“El reloj clásico podrá convivir con el smartwatch”
"Crecemos en Europa, pero al cambiar a franco suizo, quedan en un dígito” "¿Cuánta gente lleva un reloj inteligente? Lo que cuenta es la realidad”
El sector relojero suizo ha vivido históricamente en una cierta tranquilidad. Siempre ha sido un producto demandado y estable en cuanto a su confección. Cada vez han aparecido productos más sofisticados, con una mayor precisión o con nuevas funciones, pero la esencia era la misma:las agujas. Hasta que las compañías tecnológicas decidieron convertir las muñecas del mundo en pequeños teléfonos inteligentes, en los que la hora solo es una función más. Una competencia a la que se enfrentan marcas clásicas como Tissot, la referencia del Grupo Swatch en el rango medio del mercado. Su presidente desde 1996, el francés François Thiébaud, es consciente del reto, pero confía en que el mercado dejará sitio para los relojes tradicionales, no sin reivindicar el carácter innovador que, en su opinión, ha caracterizado y caracterizará a la marca que representa.
Pregunta. El Banco Central Suizo decidió en enero desligarse del euro. Desde entonces, la moneda local se ha encarecido frente a la europea. ¿Les influye?
Respuesta. Está afectando. A nivel de ventas en Europa los primeros meses del año fueron buenos, en la moneda local. Pero, por supuesto, cuando conviertes un euro a 1,05 francos suizos, en vez de a 1,20 como antes, se nota. Cada semana recibo las cifras de ventas, y veo un buen incremento en la facturación de cada región con sus divisisas, como en el caso de Europa, pero cuando las conviertes a francos suizos, el crecimiento se queda en un dígito. Aún así, siguen siendo buenos números. Por tanto, seamos optimistas.
“Tissot creó el primer reloj conectado”
El presidente de Tissot niega que las marcas tradicionales se hayan quedado a la zaga en innovación:“Tanto Tissot como el Grupo Swatch hemos estado siempre conectados a la tecnología. El primer reloj con sistema contactless fue de Swatch, y nosotros creamos con Microsoft el primero conectado:el High-T. No triunfó porque era un reloj complicado”, afirma. Thiébaud reivincida la facilidad de uso de los relojes, aunque reconoce que, incluso uno de sus productos enseña, el T-Touch, cuya esfera reacciona al toque del dedo, también tiene su complejidad:“Fue el primer reloj táctil, hace 15 años. Cuando hablas de Tissot, todo el mundo pinsa en el T-Touch como el más emblemático. Pero hay veces que nos los devuelven por no saber cambiar la hora. La gente quiere sencillez. De los 4,2 millones de relojes que vendimos en 2014, ¿cuántos fueron T-Touch? 150.000. Menos de un 5%”.
P. ¿Temen que afecte a sus previsiones de ventas para este año?
R. Hace unos años también hubo algo parecido con el tipo de cambio con el franco francés. Y Suiza sigue existiendo, sigue siendo un país bello y la vida sigue siendo próspera. De forma inmediata, la decisión del banco central suizo ha tenido un mayor impacto en la parte de compras turísticas. Desde Tissot estamos trabajando para no penalizar al gran consumo. Pero como una compañía global que somos, también nos afecta lo que pasa en EE UU con el dólar. Veamos cómo evoluciona el año. El primer semestre ha sido positivo, y normalmente el segundo es mejor, sobre todo por las compras navideñas. Creo que cerraremos un buen año, no excelente, pero sí un año positivo. Si el franco suizo contra el euro crece al 1,10, el crecimiento será mayor.
P. ¿Cree que se ha estabilizado la situación económica en Europa?
R. Me preocupa más la situación económica general que el tipo de cambio. Los problemas políticos en Europa, lo que ocurre en Oriente Medio... No sabemos cómo pueden evolucionar estos problemas. Después de la tormenta suele venir la calma, pero habrá que ver si escampa de verdad o va a continuar lloviendo.
P. ¿La llegada de los relojes inteligentes (smartwatches in inglés) puede afectarles?
R. ¿Cuánta gente de nuestro entorno lleva un reloj inteligente? Se puede hablar mucho, pero lo que cuenta es la realidad. La producción mundial de relojes está en 1.200 millones de unidades, y Suiza exporta 29,2 millones. Seguro que los gigantes de internet, o los fabricantes chinos, van a querer hacer productos conectados. Pero de esos 1.200 millones, ¿cuántos podrán llegar a ser smartwatches? ¿1.000 millones? ¿Y qué ocurre con el resto? Seguirá siendo un buen potencial para nosotros. Ambos mercados pueden convivir. Además, al final también tenemos que respirar y apagar el teléfono de vez en cuando.
P. ¿No les preocupa que una generación de nativos digitales no vea atractivo comprar un reloj?
R. Cuando el teléfono móvil empezó a ser accesible para todos también se decía lo mismo, que ya no hacía falta mirar la hora en el reloj. Reconozco que, a veces, yo mismo consulto la hora en mi iPad, pero el reloj es el reloj. No te da la hora, sino que te permite controlar tu tiempo. Si quieres adelantar la hora cinco minutos para asegurarte que no vas a llegar tarde a cualquier sitio, puedes hacerlo. En un dispositivo digital la hora es una función más de las muchas que hay, y tienes que aceptar la que se te proporciona, con unas características básicas. Hay gente que teniendo un smartphone prefiere no llevar reloj, es su opción. Pero el reloj tiene algo especial, atrae miradas, y tiene mucho de recuerdo, si es regalo de cumpleaños o te lo has comprado en un momento especial. Y en los dispositivos digitales, si se les acaba la batería, ya no hay reloj.