Con el verano llega la hora de poner a punto los hogares
Bankia dispone del Crédito Inmediato y del Puede Más para estas actividades.
Al llegar la temporada estival, el sector turismo está de enhorabuena. Los ingresos que hoteles y agencias de viajes realizan durante estos meses son los más relevantes para su facturación anual. Pero no son los únicos: constructores, carpinteros y pintores también hacen su agosto.
“Nosotras hemos decidido realizar nuestra reforma en julio porque es más fácil aparcar, los contenedores de obra molestan menos y perjudicamos a menos vecinos, ya que muchos de ellos están de vacaciones”, declara Paula Sánchez, una joven que está comenzando las obras en su hogar.
Pero esta no es la única razón que anima a los propietarios a reformar sus pisos en verano. “Yo no me pongo a hacer una obra en otoño o invierno ni loca”, comenta Ángela Fernández, propietaria de un inmueble en el madrileño barrio de Barajas. “Te expones a que llueva y a que los obreros te digan que no pueden trabajar... Las obras y humedades se prolongan demasiado. Yo lo tengo claro, en mi casa se pueden hacer reformas entre mayo y septiembre, fuera de esos meses no”, recalca.
Tomás Martínez es constructor y reformista y asegura que sus ingresos más altos los percibe entre finales de primavera y principios de verano. “La gente quiere tener sus casas a punto para la llegada del calor”, afirma. Las obras que lleva a cabo con mayor frecuencia son adaptaciones, que consisten en ampliar habitaciones restando metros a otras partes de la casa, “y por supuesto, reformas en baños y cocinas”, añade. Los trabajos en estas últimas estancias suelen ser los más caros.
Pero antes de comenzar una reforma es importante llevar a la práctica varias recomendaciones. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aporta varios consejos.
El primero, buscar profesionales con referencias. Lo cierto es que muchos propietarios suelen seguirlo, y que un alto porcentaje de presupuestos se aceptan por las experiencias de amigos, familiares o conocidos, que han utilizado los servicios de la empresa con anterioridad. “En nuestro caso, aunque pedimos tres presupuestos diferentes, nos quedamos con los operarios que han realizado obras en varias casas de conocidos. Las habíamos visitado y nos había gustado el trabajo”, explica Sánchez.
Precisamente, el solicitar tres presupuestos es otro de los consejos que ofrece la OCU. El hacerlo puede evitar que gastemos más de la cuenta. Tania Salgado está comenzando a pedir presupuestos. La reforma que quiere llevar a cabo incluye quitar el gotelé y pintar, incorporar varios armarios empotrados y arreglar unas filtraciones en los baños. “Acabo de recibir un segundo presupuesto y solo en retirar el gotelé y pintar un total de 273 m2, hay una diferencia de casi 2.000 euros. Desde los 4.063 euros que me pide una de las empresas hasta los 2.450 que me ofrece la otra”, precisa Salgado.
Desde Habitissimo animan a buscar y comparar. Su web ayuda a conectar oferta y demanda en el sector de las obras, las reformas y los servicios para el hogar. Así, ofrece a los propietarios la posibilidad de publicar gratuitamente una solicitud de presupuesto. El cliente es contactado por un mínimo de cuatro profesionales que trabajan en su zona.
Otra sugerencia de la OCU es establecer por escrito una fecha de finalización e incluirla en el presupuesto: “Es vital que el contrato fije una fecha de finalización de la reforma, superada la cual el profesional deberá pagar una penalización (por ejemplo, 60 euros por día de retraso)”. Lo cierto es que este consejo no es llevado a la práctica por muchos propietarios y si lo hacen, es de forma verbal.
Es el caso de Ángela Fernández. Por circunstancias personales su obra (reformar una cocina) no podía alargarse más de un mes y medio. Tras negociar con la empresa, esta finalmente accedió, pero no incluyó ninguna cláusula adicional.
Ayudas públicas, una opción de financiación
A la hora de llevar una obra a cabo, también es aconsejable informarse sobre las ayudas que los organismos públicos ofrecen para poner a punto los hogares. El Ministerio de Fomento ofrece dos alternativas.
La primera es el Programa de Fomento de la rehabilitación edificadora. Para solicitarla, las viviendas tienen que haber sido construidas antes de 1981 y el 70% de su uso debe ser residencial. El importe de la ayuda varía según el tipo de reforma, pero se podrán solicitar hasta 4.000 euros por conservación de vivienda, hasta 2.000 euros por mejorar la eficiencia energética o hasta los 4.000 para hacerla más accesible.
La segunda, Programa de Fomento para la regeneración y la renovación urbana, contempla diversas ayudas para financiar obras generales de rehabilitación, tanto para edificios como para viviendas particulares. Las ayudas parten de los 11.000 euros y van hasta los 30.000 euros.
Otra opción para solicitar ayudas son los programas especiales de las comunidades autónomas. Las más destacadas son las destinadas a acondicionar los hogares para personas con movilidad reducida. También para conservar las propiedades en edificios históricos, mejoras de barrios y fomento de ciudades sostenibles y competitivas.
La realidad es que muchas veces los propietarios no las solicitan y que cuando lo hacen, en ocasiones prefieren no aceptarlas.
De esta posibilidad habla Clara García, una madrileña que acaba de terminar las reformas de su casa ubicada en el centro de la ciudad. “Me planteé utilizar las ayudas para realizar un cambio de ventanas, pero estas deben cumplir tantos requisitos que cuando pides presupuesto resulta que son de las más caras del mercado, porque son de última generación. Al final, la ayuda solo sirve si piensas poner las mejores ventanas, con el correspondiente gasto que conlleva”.
Otra realidad a la que García apunta es la práctica que algunos obreros llevan a cabo: “Cuando llega el momento de preparar la factura, te ofrecen hacerla con IVA o sin IVA. En mi caso suponía 2.000 euros de diferencia. Si pides ayudas tienes que hacerlo de forma legal, por lo que tendrías que declarar el IVA. Si a eso le sumas todo el papeleo que hay que realizar para solicitarlas y el tiempo que ello conlleva… Prefiero optar por la ayuda económica de la factura sin IVA”.
Sin embargo, desde la OCU aconsejan facturar siempre con IVA, con el fin de poder deducir las obras, solicitar ayudas públicas y, lo más importante, reclamar si la reforma se hizo mal.
No hay que olvidarse de otras posibilidades de financiación. Así como se piden varios presupuestos, es conveniente acudir a varias entidades a informarse sobre las condiciones que ofrecen.
Bankia, por ejemplo, ofrece dos tipos de créditos. El Puedes Más, préstamo al consumo dirigido a particulares que cobra un tipo de interés mínimo del 9,00% y una comisión de apertura del 2,00% según la vinculación del cliente. El importe máximo es de 60.000 euros, con un plazo de 96 meses. Y el Crédito Inmediato, préstamo al consumo que entrega un máximo de 30.000 euros a 60 meses con un 9% de tipo de interés y 2% de comisión de apertura.