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La mayor preocupación de los bancos es su baja rentabilidad

Lo que se avecina: más comisiones y subidas de los diferenciales de los créditos

Un usuario en un cajero automático
Un usuario en un cajero automáticoPablo Monge

Los grandes bancos del país coincidieron la semana pasada en que su mayor preocupación en estos momentos es su baja rentabilidad. Una asignatura cada vez más complicada de resolver si se tiene en cuenta que compiten en un mercado con tipos de interés casi al cero por ciento y en un entorno “hiperregulado”, como lo calificó el martes el consejero delegado de Banco Popular, Francisco Gómez.

Consideran que el tamaño es relevante para resistir en un entorno como el actual. Será por ello o quizás porque los que han crecido con compras aprovechando los precios de saldo a los que se han vendido las entidades con ayudas públicas, han logrado soportar mejor los coletazos de la crisis, por lo que han vuelto a apoyar nuevos procesos de fusiones. Pero los bancos objeto de deseo se resisten. En su defensa argumentan que esta insistencia por reducir el número de actores solo tiene un objetivo, mermar la competencia ahora tan feroz. Cuántos menos bancos operen en el merc ado nacional a más trozo de tarta tocarán los que queden.

Pero también están dispuestos a utilizar otras armas, que al final son las mismas que han comenzado a emplear los grandes bancos para sobrevivir en un entorno de tipos a mínimos históricos y con una demanda del crédito que es bastante más baja de la que se preveía a principios de año, reflejo de una economía que crece menos de lo estimado hace unos meses.

Las comisiones han vuelto a engordar la cuenta de resultados del sector. De momento, más por el crecimiento de negocios como los fondos de inversión o pensiones, que por nuevas tasas. Pero todos reconocen abiertamente que el cliente debe acostumbrarse a pagar más por los servicios de le presta su banco. De esta forma, se esperan nuevas e imaginativas comisisones. La del cobro en cajeros a los no clientes por sacar efectivo es una de ellas, pero no la única. Ya hay bancos que desde hace tiempo cobran por ejemplo un euro por sacar o ingresar efectivo de la ventanilla en una oficina que no sea la suya, aunque sí sea su banco. Otro cobra dos euros por hacer una transferencia en la oficina a una cuenta de un cliente de esa entidad. Estas tasas llevan tiempo, aunque no se han generalizado, aunque ahora va camino de ello. “Son servicios, y como tales hay que pagarlos. En cualquier sector cuando te ofrecen un servicio lo tienes que remunerar., ¿porqué un banco va a ser diferente?”, comenta el consejero delegado de un banco.

De esta forma, veremos como en los próximos meses los precios por operar a través de nuestro banco se encarecerán. Lo mismo sucederá con el precio de los créditos. Como si fuera una confabulación, todos los banqueros han comenzado a hablar de que hay que “normalizar” los diferenciales de los créditos, lo que equivale también a subir el precio de la financiación.

Alegan que España es el país con los créditos más baratos, y que si ello se prolonga más “la situación será insostenible”. De ahí, que todos anuncian una próxima subida de los diferenciales del crédito que, de hecho, ya ha comenzado a producirse. Además, ya se ha comenzado a abrir el grifo al crédito a los promotores, sí ese que durante la crisis se convirtió en tabú para la banca.

Otro impulso para la cuenta de resultados será las menores necesidades de provisiones por la continúa bajada de la morosidad. Este capítulo de la cuenta de resultados tiene sus pros y sus contras. Permite mejorar el resultado final, cierto, pero los supervisores avisan de que en los balances de las entidades españolas aún hay más de 200.000 millones de euros de morosidad o créditos fallidos, una cifra nada despreciable.

Algún banquero que otro también avisa. “Ahora la morosidad ha comenzado a descender, pero no ha aflorado aún los impagados del nuevo crédito, y haberla hayla”. Otro elemento para impulsar la cuenta de resultados es el recorte de los costes, aunque esta línea lleva toda la crisis en continúa disminución. Y seguirá. No hay más que sumar los procesos de ERE que hay todavía en marcha para comprobarlo.

Con estos mimbres los bancos más pequeños esperan aguantar durante un año más como mínimo la presión que ejerce sobre los márgenes operar con tipos de interés al cero por ciento y el previsible efecto de la eliminación de las cláusulas suelo. Ah, se me olvidaba, bajar más la remuneracón del pasivo, si es que se puede, sigue ejerciendo su efecto en la cuenta de resultados.

Ese es su objetivo, pero habrá que ver si lo consiguen. De momento, los bancos que han presentado ya resultadosde los nueve primeros meses del año, han comenzado a aplicar parte de estos mimbres, lo que les ha permitido presentar unos abultados resultados. Bankinter ha ganado un 31% más, CaixaBank un 57,3% más y Sabadell un 59,4 más. Estos dos últimos apoyados también por la compra de Barclays España y del británico TSB, respectivamente.

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