Cómo evitar que la vuelta al trabajo le pase factura
Interiorizar hábitos requiere de 21 días. Un mes de vacaciones trastoca las rutinas Un jefe o entorno laboral hostil amplía la posibilidad de sufrir desánimo
Esta semana vuelve al trabajo la gran mayoría de quienes todavía no lo habían hecho. Más allá del inevitable contraste entre el descanso prolongado y la vuelta a la rutina, reincorporarse a la oficina resulta verdaderamente traumático para una parte significativa de los españoles. Se calcula que en torno al 30% de los trabajadores está sufriendo o sufrirá los efectos del llamado síndrome posvacacional, entendido como la sensación de falta de energía, de motivación, de concentración o de nerviosismo, que puede derivar en un sentimiento de tristeza y de trastorno del sueño. Una parte del 70% restante padecerá un cuadro de fatiga.
¿Cómo se puede evitar sufrir estos síntomas? “Toda situación de cambio puede generar estrés, pero en este caso recomendaría calma. El posible shock dura una semana o dos”, opina el doctor Manuel Serrano, especialista en medicina y salud laboral. “Un hábito necesita 21 días para implementarse. Un mes de vacaciones es tiempo más que suficiente para que una persona se acostumbre a llevar otro ritmo de vida”, apunta Nekane Rodríguez de Galarza, directora de Lee Hecht Harrison, división de coaching y outplacement del Grupo Adecco.
La recomendación más repetida por los especialistas es tratar de reducir en la medida de lo posible el contraste entre el descanso absoluto y el trabajo. Adelantar el desperador unos días antes, evitar asumir grandes cargas en la jornada durante los primeros días o realizar actividades saludables, como el deporte, pueden ayudar a minimizar los efectos de retomar las rutinas relacionadas con la vida laboral.
Dividir el periodo vacacional en más de un paquete también puede ayudar a que el regreso a la rutina sea menos agresivo. Por otra parte, el hecho de no llegar a desconectar del todo (algo que posibilita la dependencia del teléfono móvil) tampoco está indicado.
El ambiente en el que se desempeñan las actividades laborales es también determinante. “Los entornos de negatividad en el trabajo, en los que se realizan tareas repetitivas o en los que hay jefes poco motivadores suelen provocar una mayor sensación de desánimo a la vuelta de vacaciones”, señala Rodríguez. Tener que regresar a un entorno hostil aumenta las posibilidades de padecer algún tipo de trastorno.
Tomar todas estas precauciones no solo le interesa a los trabajadores: las propias empresas y el sistema sanitario también deberían tratar de dulcificar en la medida de lo posible la vuelta a la oficina de los empleados.
Factura abultada
Se calcula que el efecto económico de los problemas psicológicos derivados del trabajo rondaron ya en 2002 los 10.000 millones de euros, cifra que incluiría desde el coste de los tratamientos hasta las pérdidas derivadas por la caída de la productividad. Algunos estudios señalan que la cifra podría haber superado los 30.000 millones en Reino Unido, mientras que en Alemania se estima que una tercera parte de las incapacidades laborales vienen dadas por trastornos mentales.
La comunidad médica recuerda que uno de cada cinco trabajadores padecerá a lo largo de su vida algún tipo de trastorno relacionado con su labor. Y no tiene por qué ser a la vuelta del verano. Cambios de humor repentinos, irritabilidad, aumento del consumo de alcohol, ansiedad o depresiones pueden ser los primeros síntomas.
Desconectar durante el descanso, más difícil de lo que parece
El propio sentido común indica que si no se logra aparcar completamente el trabajo durante las vacaciones no se va a lograr descansar de verdad. El coach Javier González, consejero delgado del Insituto Superior Magma, refrenda esta opinión.Desconectar durante las vacaciones es una acción fundamental para lograr un equilibrio entre la esfera profesional y personal, así como para retomar la actividad laboral con motivación”, indica.Lograrlo, especialmente para quienes ocupan cargos de responsabilidad, puede ser más complicado de lo que parece. González recomienda seguir una serie de pautas para que el parón vacacional recargue efectivamente las pilas.Lo primero es irse de la oficina sin tareas de trabajo pendientes. “Es mejor tener que destinar un poco más de tiempo a ello antes de irse que tener la sensación de que quedan asuntos por resolver”, explica.También hay que apagar o poner en silencio el móvil. Y si eso no es posible, conviene limitar su consulta a una franja horaria determinada.Finalmente, es aconsejable mantenerse ocupado... con actividades recreativas o turísticas.