Orange ataca: la oferta mayorista de fibra debe llegar antes
Pide al regulador favorezca la coinversión entre operadoras
Orange ha pasado al ataque en la polémica sobre la regulación de los mercados de banda ancha fija, cuyo borrador ha sido aprobado por la CNMC. La operadora, que en términos generales respalda el proyecto del regulador, ha afirmado este miércoles que los 18 meses de plazo para la implantación de la nueva oferta mayorista a nivel local (VULA) es excesivo e innecesario.
En un encuentro informativo, Julio Gómez, responsable de Regulación de Orange España, indicó que en las zonas menos competitivas, aquellas donde no se justifica el despliegue de tres redes, se debe garantizar que Telefónica no se convierta en el único prestador de servicios. La compañía defiende que VULA viene a solucionar esta cuestión, y de no ser así, penalizaría a la competencia en esas otras zonas. "Es algo que ya existe en otros mercados europeos como Francia", señaló Gómez.
De igual forma, el ejecutivo afirmó que los 18 meses para poner en marcha el test de replicabilidad económica de las ofertas de Telefónica es también excesivo. Gómez ha recordado que el nuevo test incorpora el coste de los contenidos y del tráfico de la TV, pero ha advertido que se retrasa la implantación de esta mejora hasta un año y medio después de la efectiva aprobación de la nueva regulación.
El responsable de Orange ha indicado que frente a estos tiempos de entrada en vigor de estas medidas regulatorias, se reduce el tiempo disponible para que los operadores que invierten en redes puedan cubrir las ciudades que serán desreguladas. "Esto supone un riesgo de expulsión de los competidores de zonas a las que no puedan llegar con el despliegue de fibra", dijo el directivo, quien añadió que los plazos que establece la regulación favorecen a Telefónica.
Al mismo tiempo, Gómez ha advertido de que la oferta mayorista (NEBA) se mantendrá solo seis meses desde la aprobación efectiva de esta legislación y seguirá limitada a 30 MB. Según el ejecutivo, esta situación supone que solo hay seis meses para completar el despliegue de fibra en ciudades donde la implantación actual de esta tecnología puede estar entre el 20% y el 30% de los hogares. "Es ese plazo es imposible que los operadores consigan la totalidad del despliegue por lo que se convertirán en zonas de cuasi monopolio si no de monopolio completo", afirmó.
A su vez, Gómez reiteró que el borrador de la CNMC no desincentiva la inversión, pero debería profundizar más en la coinversión. El directivo explicó que la desregulación de 34 ciudades (podrían llegar a 50 en la próxima revisión del regulador) exige que los operadores interesados en poder ofrecer servicio de fibra tengan que cubrir con su propia red la totalidad de estas localidades en un plazo corto.
El ejecutivo recordó que la CNMC ha suprimido todas las medidas sobre verticales, que es actualmente uno de los frenos económicos y en términos de tiempos al despliegue.
La compañía volvió a defender el borrador de la autoridad reguladora, ha insistido en que mantiene sus planes para alcanzar los 10 millones de hogares cubiertos con su red de fibra óptica en 2016 y los 14 millones en 2020, con una inversión acumula de hasta 1.700 millones de euros.
El proceso de aprobación está en marcha. La CNMC envió hace dos semanas el borrador a la Comisión Europea así como a los ministerios de Industria y Economía, que tienen un plazo legal de un mes para pronunciarse. De esta forma, tendrían todavía cerca de 15 días para emitir su opinión.
Bruselas podría dar el visto bueno o bien decidir un análisis en profundidad, para lo que tendría un plazo de hasta tres meses.
De pronunciarse en tiempo todas estas instancias, la regulación podría aprobarse en enero.