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Perdió 83,9 millones en 2014

Inmobiliaria Chamartín se declara en concurso

La empresa de la familia Cutillas llegó a tener una deuda de 1.800 millones y tiene presencia en Portugal y Alemania

Inmobiliaria Chamartín se ha declarado en concurso voluntario de acreedores, según apareció publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

En el edicto se explica que la empresa mantiene las facultades de administración y de disposición de su patrimonio, pero sometidas a la intervención de la administración concursal, tras presentarlo el pasado diciembre. Según las últimas cuentas presentadas en el registro, la inmobiliaria tuvo un resultado negativo de 83,9 millones de euros en 2014 y de 35 millones en 2013.

El ejercicio de 2014 también lo cerró con un fondo de maniobra (activos a corto plazo al que se le resta el pasivo) negativo por valor de 547 millones.

A partir de ahora, los acreedores deberán poner en conocimiento de la administración concursal designada la existencia de sus créditos en la forma que establece la ley. El plazo de esta comunicación es el de un mes a contar desde hoy.

Inmobiliaria Chamartín, que integró durante los primeros años de la crisis el lobby de las grandes inmobiliarias conocido como G-14, estaba incluida en la lista de morosos que publicó el pasado 23 de diciembre la Agencia Tributaria, con una deuda de 20,5 millones.

La empresa participada por la familia Cutillas llegó a tener una deuda cercaba a los 1.800 millones durante la crisis. En España, su actividad ha estado fundamentalmente centrada en el negocio residencial en Madrid y, por tanto, afectada por la crisis que ha atravesado el sector.

La compañía fue creada en la década de los años cincuenta, está presidida actualmente por Carlos Javier Cutillas, y se dedica a la construcción residencial, centros comerciales y oficinas.

Fuera de las fronteras españolas, Inmobiliaria Chamartín también tiene presencia en Portugal y Alemania. En el país luso logró refinanciar en abril de 2013 hasta 1.000 millones de deuda que tenía contraída con un conjunto de entidades financieras.

De esta forma, la empresa se convirtió en la primera inmobiliaria que refinancia toda su deuda de una sola vez en Portugal. En virtud del acuerdo, se aplazó el vencimiento de este pasivo en cinco años.

Previamente, Chamartín había comprado la portuguesa Amorim Inmobiliaria en 2006, en el marco de un plan de expansión que comprendía la apertura de otros treinta nuevos centros comerciales en países de Europa en un horizonte de cinco años.

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