La joven Integralia quiere ser un referente en reconstruir países
Tiene cinco años de vida y se está consolidando a base de nadar contracorriente. Industrias Metálicas Integralia nació en plena crisis económica y enfocada hacia la edificación, obra civil e industrial, lo que ya es jugársela en un momento en que las inversiones estaban extinguidas y la financiación, cerrada.
Pero además, eligió para asentarse la que es, seguro, una de las zonas más castigadas por el hundimiento de la construcción: la comarca toledana de La Sagra, donde han cerrado decenas de empresas dedicadas a la producción de materiales de construcción. Es evidente que abundaban las oportunidades de alquiler y compra de naves en los polígonos industriales, hoy cementerios empresariales, de la zona.
Por último, la firma se proponía echar un pulso con el diseño, fabricación y montaje de estructuras metálicas al tradicional armazón de hormigón. ¿Alguien podía ver futuro en semejante arranque?
Pues no solo lo vieron los directivos fundadores de la compañía, sino que se les unió a primeros de años el veterano empresario Antonio Tuñón, quien ha tomado días atrás la presidencia de la empresa.
Conocido por haber dirigido Cepsa e Hidrocantábrico, o haber representado a CVC en el consejo de Abertis, Tuñón acudió a una ampliación de capital de Integralia en enero. Fue a través de uno de sus instrumentos de inversión, Inverbatán, y a partir de ahí se ha puesto en marcha un plan estratégico 2015-2020 que busca triplicar los ingresos desde los modestos 10 millones actuales hasta los 30 millones. Eso si no se cruza una operación corporativa que estimule el crecimiento y a la que Integralia no está ni mucho menos cerrada.
El ejemplo de esta empresa de nicho, en un mercado de gigantes como es el de la construcción, bien puede constituir la forja de un futuro líder desde la localidad de Cabañas de la Sagra, a 20 kilómetros de Toledo. Integralia se está fijando en puntos del planeta donde muchos prefieren no detenerse: Irak, Libia, Haití o en el incipiente mercado cubano. La compañía toledana confía en la cabida de su oferta, basada principalmente en estructuras de acero, en países en reconstrucción. Y también en otros destinos de moda, como Panamá, Perú o Colombia, donde baraja abrir una planta como la que tiene en Toledo tras intentarlo ya en Perú. “En el salto internacional de nuestro negocio uno de los aspectos a tener más en cuenta es el coste de transportar grandes volúmenes de material”, explica Tuñón al referirse a la búsqueda de emplazamiento para una planta en América Latina.
Referencias en Irak
Integralia ha concluido su parte en dos estadios de fútbol en Irak, el Babil Stadium (30.000 personas de capacidad) y el Al Rusafa Stadium (31.200 localidades), en las regiones de Al Hilla y Baghdad. Cada uno de ellos estaba presupuestado en 90 millones de euros e Integralia era la única firma española presente. También ha trabajado en los últimos meses en el esqueleto del campo de fútbol de Misurata, en Líbia, donde colaboró con la constructora Tripoli Arena, que le ha abierto la puerta en estos mercados.
En ese espacio deportivo, dedicado al fútbol y con capacidad para 21.000 personas, ArcelorMittal aportó 600 toneladas de vigas y miles de metros cuadrados de chapas y paneles para la fachada y cubierta. En el mundo árabe se ha convertido en toda una referencia en edificación.
“La estructura metálica está ganando terreno al tradicional armazón de hormigón. Construimos más rápido y los materiales sorprenden por su flexibilidad especialmente en estructuras verticales”, explica Tuñón.
La experiencia en Irak y referencias en España como la del nuevo estadio del bilbaino Athletic Club (la cubierta y tirantes del graderío son de Integralia), en el que participó junto a distintas constructoras, hacen que la empresa esté recibiendo llamadas especialmente de los citados países árabes.
En cuanto al mercado doméstico, Integralia espera que el impulso económico se traduzca en nuevos proyectos de edificación y mayor atención a la conservación y mantenimiento de infraestructuras. En obra civil ha participado recientemente en la construcción del viaducto vasco de Bistibieta, para el tren de alta velocidad; dentro de la obra industrial ha entregado recientemente una terminal logística para graneles en el puerto de Huelva, y en edificación destacan la nueva estación de AVE en Vigo, el Palacio de Exposiciones y Congresos de León, el Centro Comercial Puerto Venecia de Zaragoza o la recién entregada estructura de un edificio en Bogotá para el personal de la aerolínea Avianca.