Grupo San José, superando la tormenta
La empresa constructora de origen gallego Grupo San José ha logrado escapar de la situación crítica en la que se encontraba hace solo unos meses gracias a la solución dada a la filial San José Desarrollos Inmobiliarios, que representaba el grueso de la deuda corporativa y contaba con unos activos de baja calidad. Gracias al acuerdo con los acreedores, que capitalizaron la deuda y posteriormente vendieron el negocio promotor a un fondo de capital riesgo, la deuda financiera neta de la constructora se redujo drásticamente, pasando de 1.654,98 millones al cierre de 2013 a 346,49 millones de euros en 2014. Al término del tercer trimestre de este año, la deuda financiera neta había vuelto a bajar, hasta 212,2 millones de euros. Este cambio radical de situación ha llevado al equipo de rating de Axesor a mejorar la calificación de Grupo San José, que ha pasado de tener un rating de C con tendencia negativa a CC con tendencia estable.
A pesar de que la compañía ha dejado de estar contra las cuerdas, volviendo a obtener beneficios y reduciendo el nivel de deuda de forma significativa, los niveles de autonomía financiera son todavía muy reducidos. El patrimonio neto de la compañía era negativo a finales de 2014, debido básicamente a la acumulación de resultados negativos en los ejercicios anteriores. Sin embargo, la constructora no se encuentra en situación de desequilibrio patrimonial (recogida en el artículo 327 de la Ley de Sociedades de Capital) gracias a un crédito participativo otorgado por la banca acreedora por importe de 100 millones de euros y que computa como fondos propios, alejando el fantasma de la disolución. Es decir, a pesar del fuerte desapalancamiento la estructura financiera permanece desequilibrada.
Anticipamos un progreso paulatino, debido a la obtención de beneficios, que ya han derivado en una mejora sustancial de los indicadores de liquidez a corto plazo. En este sentido, la cuenta de resultados del tercer trimestre apuntala esta dinámica: factura más, obtiene mayores márgenes operativos y el resultado de los nueve primeros meses es positivo.
El foco de los problemas del Grupo San José radica en una operación que tuvo lugar en 2006, cuando adquirió la promotora inmobiliaria Parquesol por 917 millones de euros y que supuso una prima superior al 20% sobre el precio al que cotizaba Parquesol por aquel entonces. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el consecuente deterioro de los activos llegaron a poner en jaque a la constructora, ante las abultadas pérdidas ocasionadas y el ingente nivel de deuda generado como resultado de aquella operación. Otras acciones de diversificación (la construcción aún representa más del 80% del negocio), como la apuesta por el sector energético, tampoco obtuvieron el resultado esperado, dada la concentración geográfica en el mercado doméstico.
Pero ahora el panorama es diferente. Si bien las ventas en España aún representan más del 40% de la facturación, los trabajos realizados en la India y en Emiratos Árabes evidencian la trayectoria positiva de la progresiva internacionalización de la compañía. Los márgenes se están viendo fortalecidos, no solo en la construcción, sino también en concesiones, que recoge una fuerte mejora sobre todo gracias al inicio de la fase concesional y puesta en servicio definitiva de dos hospitales adjudicados en Santiago de Chile. Una buena noticia, máxime después de que el Gobierno de ese país decidiera anular hace poco una concesión de 35 años, valorada en 900 millones, para la construcción y explotación de una autopista. En definitiva, la mayor facturación, la reestructuración financiera y la salida del perímetro de consolidación del negocio inmobiliario han mejorado el perfil de la compañía, alejándola del riesgo de entrar en concurso.