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El oro y la plata, una alternativa de inversión ante la debilidad del dólar

Llega la hora para las materias primas

Invertir en compañías es la mejor opción

Los inversores de renta fija llevan ya una larga trayectoria de sequía. Tras años en los que los mercados mundiales de bonos y deuda han estado sobrevalorados, hasta los inversores más conservadores han cogido posiciones en la renta variable, aconsejados por las distintas casas de análisis.

Una excelente opción para invertir de una manera diversificada o, dicho en otras palabras, una alternativa para minimizar riesgos ha sido y es los fondos de inversión. Existen fondos de todos los gustos y colores, y entre ellos los que invierten en materias primas y recursos naturales.

Históricamente, la correlación entre los mercados de valores tradicionales y las materias primas ha sido mínima, un dato positivo si se busca la diversificación. Además, las materias primas son utilizadas en distintos sectores, como la agricultura o la construcción, lo que supone, por lo general, que cuanto más demanda existe en el mercado los precios aumenten. Por otra parte, ofrecen protección ante la inflación.

Lo cierto es que los mercados de materias primas son muy volátiles y las consecuencias de esta característica la están sufriendo actualmente los fondos que replican en ellas. Sobre todo aquellos que buscan reproducen un determinado índice

Varios materiales brutos, como algunos metales industriales, han tocado niveles que no se habían visto desde el inicio del milenio. Los crecientes suministros de materias primas clave, como combustibles o cosechas, siguen causando estragos en aquellos países emergentes cuya prosperidad depende de las exportaciones de estos recursos. Es el caso de Chile, que con un nivel del 57% en exportaciones de materias primas, el 27% de las mismas van a parar a China, o de Brasil, que destina al país asiático el 21% de su producción.

Una suma de circunstancias en el entorno global han contribuido a que esto suceda: la desaceleración de la economía China, con la consecuente disminución de su demanda de suministros; la crisis de Brasil, que se encuentra en su peor recesión en 25 años, con una contracción estimada del 3% de su PIB para 2015, o las dudas sobre la Reserva Federal y sobre la eficacia de su QE (política expansiva), que al igual que en el resto de sectores también están sembrando la desolación.

En este contexto de negatividad los fondos de derivados se han comportado mejor que los de recursos naturales. Desde Morningstar justifican esta conducta por el riesgo ligado al tipo de activo: “Los fondos que invierten directamente en acciones suelen tener peores resultados cuando la Bolsa se comporta muy mal que los que invierten en derivados. Además, por el efecto apalancamiento, los fondos relacionados con una materia prima suelen tener una volatilidad mucho más alta que la de la propia materia prima y son mucho más sensibles a las variaciones de precio de esta”.

Los analistas de Saxo Bank lo ven claro y no prevén un rebote de los precios en los próximos meses: “Aunque no esperamos que continúe la ola de ventas de materias primas, tampoco nos convence un rebote de los precios en los próximos meses: el exceso de oferta en toda la gama de las materias primas solo se está reduciendo muy lentamente. Al encarar el último trimestre de 2015, vemos la luz al final del túnel para las materias primas, asumiendo que se reduzca la oferta. Pero si la demanda no consigue seguir creciendo, el túnel incluso podría incrementar su longitud, dejando tras de sí únicamente un espejismo de esperanza”, afirman en un informe.

Las recomendaciones ante una retirada de la cartera de los fondos que inviertan en materias primas son dispares. Amílcar Barrios, analista de inversiones de Tressis, opina que “en estos momentos de incertidumbre y por la altísima volatilidad de esta clase de activo, sí somos partidarios de evitar la exposición por norma general. No podemos olvidar el efecto dólar sobre las materias primas, que tradicionalmente ha tenido un efecto inverso sobre estos elementos, por lo que la falta de visibilidad sobre la política monetaria de Estados Unidos no hace sino empañar un poco más el futuro”.

Por el contrario, Phil Pool, director de investigación y análisis de Deutsche (AWM), considera que “las materias primas siguen siendo una parte importante de cualquier cartera bien diversificada. En nuestras carteras equilibradas, hasta el momento, este año hemos estado menos invertidos en este tipo de activos. Pero incluso si no esperamos incrementos sustanciales en los precios a medio plazo, también creemos que no hay más potencial a la baja”.

Dentro de la amplia oferta, Virginia Pérez, responsable de renta variable de Tressis, cree que “en estos momentos sería más adecuada la inversión en compañías productoras de materias primas que en las propias materias primas físicas, seleccionando las empresas que mayores ajustes hayan realizado. Dentro de energéticas optaríamos por las de refino, e incluiríamos mineras, pero evitaríamos las agrícolas por su alta volatilidad debida a los fenómenos climáticos”.

En cuanto a los metales preciosos, el oro y la plata, gracias a la debilidad que ha mostrado el dólar, ofrecen una buena alternativa. Susan Joho, economista sénior de Julius Baer, da cuentas de ello: “Los datos económicos de Estados Unidos han sido peor de lo que se esperaba, lo que ha debilitado al dólar y a su vez ha levantado los metales preciosos. El oro y la plata subieron más del 1,3%. Gran parte de este crecimiento creemos que se debe a la cobertura de cortos en el mercado de futuros y a las compras técnicas. Aunque esperamos que a corto plazo sus precios sigan comportándose positivamente, a largo solo vemos oportunidad si la economía de Estados Unidos continuara mostrándose débil y realmente no creemos que esto sea así”.

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