La gran banca apuesta por dar otra vuelta de tuerca a las compras
La gran banca defiende la compra de entidades más pequeñas en el mercado doméstico para crecer, y por lo tanto mejorar su rentabilidad en un entorno de tipos de interés casi a cero y con un sector “hiperregulado”. Recuperar la reputación y adaptarse a las nuevas tecnologías también forman parte de los retos del sector. Los bancos también reconocieron la implantación de nuevas comisiones para mejorar los ingresos.
Los grandes bancos apoyaron ayer públicamente una nueva oleada de fusiones, o mejor dicho de absorciones de entidades más pequeñas para crecer en aquellos mercados en los que estas entidades tienen menos presencia. Estas instituciones consideran que el tamaño ahora es más importante que hace unos años ya que es una vía para mejorar la rentabilidad y para poder resistir en un mercado en el que deben operar aún varios ejercicios con tipos de interés casi al cero por ciento.
La directora de BBVA España, Cristina de Parias, afirmó en este contexto que existe “margen de concentración” en España si se toma como referencia el grado de concentración de otros países, pese a que el sector financiero español se ha reducido tras el proceso de reestructuración derivado de la crisis.
La ejecutiva explicó que se “necesita un nuevo proceso disruptivo como un nuevo proceso de consolidación o un nuevo modelo disruptivo/digital”. La directiva, como el resto de sus colegas, reconoció que la asignatura pendiente de la banca europea en general y por tanto de la española, es su baja rentabilidad, y una de las armas para su mejora es la vinculación y compra de carteras de clientes y esto último se consigue con fusiones. Mejorar la eficiencia es otra vía que todos los bancos han incluido en sus planes estratégicos.
La directora de BBVA calculó que los cinco grandes bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Popular y Sabadell) han elevado su cuota de mercado del 40% al 60% tras la crisis. Explicó que es importante ahora y para el futuro “tener un tamaño relevante”.
El director general de Caixabank, Juan Alcaraz, también hizo referencia a las compras como una vía para crecer y mejorar la rentabilidad y eficiencia. Aseguró que CaixaBank estará “atenta” a posibles operaciones orgánicas e inorgánicas (fusiones) que puedan darse en el futuro, tras el “éxito” de las que ya ha llevado a cabo el banco. Afirmó que la entidad intentará buscar oportunidades que cubran las zonas donde tiene menor cuota.
Alcaraz, que participó en unas jornadas organizadas por Expansión y KPMG, explicó que la absorción de Banca Cívica, Banco de Valencia y las oficinas de Barclays, les ha sumado cuatro millones de clientes. Esto ha permitido a la entidad mantener su modelo de negocio “rentable” basado en el cliente. El cliente, especialmente el vinculado, es el eje central del beneficio de la compañía, que también mantiene su objetivo de seguir ganando tamaño, mejorar la venta directa y el asesoramiento a los clientes.
El directivo también reconoció que los bancos podrían tener “incrementos significativos de rentabilidad” a través de las comisiones de comercialización de productos, un apartado en el que ve un recorrido “muy grande” para el banco catalán. CaixaBank fue el primer banco en cobrar en sus cajeros a los no clientes.
El presidente de la AEB, José María Roldán, también defendió el actual sistema de comisiones, incluido el de los cajeros, más transparente que el que había hace unos años, y con el que el cliente sabe “lo que paga y por qué”. Explicó que “históricamente” los bancos apenas cobraban comisiones y preferían repercutir a los clientes el coste de los servicios que les prestaban en forma de tipos de interés más altos para los créditos y menores remuneraciones para los depósitos. Así, “los clientes podrían pensar que estaban mejor tratados”, pero no era así, “se trataba de una mera ilusión financiera”. Roldán fue tajante al insistir en que los bancos no descansarán hasta recuperar la confianza de la sociedad.
El consejero delegado de Banco Popular, Francisco Gómez, criticó la dificultad de operar con tipos casi al cero y la caída de la rentabilidad condicionada por el exceso de “hiperregulación”, lo que no ayuda a potenciar la concesión del crédito. El director general del Banco de Pagos Internacionales, Jaime Caruana, declaró que la rentabilidad que tenían las entidades antes de la crisis era ilógica e imposible que se repita.