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Las firmas públicas sellan la mejora más pronunciada en los últimos años

Las agencias de rating dan un aprobado justo a la empresa española

Para las agencias de rating internacionales las empresas españolas logran un 5,06

Clasificación crediticia de las empresas españolas
Carlos Cortinas
Juande Portillo

Un aprobado raspado. Esa es, de media, la nota con la que los inversores internacionales conocen a las empresas españolas. En concreto, simplificando en una escala clásica del 0 al 10 las calificaciones crediticias de las agencias de calificación de riesgo, que van de D (0) a AAA (10), las empresas españolas obtendrían una nota media equivalente a un 5,06.

Un BBB-, en realidad, justo un escalón por encima del grado especulativo de inversión, el llamado bono basura o BB+. Así lo estima un reciente informe de Bravo Capital, firma dedicada al préstamo directo a empresas, que analiza la calificación crediticia y el acceso al crédito de las compañías españolas.

El estudio se basa en la valoración de 12.398 empresas españolas, con una facturación agregada en 2014 de 1,5 billones de euros, el equivalente al 143% del PIB nacional, compara los datos recopilados desde 2012. La conclusión es que desde entonces, cuando la nota se situaba en el 4,94, la calificación de las empresas españolas ha mejorado ligeramente, pero oscilando ya claramente hacia el aprobado.

La clave, explican en Bravo Capital, radica, fundamentalmente, en el proceso de desendeudamiento al que, a menudo obligadas por la sequía crediticia impuesta por la banca, se han sometido las empresas, así como por su crecimiento y expansión internacional.

Dentro de esta progresiva mejoría general, sin embargo, hay fuertes diferencias. “El sector que realmente ha hecho bien sus deberes y, por lo tanto, lo ha hecho mejor en estos tres años analizados, ha sido el de administración pública, defensa y Seguridad Social”, destaca el informe. Este sector, detalla el documento, engloba compañías públicas como Aena o Adif, empresas de gestión ambiental o institutos tecnológicos y de infraestructuras, entre otros.

El tamaño importa en rating y crédito

“Aun con los datos a nuestro favor, sigue siendo complicado acceder a crédito bancario, y desde el Fondo Monetario Internacional siguen insistiendo en lo necesario que es reducir las trabas al crecimiento de las pymes”, advierte el informe de Bravo Capital sobre cómo la leve mejora en la calificación crediticia de las empresas españolas tampoco supone una enorme diferencia a la hora de lograr mayor financiación. El asunto es especialmente notable en las medianas y pequeñas empresas que ya de por sí tienen más dificultades para lograr una buena nota por parte de las agencias de rating.

Así, las empresas con una facturación anual inferior a ocho millones de euros, que son la inmensa mayoría de las españolas, tienen una calificación media de 4,22. Aquellas medianas, de entre 8 y 80 millones, cuentan con un 5,07, y las de más de 80 millones alcanzan el 5,09.

Desde Bravo Capital asumen que la mejora de la prima de riesgo española, que en los últimos tres años ha descendido desde los 638 puntos básicos que se alcanzaron en 2012 en el punto de mayor tensión soberana europea, hasta el entorno actual de los 100 puntos básicos, ha ayudado a impulsar especialmente a las firmas públicas.

Hay que tener en cuenta que después del descalabro que sufrió España, que necesitó de un rescate para la banca y a punto estuvo de solicitar asistencia para el país entero, las tres grandes agencias de calificación de riesgo han venido mejorando la nota en paralelo a la mejora de los datos macroeconómicos y la reducción del déficit.

Así, el pasado octubre, Standard & Poor’s incrementó el rating de España a BBB+, con perspectiva estable, lo que situaría su nota ligeramente por debajo del 7. Moody’s, por su parte, mantiene el rating de España en el aprobado raspado de Baa2, con perspectiva positiva, y Fitch lo aumentó en abril a BBB+, con perspectiva estable, lo que también supondría casi un 7.

Gracias a ello, “y a sus propios méritos”, añaden los autores del informe, las empresas públicas pasan de lograr una puntuación de 4,20 en 2012 a 5,35 en 2014. Semejante salto las sitúa en segunda posición del ranking actual por calificación crediticia, solo por detrás del sector de agricultura, ganadería y pesca, cuya nota es un 5,80.

Del lado contrario, el sector de la construcción sigue situado en la última posición, aunque en el último año ha frenado la caída y ha comenzado a mejorar su rating. A cierre de 2014 la nota media del sector se situaba en el 3,98.

Por encima de este ramo se encuentra agua y saneamiento, con una nota de 4,86, y suministro, energía y gas, que cerró el pasado ejercicio con una calificación media de 4,87. Un suspenso que se produjo debido a la rebaja del precio del crudo, que ha persistido en 2015 hasta alcanzar mínimos en seis años.

En términos generales, el 54% de las empresas españolas se sitúa en el rango inmediatamente superior al aprobado, logrando entre un 5 y un 6,9 de nota. Un 28,1% más se encontraría suspenso, inmerso en la marca del bono basura o por debajo, mientras que el 17,32% restante obtendría aprobado o sobresaliente.

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