El sector del lujo reclama la tasa turística para Madrid
El futuro de España pasa por renovar el perfil del turista y apostar por aquel que viaja por el mundo para vivir experiencias, incluida la de las compras. Para ello es necesario tomar una serie de medidas, tal y como apuntó Hilario Alfaro, presidente de Madrid Foro Empresarial, entre ellas, mejorar las conexiones con España, implantar, sobre todo en Madrid, una tasa turística, como hacen ya en otras ciudades, como Barcelona, que recauda 20 millones de euros por este concepto, o Palma de Mallorca, así como mejorar el sistema de visados. “No hay un plan estratégico, hay otras ciudades que corren y avanzan, pero Madrid, según la revista The Economist, es la segunda más apetecible para ir de compras, debido al horario comercial, por el clima y la gastronomía, y no lo aprovecha”, señaló este empresario del grupo Alfaro, que insistió en que nadie deja de ir a otras ciudades por no pagar dos euros de tasa turística.
El turismo de compras es un filón en otras ciudades europeas, como Munich o Viena, que están aprovechando el interés de los ciudadanos asiáticos por viajar al viejo continente en busca de productos de lujo. En España debería entenderse este tipo de turismo de manera global. Así lo cree el director de marketing internacional y turismo de El Corte Inglés, Javier Fernández Andrino, que aseguró en una jornada sobre este asunto y sobre las experiencias en el punto de venta, organizada en Deusto Business School, que debe ser una competencia global, “que afecta al comercio, al transporte, a la banca, a los hoteles, a todos los sectores, porque debe ser sostenible y de calidad”.
Los vendedores
Quien vende una crema de la firma suiza La Praire debe recibir formación. Es la clave para cuidar al cliente y que la experiencia de compra sea totalmente satisfactoria. Así lo señaló Alejandro Iraberri , director general en España de la empresa de cosmética, porque para vender, “se necesita tener personal motivado, cualificado, con idiomas. No se debe sacrificar lo que se invierte en los empleados”, añadió.
A ello también se refirió el director general de Deusto Business School, Luc Theis, que agregó que España debe apostar por un turismo de experiencias, diferente al de sol y playa.
Es por ello que los comerciantes, sobre todo los de la denominada milla de oro madrileña, defienden y reclaman una serie de medidas por parte de la administración, que ayuden a transformar la ciudad, con el fin de que sea un destino turístico, “sobre todo de experiencias”, explicó Carlos Delso, director general de la joyería Suárez. “Los tenderos tenemos la necesidad de estar siempre abiertos, en Madrid es posible, pero en Barcelona, no. Además, la administración tiene que hacer posible que aumenten las conexiones aéreas con ciudades como Shanghai o Hong Kong, ya que de Asia nos llegan turistas después de haber pasado por otras ciudades, donde ya han realizado compras”, prosiguió Delso. También defendió la tasa turística el director del Sha Welness Clinic, Alejandro Bataller, pero señaló que debe ir acompañada de una estrategia. “España, en el exterior, tiene una imagen de sol y playa, y debemos cambiarla por otra que apueste por el lujo, pero para ello necesitamos que se entienda lo que queremos ser y definir cómo lo vamos a lograr”, señaló este ejecutivo.
La portavoz de Chanel, Marta Clau, aseguró que no es necesario referirse a otras grandes ciudades del mundo, como Londres, París o Nueva York, “comparémonos con Barcelona, donde tienen congresos, como Mobile World Congress, que aportan dinero a la ciudad, necesitamos que haya grandes ferias internacionales en Madrid, y que los agentes de aduanas no se conviertan en jueces de nuestros clientes cuando tienen que devolverles el IVA”.
Por su parte, la directora general de Comercio y consumo de la Comunidad de Madrid, María José Pérez-Cejuela, señaló que en la capital se celebran 85 ferias internacionales, siendo una plaza ferial de primer nivel. Destacó además la voluntad de la administración de invertir, “para ello hay presupuesto”, para que Madrid sea un destino turístico “siete estrellas”, además de impulsar un plan de formación superior para el comercio de la región, sobre todo en idiomas, como el chino.