Gay Mercader, o cómo traer a los AC/DC a España sin salir de casa
Fue el primer promotor de grandes conciertos musicales del país.Organizó el primer concierto de los Rolling Stones en suelo español. Y no fue su mayor éxito profesional.
Resulta cotidiano ver cómo, hoy en día, un grupo o un artista musical puede llenar un estadio de miles de personas agotando las entradas en pocas horas. Hubo un tiempo en que este tipo de conciertos multitudinarios eran la excepción en España. Pero en casi todas las profesiones, siempre ha habido pioneros. En la industria musical, tiene nombre propio:Gay Mercader.
“La ventaja que tuve es que hice algo que nadie hacía”, afirma desde el salón de su masía de Girona, su centro de trabajo apartado del mundanal ruido. “Hace 23 años que no piso mi despacho. No me interesa, y no tengo que perder el tiempo con reuniones que no sirven para nada. Todo lo hago por teléfono, porque el e-mail es nefasto para los negocios. No puedo hacer una oferta a AC/DC por correo electrónico, no sientes el feedback”.
Gay Mercader (Barcelona, 1949) es el gran promotor musical en España. Comenzó a llevar a grupos internacionales a los escenarios del país no por negocio, sino porque nadie más lo hacía. “En España no podía ver a los grupos que me gustaban”, relata. Y así empezó. Criado en Francia, reconoce venir “de una familia extremadamente burguesa. Mi tío era el actor Vittorio de Sica, que ganó cuatro Oscar. Me llevaba a los rodajes y a los estrenos, y me gustaba estar en ese mundo”. En su adolescencia se trasladó, junto a su padre, a Londres. Allí absorbió la cultura anglosajona, algo vital para su posterior carrera como promotor:“La empatía es fundamental. Siempre me gustó y entendí el humor inglés. Fue sencillo entrar en este mundo”.
El primer concierto que organizó fue en 1971 con la Incredible String Band. Poco a poco fue haciéndose un nombre, sobre todo en Barcelona. Pudo organizar un concierto de la banda británica Emerson, Lake & Palmer, “tecnológicamente difíciles:llevaban cuatro tráilers cuando un grupo ya grande llevaba uno y medio”. Lo llevó a cabo con un socio alemán, que le puso en la pista de una persona del entorno de los Rolling Stones. Ya entonces eran la mayor banda de rock del mundo, y pudo traerlos a España en 1976, en plena transición, cuando era un destino más que secundario para los grandes grupos. Fue en Barcelona, en la Monumental. “En mi mente traerles era una misión divina”, describe. Pero no fue tarea fácil: “Una semana antes no sabíamos donde iban a tocar. La Monumental fue la cuarta opción”. Su gran hito fue también uno de sus primeros fracasos. No llenó, y la crítica se cebó con él. Decidió marcharse con los Rolling de gira europea, a modo de terapia, y allí inició una amistad que todavía dura con el guitarrista, Keith Richards. Aunque el concierto no salió bien, fue el despegue definitivo: “Los Rolling te abren las puertas de todos los países”.
No fue, eso sí, un retorno automático. “En aquella época ganabas poco y perdías mucho”. Algo que es inherente, según Mercader, a la figura del promotor musical:“No somos agentes, ni comisionistas. Es el que coge el dinero de su bolsillo y se lo juega, el que toma todos los riesgos. Ahora hay másteres, pero esto no se enseña. Aquí se aprende a base de hostias”. Con esa filosofía fue creciendo, y convirtiendo su empresa, Gamerco, en una máquina de hacer dinero encadenando hasta 25 años de beneficios ininterrumpidos. Siempre fiel a su equipo, “muy pendiente del tema humano. Soy muy de clan, de trabajar codo con codo. La empresa era como mi hijo”.
Su receta del éxito: la credibilidad, la seriedad, tanto con las bandas como con el público; y apartar las amistades de los negocios. “Hemos sido exigentes y rigurosos”. Vendió Gamerco a Live Nation en 2006. Desde entonces, dice estar retirado, aunque no duda en trabajar cuando sus amigos se lo piden. “AC/DC decide venir a España en junio, y solo me quiere a mi para organizarlo. Si yo les digo que tocan dos fechas seguidas en el Vicente Calderón, son dos fechas. Era una locura, pero estaba convencido. El público de Madrid es el mejor del mundo”. Llenó ambas citas, y junto al concierto de Barcelona, contabilizaron 160.000 entradas vendidas. “Y sin salir de casa”.