“Nunca ha habido tanta gente viviendo del arte como ahora”
Es el director la feria de arte contemporáneo Summa, que se celebra en Madrid del 10 al 13 de septiembre.
Afirma que todas las obras con las que se ha hecho con el paso de los años corresponden a circunstancias de vida.“Todo comprador añade un relato a la obra que está adquiriendo, que es el que le permite su apropiación”, afirma Paco de Blas, que ha dado la vuelta al mundo divulgando las artes y la cultura españolas: “Llevo desde 1992 en lo que ahora se llama gestión cultural”, resume.
Entre otras cosas, fundó el Museo interactivo de la Ciencia, Acciona, luego CosmoCaixa, y fue director de exposiciones y programas públicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, además de trabajar durante 14 años en el Instituto Cervantes. Su penúltima experiencia fue en la dirección del centro cultural Izolyatsia, en Ucrania, antes de pasar a dirigir la tercera edición de la feria de arte contemporáneo Summa, que se celebra del 10 al 13 de septiembre en Madrid:“Una feria con sentido internacional, es esencial que tenga esa ambición”.
El valor del arte español
De Blas reconoce que el arte español no atraviesa su mejor momento en el mercado. Algo que, según él, parte del sistema educativo:“Ha perdido formación artística. Algo que sorprende en un país que vive de su patrimonio”.
Su recorrido profesional, permanentemente unido a la cultura y, en concreto, al arte, ha hecho casi inevitable que se sumergiese en el mundo del coleccionismo. “Para mí, las obras son recuerdos, pero también un estímulo a la creación constante, a la innovación y a la curiosidad”. Siempre, dentro del arte contemporáneo, ya que, en su opinión, “significa estar en el mundo en el que vives, porque recoges las influencias de su contexto. Me siento conectado al momento actual, y yo quiero ver lo que los artistas de mi tiempo entienden de él y cómo me ayudan a entenderlo mejor”.
En la actualidad posee 36 obras. La primera, de Ignasi Esteve, y la última, del mexicano Felipe Ehrenberg. Su criterio de compra, “que el cuadro me salga al paso. La mayor parte de las obras que tengo son circunstancias de vida en las que el precio es la variable menos importante. Lo relevante del cuadro es que constituya un significado interesante en tu vida”.
Quizá su coste no sea su principal característica, pero Paco de Blas no esconde que el coleccionismo también es una herramienta para la especulación: “Es difícil de evitar. Se está creando un estilo de vida diferenciado, en el que ahora es un Jeff Koons, y no un Ferrari, el que marca tu estilo y tu aspiración en la vida. La gente compra arte porque es un valor seguro, es una moneda inalienable que con el paso del tiempo va a aumentar su valor”. Explica que, en cierto sentido, el arte tiene un funcionamiento muy parecido al del sector financiero:“Hay un mercado de futuros, épocas en las que, por movimientos del mercado, no hay Warhols y, de repente, viene una oleada... Es como los fondos que se colocan en bolsas de valores. El arte es una commodity”.
Cifra el mercado del arte en un volumen de 45.000 millones de euros al año, de los que 12.000 corresponderían a los generados por ferias y 15.000 a galerías:“El resto son operaciones privadas difíciles de detectar. El mundo del arte es opaco. A nadie le gusta decir que tiene un Goya de 36 millones”. Una mercantilización que le dota de una simbología propia, por ejemplo, de poder. Pero que, para Paco de Blas, también entraña un peligro:“La extensión global del arte. Hay ferias todas las semanas en todo el mundo, acompañadas de un aumento exponencial de la producción artística, que puede tener un peligro de estandarización de la creatividad”. Pero también tiene un lado positivo:“nunca ha habido tanta gente viviendo del arte como ahora. Nunca ha habido tantos artistas, tantos galeristas, tantos museos… Hay mucha gente girando alrededor del arte, y eso es un enriquecimiento”.