Microempresas: renovarse o morir en un mundo digital
El avance de internet sacará del mercado a las compañías que no sean capaces de adaptarse al nuevo entorno. Las pequeñas empresas españolas presentan graves deficiencias en este ámbito. Sólo el 12% está en redes sociales.
“Vivimos en una sociedad digital, ¿por qué nuestros negocios no lo son?” Es la pregunta que se hace Emérito Martínez Chacón, director de márketing y comunicación de la compañía QDQ Media, en el contexto de la segunda edición de Micronet, un salón organizado por la Asociación Española Multisectorial de Microempresas (AEMME).
El evento, orientado a la innovación y la tecnología en compañías de pequeño tamaño, se ha celebrado hoy en el centro de negocios Urban Lab de Madrid. Es la época, dice el experto, del darwinismo digital, de adaptarse a este nuevo entorno de posibilidades que es internet, o desaparecer.
Según los datos recogidos por IAB España y Google Trends, aún hay más de 2,1 millones de microempresas españolas que no cuentan con una página web corporativa. “Las pymes tienen que quitarse el complejo y pensar que internet les brinda la posibilidad de llegar a un público enorme que hasta ahora estaba únicamente al alcance de las grandes compañías”, explica Julián Sacristán, director de comunicación y marca de WFM Comunicación.
Este experto aconseja a las pequeñas empresas que se fijen en la estrategia digital de las multinacionales y la apliquen, con sus limitados recursos, a su entorno. “Es lo que se denomina glocalización, es decir, pensar globalmente y actuar localmente”, señala Sacristán.
Solo el 6% de las páginas web de microempresas cuenta con un diseño responsive
En los últimos años, España ha sufrido una auténtica revolución digital que le ha llevado a ser el país de la Unión Europea con mayor número de usuarios conectados a la red, por delante incluso de otros, como Alemania, que cuentan con un PIB considerablemente superior.
Los últimos datos manejados apuntan a que alrededor de 26,25 millones de españoles acceden a internet con regularidad, convirtiéndose así en posibles clientes de unas empresas que necesitan entender que despreciar la comunicación digital les hace “no sólo renunciar a oportunidades magníficas de crecimiento y ventas, sino quedarse totalmente fuera del mercado”, según apuntan los ponentes.
“A día de hoy, cuando alguien busca un restaurante por la zona, lo busca en internet y, si no estás, ni siquiera eres una opción. Lo mismo ocurre con las empresas del resto de sectores”, cuenta Martínez Chacón.
Si estar presente en la red es vital, la reputación de la compañía en ese entorno no es ni mucho menos baladí. Es en este terreno en el que entran en juego las redes sociales, uno de los puntos flacos de las pymes españolas que, no podemos perder de vista, constituyen, según los últimos datos del Ministerio de Industria, el 99,8% del tejido empresarial del país.
“Algunas empresas –y cuanto más pequeñas, más acentuada es la sensación– reconocen que les da vergüenza estar en las redes sociales o, incluso, señalan que temen que posibles comentarios negativos hagan daño a su negocio”, explica al respecto Sacristán.
En España, únicamente el 12% de las microempresas tiene presencia en las redes sociales, una auténtica barrera digital que alzan ellas mismas y que, según los expertos, no les protege de nada. “Lo que no entienden es que, si alguien tiene algo malo que decir de nuestra marca, lo va a hacer público en internet estemos allí o no. Si no estamos en las redes sociales estamos sordos ante nuestros clientes, pero las críticas siguen llegando. La única y negativa salvedad es que nosotros no podremos hacer nada por defendernos ni por solucionar el problema”, advierte Martínez Chacón.
Es difícil conseguir que nuestra presencia en redes sociales redunde de forma directa en un aumento de las ventas de la empresa. Sin embargo, la actividad en este tipo de páginas si genera beneficios a través de otras vías. “Es cierto que únicamente el 12% de los usuarios compra a través de las redes sociales, se trata de portales que aún no están preparados para ello. En cualquier caso, sí que influyen en los procesos de compra del 70% de los consumidores y, por eso, deben tenerse muy en cuenta”, señala Sacristán.
Pero si algo debe preocupar a los pequeños empresarios españoles es su falta de adaptación a los nuevos dispositivos móviles. “Cuando uno empieza a darse cuenta de la importancia de internet y las páginas web, cambia la tendencia y los formatos, y todo se queda obsoleto”, explica Martínez Chacón al tiempo que aporta un dato demoledor: tan solo el 6% de las páginas web de microempresas españolas cuenta con un diseño responsive, es decir,capaz de variar, en función del dispositivo desde el que se accede, para optimizar su estética y usabilidad.
“Esto tiene una importancia considerable porque el hecho, por ejemplo, de que el contenido de una web sea ilegible en un móvil, hace que nos desaparezca todo ese público” apunta el experto que no duda en afirmar que esta tendencia irá a más. “Miramos, de media, 150 veces al día la pantalla de nuestro teléfono. Pronto casi el 100% del tráfico procederá de este tipo de dispositivos, por lo que volvemos a encontrarnos en la misma situación del darwinismo digital: o las pequeñas empresas se adaptan o dejarán su lugar a otras”, comenta.
Martínez Chacón concluye con una frase que define a la perfección la encrucijada en la que se encuentran las microempresas a nivel global. “En este mundo, como en la naturaleza, no sobreviven las empresas o las especies más grandes o más fuertes, sino las que mejor se adaptan”.