FCC se ofrece a negociar su multa por retrasos en el Canal de Panamá
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) espera que FCC, la mexicana ICA y la costarricense Meco tengan rematada para el próximo 20 de septiembre su parte en el megaproyecto de construcción del tercer juego de esclusas del Canal, cuya entrada en operación está prevista en abril de 2016. El consorcio trabaja desde comienzos de 2010 en la creación del cauce de aproximación a la infraestructura desde el Pacífico (proyecto CAP-4), pero llega al fin de obra con unos cuatro meses de retraso. El calendario del proyecto fijaba la conclusión el pasado 31 de mayo, por lo que las autoras están siendo multadas con 21.800 euros diarios, según consta en la última memoria trimestral sobre la ampliación publicada esta semana por la ACP, recogiendo el cierre de junio.
De confirmarse las fechas de conclusión de obra, objetivo que las constructoras creen alcanzable, la dilación final será de unos 112 días, después de distintas prórrogas reconocidas por la ACP. La sanción económica a las compañías alcanzará los 2,4 millones de euros.
Con un presupuesto de obra de 378,7 millones de balboas (328 millones de euros), FCC y sus socios ven comprometido su resultado en el proyecto y se han abierto a negociar con la Autoridad del Canal antes de tener que pagar la penalización o acudir a un arbitraje. Este es el contrato de mayor calado otorgado por la ACP en el marco de la construcción del tercer juego de esclusas, donde un consorcio liderado por Sacyr ejecuta la parte más significativa.
Petición fallida
Antes de que expirara el contrato, FCC, ICA y Meco intentaron buscar en marzo una extensión del plazo por 116 días, aludiendo a problemas imprevistos a pie de obra. La ACP se negó el pasado 12 de mayo a hacer esta concesión y a partir del 31 de ese mes, según aparecía fijado en el contrato, comenzó a correr el reloj en contra de las constructoras en forma de penalizaciones. En la misma reclamación FCC demandaba una compensación de 8,6 millones de balboas (7,5 millones de euros), que también le fue denegada. Las empresas tienen recurridas ambas decisiones de la Autoridad del Canal de Panamá.
Al cierre del primer semestre la ACP calculaba que el contrato estaba ejecutado ya en un 90% de su totalidad (el avance era del 84% a la conclusión del mes de marzo), con 22,78 millones de metros cúbicos excavados sobre un total de 26 millones previstos, pese a las tensiones entre las empresas y el sindicato Untraics tras distintos paros.
Meses atrás FCC sí logró que se le reconocieran sobrecostes por las inesperadas condiciones encontradas en los terrenos (49,3 millones de balboas en junio de 2014), el encarecimiento del diésel (4,6 millones de balboas) o trabajos adicionales en excavaciones (21,5 millones), entre otros modificados.
Sacyr y la ACP analizan las fugas de agua
Alarma en las redes sociales y toda una situación de emergencia en el Canal de Panamá es lo que han desatado desde mediados de mes una serie de filtraciones de agua detectadas en las nuevas esclusas construidas por Sacyr, concretamente en el sector Pacífico. El asunto saltó a Twitter el pasado fin de semana, con un vídeo y un juego de fotos que motivaron centenares de comentarios.
El consorcio de constructoras GUPC reconoció el problema y se han mantenido reuniones con los responsables de la Autoridad del Canal de Panamá. Su máxima autoridad, Jorge Quijano, ha asegurado que “la Autoridad del Canal de Panamá no aceptará nada lejano a la perfección”. Y el gerente de la esclusas, el ejecutivo de la ACP Jorge de la Guardia ha reconocido que las constructoras han demostrado máxima diligencia en cuanto se ha detectado el problema. El primer paso de las constratistas fue consultar e involucrar en la solución al diseñador de la infraestructura, la estadounidense Montgomery Watson Harza.
La reparación podría llevarse un mes de trabajo y, según las primeras estimaciones, no deberían afectar a la entrega de la infraestructura en abril de 2016 a la citada Autoridad del Canal. La gestora del paso marítimo ha reconocido que el problema no es catastrófico, pero reclama el máximo cuidado en la reparación.