La innovación, clave para el cambio de modelo
España tiene uno de los mejores marcos de incentivos fiscales a la I+D+i Se estima que en dos años todos los centros educativos cuenten con banda ancha
Existe un cambio en el modelo productivo de la economía española. El sector de la construcción pierde peso a favor de las exportaciones y las pequeñas y medianas empresas españolas se financian en las mismas condiciones que las alemanas”. Son palabras del secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Íñigo Fernández de Mesa, quien opina también que la innovación es uno de los pilares sobre los que se sustenta esta transformación. Así lo aseguró el miércoles durante su intervención en la ceremonia de entrega de la octava edición de los Premios CincoDías a la Innovación Empresarial, que un año más contaron con el patrocinio de La Caixa y Repsol.
Ferrovial se impuso en esta ocasión como la compañía con el mejor proyecto de responsabilidad social corporativa, gracias al desarrollo de infraestructuras para facilitar el acceso a una necesidad básica como es el agua potable en distintas zonas de África y América Latina.
La compañía valenciana Sistemas Genómicos, por su parte, fue reconocida en la categoría de nuevas tecnologías de la mano de GeneProfile y GeneSGKit, capaces de diagnosticar con precisión y de manera poco costosa enfermedades hasta entonces difícilmente detectables.
Y fue una spin-off de la Universidad de La Coruña, Torusware, la que consiguió el galardón que distingue la acción más innovadora ligada al mundo universitario gracias a su desarrollo de una tecnología que permite una navegación más rápida por internet. Estos premios, nacidos en 2008 para celebrar los 30 años del diario decano de la información económica, han distinguido desde su creación a 24 compañías comprometidas con la promoción de la I+D+i. Todas ellas forman parte de un tejido empresarial que, pese a las turbulencias que ha atravesado la economía en los últimos años, sigue esforzándose en sacar al mercado productos y servicios de alto contenido innovador.
España cuenta con uno de los mejores marcos de incentivos fiscales a la I+D+i de la Unión Europea. Tal y como recuerda la consultora especializada F. Iniciativas, el sistema ofrece numerosas oportunidades a las empresas que dediquen recursos a esta actividad: desde obtener un retorno que puede alcanzar el 59% del gasto incurrido en proyectos hasta recuperar, vía monetización del incentivo, el 80% de la deducción generada. Aunque muchas empresas desconocen que se pueden beneficiar de ello.
Para Andrés Zabara, director de promoción y cooperación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), uno de los mayores problemas de la innovación española tiene que ver con el tamaño. “Más del 50% de la inversión empresarial en I+D+i la soportan las pymes, mientras que en Alemania, por ejemplo, esa proporción es del 10%. Las grandes compañías no se implican lo suficiente: deberían triplicar al menos su desembolso en I+D”, sentenció el jueves durante un encuentro sobre innovación, organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y F. Iniciativas.
El directivo abogó también por buscar “fórmulas imaginativas” para propiciar la colaboración público privada en la investigación. Siempre teniendo en cuenta que, tal y como subrayó, dedicar recursos a I+D+i es más fácil para las compañías de mayor tamaño que para las pequeñas.
Pese a que la innovación se puede aplicar en todos los sectores, hay algunos que tendrán más capacidad de arrastre que el resto. “El desarrollo de las smart cities, las industrias relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y todo lo que tiene que ver con la transformación digital va a ser esencial para la I+D+i española”, aseguró Antonio Alcolea, subdirector general de Fomento de la Sociedad de la Información, departamento perteneciente a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información.
Uno de los sectores en los que la innovación tecnológica debe ser protagonista es el de la educación. Los portátiles, tabletas y pizarras electrónicas se han hecho un hueco en los pupitres de los alumnos y han empezado a ocupar las paredes de las aulas. Sin embargo, pese a los grandes avances que ha traído, hasta la fecha, esta revolución informática no ha sabido aprovechar todas las oportunidades. Como explicó en SIMO Educación el director del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado (INTEF), Félix Serrano, unidad perteneciente al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, “lo que hemos hecho ha sido trasladar todo lo que salía en los libros de texto a los libros tecnológicos y tabletas, y nos hemos quedado ahí”. De esta forma, en los centros educativos españoles solo se está pasando de las hojas de papel a las pantallas táctiles, sin sacar todo el potencial de esta nueva era tecnológica. “El error ha sido sustituir un medio por otro”. El reto pasa, por lo tanto, por saber incorporar las tecnologías innovadoras en este nuevo concepto de educación.
Uno de los primeros pasos, según Serrano, es no centrar toda la atención en el alumnado y en los estudiantes, “ya que en muchas ocasiones se nos olvida que el profesor encargado de transmitir el conocimiento tampoco está preparado para esta nueva tesitura”. Un personal docente formado en el uso de las TICs es un requisito indispensable para el crecimiento de los alumnos. Pero también lo es contar con unos espacios de aprendizaje y formación óptimos. Tal y como recordó Serrano, la conectividad en los centros escolares y universitarios españoles es una de las más lentas de Europa, “por lo que la tecnología y el conocimiento tarda en llegar más de lo normal a las mesas de los estudiantes, más aún si hablamos de zonas rurales o con poca densidad de población”. Para INTEF, la adaptación de los centros educativos a esta nueva era digital es una máxima. “Esta semana se ha firmado el primer convenio con una comunidad autónoma, La Rioja, para que los centros de enseñanza públicos cuenten con banda ancha. Se espera que de aquí a dos años esto se extienda por el resto de regiones”.
Este plazo de dos años también es el recomendado por INTEF para implantar en los centros docentes el uso de tecnologías como la robótica, las aplicaciones de modelado en 3D y las impresoras 3D, así como relojes inteligentes, gafas de realidad aumentada y otros dispositivos similares. En un plazo algo más largo, de cuatro o cinco años, la conexión de todo tipo de objetos a la red, mediante chips integrados y sensores también será una realidad en las aulas y centros educativos.