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Experiencias de emprendimiento

Ayer en Singapur, hoy en Bogotá, mañana en Kenia

La movilidad internacional es esencial para GCON4, consultora de software empresarial. Empezaron sin financiación, pero ahora buscan inversores para continuar su expansión.

Línea de cielo de la ciudad capital de Singapur.
Línea de cielo de la ciudad capital de Singapur.Thinkstock

La primera dificultad de un emprendedor es conseguir el dinero para empezar a materializar su proyecto. Pero Alberto Viñas (asturiano), Ion Otaegi (vasco) y Albert Palma (catalán) no han requerido financiación para convertir a GCON4 en una consultora global que factura más de un millón de euros. En su caso, excepcional, las circunstancias no lo hicieron necesario.

Los tres llevaban entre 8 y 11 años asesorando a clientes del fabricante holandés de software empresarial Unit4 en America Latina, Europa, EE UU y Asia. Estaban viviendo en Singapur cuando la compañía fue comprada por el fondo de inversión Advent International.

Con la entrada del nuevo accionista, la firma decidió cambiar de modelo de negocio. En vez de vender ella misma el software, formaría una red de distribuidores asociados.

Facturó más de un millón de euros en su primer año y prevé alcanzar los seis en 2018

“En ese momento Unit4 no tenía ningún partner a nivel mundial y pensamos que podía ser una oportunidad para nosotros. Habíamos trabajado en muchos países y teníamos la experiencia y los conocimientos”, recuerda Viñas.

El interés de una ONG de Cali (Colombia) en el software de Unit4 precipitó la constitución de la consultora. En mayo de 2014 crearon GCON4 en Hong Kong –era más rápido hacerlo allí que en Singapur– y firmaron su primer contrato, de 250.000 dólares. Cuatro meses después los llamó una ONG de Kenia, con la que cerraron su segundo contrato.

Al tiempo que se desplazaban a estos países para atender los proyectos, fueron organizando la sede principal en España, que decidieron situar en Bilbao –“no hubo ningún motivo especial, pero yo he vivido siete años allí y el gobierno vasco facilita mucho la creación de empresas”, comenta Viñas–, y negociando con Unit4 el acuerdo de licencia, que finalmente se oficializó en noviembre de 2014: GCON sería el distribuidor oficial en España, Portugal, América Latina y África, aunque tendría libertad para atender otros mercados.

Singapur

Al igual que SAP y Oracle, Unit4 fabrica un tipo de software conocido como ERP que sirve a las empresas para gestionar toda la información de contabilidad, finanzas, recursos humanos y almacén en una sola aplicación.

Pero a diferencia de sus rivales, que fabrican ERP para industrias, el grupo holandés está enfocado en compañías que basan su negocio en las personas y los servicios, principalmente ingenierías, ONG, fundaciones y universidades.

La instalación de estos programas es sumamente compleja, porque supone trasladar todos los datos (órdenes de compra, nóminas, facturas...) de una herramienta vieja a otra nueva. “La migración de datos determina el éxito del proyecto de implementación, que puede tomar nueve meses, un año o más”, apunta.

Los consultores sabían que el ERP de Unit4 no contaba con una herramienta que facilitara esta tarea y, por eso, en marzo de este año lanzaron la primera versión de una aplicación que simplifica la migración de datos y reduce los costes de tiempo. “La utilización de este software nos ha ayudado a tener éxito en nuestros proyectos en Colombia y Kenia”, destaca.

Este es un filón de negocio con un potencial importante para GCON4. Si bien actualmente, el 80% de su facturación depende de servicios relacionados con el fabricante holandés, el grupo aspira a diversificar sus ingresos con la oferta de software propio, “pero siempre complementario con el de Unit4”, aclara el consultor, ya que –asegura– no pretenden competir con su socio. Como primer paso en esa dirección, han creado en Madrid un equipo de tres personas dedicadas a I+D.

GCON4 ha facturado en su primer año 1,4 millones de euros, el 80% de los cuales obtuvo en países como Holanda, Dinamarca y Australia, y el 20% restante en España. Aunque ha conseguido todo esto sin necesidad de financiación, la firma está buscando ahora inversores que compartan su visión y le ayuden a expandirse.

“Necesitamos capital para dar un salto grande, contratar gente y organizar un equipo comercial en América Latina y EE UU”, precisa. Con ese fin, han preparado un plan de negocio a tres años en el cual prevén alcanzar una facturación de seis millones de euros en 2018.

Luis Alberto Viñas, uno de los tres socios fundadores de GCON4, en Cali, Colombia.
Luis Alberto Viñas, uno de los tres socios fundadores de GCON4, en Cali, Colombia.

La cuna del proyecto: un país asiático con un enfoque muy europeo

El tiempo que toma la implementación del software y la actividad internacional de la compañía obliga a GCON4 a operar con un modelo basado en personas y no en oficinas. En ese sentido, la movilidad y el teletrabajo son muy importantes para la firma.

“Ahora mismo estoy en Bogotá, otro socio está en Canadá y hemos tenido un equipo de consultores de diferentes nacionalidades trabajando siete meses en Kenia. A veces trabajamos en remoto desde diferentes países. Eso no supone un problema cuando se actúa con responsabilidad”, afirma Luis Alberto Viñas.

También por eso mismo, aunque la compañía se gestó en Singapur, de momento no tiene a nadie en el país asiático. Eso no impide que los tres socios fundadores guarden un cariño especial por el país en el que vivieron varios años.

“Es un país asiático con un enfoque muy europeo. Como vive de la inversión extranjera, da muchas facilidades para el establecimiento de compañías europeas y la obtención de visas de trabajo. Es la mejor puerta de entrada al Asia”, señala Viñas.

Añade que Singapur se rige por un sistema legal muy parecido al de Reino Unido y aunque su fiscalidad es ventajosa, recomienda asesorarse por alguna de las muchas consultoras especializadas que operan allí.

“Si bien recibe mucha inversión china, no es una economía 100% dependiente de ella, por lo que la desaceleración del gigante asiático tendrá un impacto parecido al de cualquier país europeo”, sostiene.

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