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Desayuno Cinco Días

La auditoría reivindica su valor para los inversores

Lograr una mayor transparencia y una mejor comunicación son algunos de los retos que los expertos creen que tienen por delante los profesionales del sector de la auditoría

De los múltiples efectos que ha tenido la crisis en el ámbito corporativo y financiero, la pérdida de confianza de accionistas e inversores sigue siendo uno de los más extendidos, y es que en los últimos años se han sucedido escándalos y quiebras que han provocado en ellos una preocupación cada vez mayor por la transparencia y la fiabilidad de la información que las empresas ponen a disposición del mercado. La auditoría, que cobra así un importante protagonismo, se enfrenta por tanto al reto de adaptarse a esas exigencias en un entorno a la vez muy cambiante en el que entran en juego nuevos retos como los derivados del uso cada vez mayor de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones.

Para debatir sobre esos desafíos a los que tiene que hacer frente el sector, CincoDías y KMPG reunieron en un desayuno de trabajo a un grupo de expertos en la materia que intercambiaron sus opiniones sobre la evolución de la auditoría en los últimos tiempos y las adaptaciones que tiene por delante. Para Borja Guinea, socio responsable del negocio de auditoría de la firma de servicios profesionales, el valor de la labor de los auditores se ha cuestionado a consecuencia de lo acontecido durante la crisis financiera. "Por eso nos parece importante que se transmita al mercado y a los grupos de interés la relevancia de nuestro papel", señaló.

Informes renovados

"Creo que las firmas de auditoría tienen actualmente una oportunidad en lo que se refiere a la forma de presentar la información para aportar ese mayor valor añadido que se demanda hoy en día desde fuera", explicó Juan Francisco Gallego, chief accounting officer de Telefónica, que se refirió a la necesidad de que los auditores tengan una cierta libertad a la hora de elaborar los informes, evitando los encorsetados formatos con los que se ha trabajado hasta la fecha.

En una línea similar se posicionó Jesús Herranz, director de Planificación y Control de Ferrovial, que aseguró que para trabajar en la mayor transparencia que pide el mercado hace falta, "no solo que se hayan hecho las cosas bien, sino que esto se explique". "Es muy importante lo que aportará el nuevo informe de auditoría que yo creo que ya es una realidad, aunque será en 2017 cuando entre en funcionamiento de acuerdo a las normas, y supondrá pasar de una sola página a 5 o 6 páginas en las que los auditores tendrán que describir los riesgos fundamentales a los que se enfrenta la compañía y cómo han hecho su trabajo para asegurarlos", afirmó Herranz.

El directivo de Telefónica explicó en este sentido que los informes en la actualidad se centran especialmente en la información financiera, en validar las cuentas de las empresas, pero que los mercados solicitan cada vez más información no relacionada con las finanzas (como los riesgos de negocio), un terreno en el que consideró que los auditores deben trabajar.

Ética y transparencia

De cara a que las empresas recuperen la confianza de los inversores en la información que ponen a su disposición, Borja Guinea apuntó a la posibilidad de que los auditores aportaran su punto de vista sobre otros documentos y comunicaciones corporativas que se emiten al mercado como presentaciones a analistas o road shows. El objetivo, para el responsable de auditoría de KPMG, sería ayudar a los inversores en los momentos en que tienen que tomar las decisiones (no solo después, ya que estos profesionales emiten su juicio una vez cerrados los ejercicios).

Sin embargo, los representantes reunidos en la mesa argumentaron que sería complicado poner en marcha esta iniciativa, que además multiplicaría el trabajo de los auditores. "Se puede incrementar la regulación y el control, pero en el fondo lo que hace falta en la sociedad en general es una actitud mucho más ética, más relacionada con los códigos de buen gobierno. Tenemos que pensar que somos puros administradores del dinero de los inversores y que por tanto nos debemos a ellos". Con estas palabras quiso hacer hincapié Javier Iglesias de Ussel, presidente de la comisión de auditoría de Colonial, en la relevancia de la transparencia tanto en lo relacionado con las auditorías, como en el comportamiento que debe imperar dentro de las compañías.

Aumento de regulación

"A mi modo de ver la auditoría se ha potenciado mucho por parte de los reguladores", aseveró Fernando de Asúa, vicepresidente de Técnicas Reunidas, que se refirió a la cantidad de normas que han proliferado en los últimos tiempos impulsadas desde diferentes organismos. "Esto ha hecho que los auditores externos sean cada vez más importantes, y que la auditoría interna también gane peso", aseguró.

Los expertos coincidieron en la relevancia que tiene la regulación en este terreno, aunque también pusieron de manifiesto que en ocasiones puede resultar excesiva. "Yo creo que la regulación es buena, pero a veces que haya unos principios claros es la base. La excesiva regulación lo único que lleva es a cumplir una serie de trámites que no aseguran que las cosas se hagan bien", aseveró Jesús Herranz, de Ferrovial, que igualmente señaló el exceso de información y el consecuente ruido que puede general un exceso de comunicaciones. "Opino que es necesario unificar y sintetizar la información", sentenció.

Para los expertos, la proliferación de normas puede terminar por ser excesiva

Para Javier Iglesias de Ussel, los nuevos dictámenes tampoco tienen en cuenta otros aspectos como la complejidad que entrañan para las compañías de menor tamaño, que tienen que cumplir con los mismos requisitos que las grandes, pero con recursos y equipos más limitados. "Asumen la misma carga para sus auditorías las organizaciones que ocupan a 10.000 personas que las que tienen 55, lo que distorsiona el trabajo de muchas empresas", aseguró el presidente de la comisión de Auditorías de Colonial.

"Los fallos del pasado no se debieron a la falta de regulación o a que no hubiera instrumentos adecuados, sino a que estos no se han empleado como había que hacerlo", añadió Fernando de Asúa, refiriéndose a algunos de los escándalos destapados durante la crisis económica y financiera como el de Lehman Brothers. Para este experto, los auditores también pueden desempeñar un papel adicional: el de intermediarios entre reguladores y compañías, con el que, a su juicio, podrían contribuir a moderar la proliferación de normativa.

Relación con el auditor

Otro de los temas que se puso encima de la mesa fue la relación que debe existir entre las empresas y los auditores externos que, según la opinión de la mayoría de los participantes en el debate, debería ser continuada.

"Considero que es una buena práctica que estos profesionales dejen de ser personas que vienen a las compañías solamente los dos últimos meses del año para revisar los números", apuntó el representante de Ferrovial en la mesa. "Creo que tiene que ser una persona con la que se mantenga un diálogo de forma más regular, comentando por ejemplo con ellos cualquier operación significativa" que pueda afectar a l actividad de la compañía, señaló Jesús Herranz.

Equipo multidisciplinar

Juan Francisco Gallego, de Telefónica, quiso destacar igualmente cómo ha evolucionado durante los últimos años el perfil de los profesionales que se encargan de analizar la situación y los riesgos a los que se enfrentan las compañías. En su opinión, "el auditor es cada vez menos ese socio que lo sabe todo", afirmó, para explicar que las compañías que se dedican a la actividad de la auditoría "cuentan hoy en día con un equipo multidisciplinar en el que hay expertos en diferentes áreas como derivados, fiscalidad, legalidad, negocio, valoraciones...".

En esa misma línea, Borja Guinea también hizo hincapié en cómo los equipos encargados de auditar se han adaptado a los nuevos tiempos y a las necesidades de las empresas y ya incluyen, por ejemplo, expertos en tecnologías de la información.

Los especialistas reunidos en la mesa concluyeron que este es otro de los aspectos que contribuye a que la auditoría aporte cada vez más valor.

La ciberseguridad cobra protagonismo

Los riesgos a los que se enfrentan las compañías se multiplican. Un ejemplo es el caso de las nuevas tecnologías que, aunque ofrecen múltiples oportunidades para el desarrollo de las empresas, también hacen que estas se enfrenten a la amenaza de los ataques informáticos. Se trata de un nuevo aspecto que la ido también ganando peso en las auditorías.“El auditor se tiene que adaptar a lo que está pasando en el mundo”, señaló a este respecto Borja Guinea, socio responsable de Auditoría de KPMG. “Se trata de un riesgo de negocio que por tanto se convierte también en riesgo de auditoría”, sentenció durante el debate, recalcando que por ello los equipos encargados de realizar los análisis ya cuentan, no solo con expertos en finanzas y fiscalidad, sino también con especialistas en el terreno tecnológico.El resto de expertos reunidos por CincoDías y KPMG coincidieron en la atención cada vez mayor que merece esta amenaza. “En el futuro los problemas a los que se enfrentarán las corporaciones no serán los antiguos butroneros, sino los hackers que intentarán entrar en sus sistemas”, dijo Javier Iglesias de Ussel.“Lo que hace falta son unos procesos y unos controles muy robustos”, comentó el chief accounting officer de Telefónica, Juan Francisco Gallego. Para él, los auditores prestan hoy en día una gran atención a este tipo de aspectos ya que eso contribuye a generar confianza tanto para la empresa como para los inversores. Javier Herranz, de Ferrovial, recalcó la importancia de la seguridad cibernética para las compañías y cómo este se ha convertido en uno de los primeros aspectos que revisan los auditores.Por su parte, Fernando de Asúa, vicepresidente de Técnicas Reunidas y un ejecutivo largamente ligado en la segunda mitad del pasado siglo a IBM –fue su presidente en España–, recordaba que “antes era un cierto problema, pero ahora el riesgo es enorme”.

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