han dado pasos importantes. Se basa en la reacción entre el hidrógeno y el oxígeno, que es lo que genera la energía.

El caso es que se han desarrollado ya algunos prototipos que ofrecen unas dimensiones adecuadas para los dispositivos móviles, como por ejemplo el creado por Intelligent Energy. Se ha pasado la fase de insensibilidad plena, por lo que se va por buen camino, pero el mayor problema que tiene es el de la recarga que no es posible (se funcionaría con cartuchos intercambiables que durarían una semana).

Ánodos de litio puro

Un trabajo de la Universidad de Standford, que han trabajado en optimizar las baterías que actualmente se utilizan pasado de los iones de litio a los ánodos (puros) de este mismo componente. Las ventajas son dos: la descarga es más lenta proporcionado la misma energía y, la segunda, es que todo esto se consigue sin que existen problemas de temperatura.

Se estima que la autonomía que ofrecen estas baterías, que no están lejos de entrar en fase de producción inicial, multiplicaría por tres la que ofrecen las actuales. Por lo tanto, hablamos de una ganancia realmente importante sin un aumento de costes elevado.

RF-DC Covertors

Esta opción final es interesante, ya que se podría aplicar con too tipo de baterías si el trabajo llega a buen puerto. Lo que se busca es conseguir recargar estos componentes aprovechado las ondas de radiofrecuencia (incluyendo adaptadores y chips para ello). Así, tanto la conectividad WiFi como la Bluetooth serían una fuente de alimentación para los teléfonos y otros dispositivos móviles.

La carga sería lenta, como es lógico pensar, pero como accesorio podría ser una opción simplemente espectacular. Desarrollado pro la Universidad de Ohio State, ya se han hecho pruebas con terminales Android reales, y las expectativas son excelentes.

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