Bradesco gana al Santander la pugna por HSBC Brasil
HSBC Brasil pasará a manos del banco local Bradesco tras un proceso competitivo en el que Banco Santander esperaba salir vencedor.
La “buena oferta” que el presidente de Banco Santander Brasil, Jesús Zabalza, confirmó la pasada semana que había presentado a HSBC por su filial en el país ha resultado ser insuficiente. El banco británico anunció este lunes que adjudicaba su unidad brasileña al competidor local Bradesco por 5.200 millones de dólares (unos 4.730 millones de euros). Es decir, 1,8 veces el valor contable de los activos de la unidad a 30 de junio.
La operación consagra a Bradesco como el segundo mayor banco brasileño, solo por detrás de Itaú Unibanco. El paquete que acaba de adquirir incluye HSBC Bank Brasil, Banco Multiplo y HSBC Serviços e Participações, así como 853 sucursales en 531 municipios y unos cinco millones de clientes.
Un lote que había despertado con fuerza el interés de Ana Patricia Botín. La presidenta de Banco Santander busca reforzar el negocio en un país que, aunque supone junto a Reino Unido la mayor fuente de ingresos del grupo, también le ha deparado ciertos reveses en los últimos tiempos. A la fallida salida a Bolsa de Santander Brasil, cuyas acciones fueron recompradas por el grupo, se le une el frenazo que ha sufrido la economía del país en los últimos tiempos.
Giro estratégico
Para HSBC, por su parte, el cierre de la venta de su filial brasileña supone un primer avance de calado en su plan de reestructuración. La hoja de ruta del grupo financiero, el primero en Europa por volumen de activos y el tercero del mundo, pasa por perder peso en las zonas geográficas menos productivas para afianzar su renovada apuesta por Asia.
En concreto, según comunicó ayer la entidad, la venta de HSBC Brasil “es un importante paso en el objetivo declarado de optimizar su red global y reducir complejidad”. La entidad solo permanecerá en el gigante sudamericano para atender a grandes empresas.
El movimiento se enmarca en el plan estratégico de HSBC de desinvertir 290.000 millones de euros en activos de riesgo para 2017. Además de la salida de Brasil, este proyecto incluye la retirada del grupo de otros territorios, como Turquía, así como la supresión de 50.000 empleos en todo el planeta.
El consejero delegado de HSBC, Stuart Gulliver, detalló ayer que con esta última operación el grupo rebaja en 37.000 millones de dólares sus activos, a la vez que “ofrece un excelente valor a los accionistas y supone un cumplimiento significativo” del mencionado plan. En paralelo, el gigante financiero está reforzando su negocio en Oriente, especialmente en China, donde HSBC dice haber detectado grandes oportunidades de crecimiento.