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Probamos el Frecciarossa 1000

A bordo del tren (en teoría) más rápido de Europa

Desde el verano domina la alta velocidad en Italia, algo que quiere repetir en España.

El Frecciarossa 1000, esperando en el andén de la estación de Termini, en Roma
El Frecciarossa 1000, esperando en el andén de la estación de Termini, en Roma
Javier García Ropero

Apenas quedan diez minutos para las 13.00 horas, en uno de los múltiples andenes que llevan y traen viajeros a la estación de Termini, en pleno corazón de Roma. Allí espera, recibiendo los últimos retoques de un trabajador que limpia su frontal, el Frecciarossa 1000, el tren más moderno de la alta velocidad italiana. Construido por Bombardier y AnsaldoBreda, desde julio de este año une las dos principales ciudades del país en menos de tres horas, en aquellos trayectos en los que no hay paradas intermedias.

Un asiento de la clase ejecutiva
Un asiento de la clase ejecutiva

Los viajeros que montan por primera vez en él son fácilmente identificables. Una decena aprovechan los últimos minutos antes de que parta el tren para hacerle más de una fotografía. Y es que el Frecciarossa es fotogénico. Sus líneas afiladas, su construcción robusta y, sobre todo, su color rojo Ferrari lo diferencian de todos los demás convoyes de la estación. Algo normal, ya que la construcción de uno de estos trenes de última generación ronda los 30 millones de euros.

Una vez en el interior, se comprueba que los fabricantes han puesto todos los recursos a su alcance para diferenciar su producto. Los asientos, en las cuatro categorías en las que están configurados los ocho vagones, destacan por su comodidad y por tener un enchufe listo para recargar el smartphone. El wifi es gratuito, pero requiere un registro previo con un número de teléfono italiano.

El tren sale puntual de Termini y pronto alcanza los 250 kilómetros por hora. De esta velocidad no puede exceder entre Roma y Florencia, casi medio trayecto, debido a la configuración de la vía, lo que ralentiza el ritmo de un tren que está preparado para llegar a los 360 km/h. Entre Florencia y Milán, el convoy acelera hasta 300 km/h, mientras en el interior, salvo alguna incómoda vibración puntual, el viaje transcurre con comodidad. Durante el mismo, se sirve el almuerzo en las categorías premium, business y executive. Y, pese al gran confort y los cuidados acabados del tren, este confirma la regla:transporte y comida siguen reñidos.

Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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