Un nuevo crédito pone en riesgo la estabilidad de Pescanova
Los nervios en el entorno de Pescanova vuelven a estar a flor de piel. Los antiguos propietarios de la compañía, que actualmente poseen el 20% de Nueva Pescanova la sociedad controlada por la banca acreedora, ha emitido un hecho relevante a la CNMV en el que comunica la activación de un crédito supersenior de 125 millones a un 15% de intereses.
Los representantes de los antiguos propietarios de la pesquera, que se vio inmersa en un concurso de acreedores después de que reflotase una deuda impagable por parte de la compañía, alertan de los riesgos de esta línea de crédito, emitida por Jacobo González Robatto, administrador único de Nueva Pescanova y presidente de la misma, puede dejar a 0 el patrimonio de la empresa.
Este crédito estaba contemplado en el convenio de acreedores que se firmó y se aprobó judicialmente en 2014. Sin embargo, fuentes de la antigua Pescanova señalan que las condiciones de este crédito se distancian mucho de las que venían gozando en los últimos meses. Según explican, cada mes se contaba con 100 millones de euros a un 5%, aportados por la propia banca acreedora.
Critican estas mismas fuentes que este nuevo crédito fue firmado en diciembre, justo un mes después de la culminación de la toma de control por parte de los acreedores, que copan el 80% de las acciones de Nueva Pescanova. Este crédito incluye, según explicó Nueva Pescanova en su web, un crédito adicional de 300 millones a 30 años con un interés del 1%. Los accionistas de la vieja Pescanova consideran por tanto que el coste total del crédito se eleva a 425 millones más los intereses.
Tal es el desencanto que corre entre los 9.000 accionistas de la antigua Pescanova, que estánm estudiando las posibilidades de presentar acciones legales contra la decisión de González Robatto, nombrado a propuesta del Banco Popular, ya que consideran que tendría que haberse llevado al consejo de administración de Nueva Pescanova, que hasta el 25 de este mes no se constituye.
Ante esta situación, Pescanova ha detallado que "solicitará información adicional sobre este crédito a los órganos de gobierno de la nueva sociedad y las razones que han determinado su activación con el objeto de poder hacer una valoración más precisa de su impacto y consecuencias sobre Nueva Pescanova, que celebrará junta de accionistas el próximo 25 de febrero.
El pasado 29 de enero de 2016, Pescanova hizo público el informe semestral correspondiente al segundo semestre del ejercicio 2015 cerrado el 30 de noviembre, en el que se valoraba el patrimonio de Nueva Pescanova en 70 millones de euros aproximadamente. No se incluyó entonces la aportación de cerca de otros 40 millones de euros que procederían de la venta de la filial Argentina.
La antigua sociedad ya advirtió que el uso del crédito 'supersenior' contemplado por parte de los acreedores en el convenio de las filiales tendría efectos negativos sobre Nueva Pescanova: reduciría con carácter inmediato el patrimonio de la nueva sociedad, ya que de acuerdo con las normas contables habría que reconocer como un pasivo todo el coste de los intereses y comisiones en exceso de los de mercado, y el pago de los intereses supondría una pérdida adicional de liquidez para el grupo.
Por su lado, fuentes de Nueva Pescanova se remiten a los acuerdos del convenio de acreedores firmado en 2014 y en el que se contemplaba este crédito. Entienden que era un "compromiso firme" que "no se podía soslayar". A lo que añaden que "no se hace sino dar cumplimiento a lo establecido en el convenio".
La compañía considera además que era un "requisito imprescindible" para hacer viable la financiación de Pescanova. En concreto, señalan que la emisión del crédito coincidía con un vencimiento de deuda de 85 millones. Por ello, ya se ha dispuesto de 83 millones de euros de los 125 millones que contemplan el crédito supersenior. "Buscamos las alternativas que permitan a Nueva Pescanova beneficiarse de las mejores condiciones de financiación disponibles en el mercado", concluyen.
Temor a una ampliación de capital
Los accionistas de la antigua Pescanova alertaron en la presentación de resultados hace unos días del riesgo de que se acometiera este crédito supersenior que supusiera, según ellos, dejar el patrimonio de Nueva Pescanova a cero. Junto a ello lanzaron otra alerta, la posibilidad de que la banca acreedora acometiera una ampliación de capital que diluyera la participación de los antiguos accionistas de Pescanova.
Estos accionistas han estado especialmente interesados en la salida a Bolsa del grupo, después de que dejara de cotizar con el concurso de acreedores. Con esta operación, buscarían recuperar la propiedad del grupo, ahora en manos de la banca.
Pescanova solicitó a finales de año a la CNMV su vuelta a cotizar. El regulador de los mercados solicitó entonces que para ello tenían que presentar las cuentas auditadas de la vieja Pescanova, algo que se produjo hace unos días, así como las cuentas auditadas de la Nueva Pescanova, algo que tiene que hacerse efectivo antes del 31 de marzo.