El destino de los 1.000 millones ingresados por El Corte Inglés
La semana comenzó con una noticia que se convirtió en un hito para El Corte Inglés, el mayor grupo de grandes almacenes de Europa en facturación: la entrada de un inversor ajeno a las familias propietarias, el jeque catarí Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani.
Una operación que, aunque conocida ahora lleva gestándose meses. Fue el anterior presidente, Isidoro Álvarez, el que antes de su fallecimiento comenzó con las negociaciones. El lunes, casi un año después, se hizo realidad.
El inversor puso sobre la mesa 1.000 millones de euros para hacerse con el 10% de la firma a través de un instrumento convertible en acciones en tres años. Queda ahora por ver el destino de del dinero ingresado por el grupo. La empresa afirmaba en un comunicado el lunes que servirá para “apoyar el desarrollo estratégico del grupo”. Una estrategia que pasa por dos ejes principales: la expansión al exterior y la reducción de la deuda.
La vocación de internacionalización es, por tanto, uno de los motores que ha impulsado a El Corte Inglés a aceptar la entrada del inversor en una empresa controlada por los herederos de Ramón Areces e Isidoro Álvarez.
La participación, aunque minoritaria, da un empuje a los planes de crecimiento en el exterior. Este fue uno de los objetivos de Álvarez durante sus últimos años de presidencia, por lo que se entiende que la operación se ha realizado a caballo entre el histórico presidente y el actual, Dimas Gimeno.
El mercado español es maduro, en caída durante los últimos años por el frenazo del consumo. Aunque se comienza a apreciar una mejora, parece difícil que se puedan recuperar las cotas precias a la crisis. Por ello, abrirse al exterior parece una conclusión razonable para cualquier compañía española.
Con dos centros en Portugal y una mala experiencia en Italia, donde no llegaron a abrir tras haber llegado a decidir localización en Milán, el grupo se presenta ahora al extranjero con una credencial, el jeque Al Thani.
No se trata de un inversor inexperto. Lleva tras sus espaldas las operaciones realizadas en el Deutsche Bank y el KBL Luxemburg Bank. Además, a través de distintos vehículos de inversión, entre los que destaca el fondo Qatar Investment Authority, está presente en Iberdrola, con el 9,6% de las acciones; IAG, con el 9,99% o el 17% que tiene en Volkswagen. Relacionados con El Corte Inglés, tiene el control de Harrods y es el primer accionista de la cadena de distribución Sainsbury’s.
La compañía afirma que no hay todavía en la mesa plazos y destinos, pero queda claro que esta inversión supone un impulso y una aceleración a los recurrentes planes de expansión internacional.
Un desahogo para la deuda
Otro caso es la deuda. El Corte Inglés refinanció en 2013 con la banca los 4.900 millones que adeudaba, una operación que dio entrada además al Banco Santander en el accionariado de la financiera del grupo. La compañía cuenta, además, con 600 millones de euros en bonos emitidos a comienzo de este año. Parte de la inyección de capital que entra ahora en el grupo tiene como destino reducir el montante de los préstamos.
La compañía no confirma todavía cuál será la proporción de los 1.000 millones que se destinará a cada uno de los objetivos del grupo. Es previsible que el grupo ahonde más en sus planes en la presentación de resultados del año 2014 que se realiza a finales de agosto.
En cualquiera de los casos, El Corte Inglés tiene tareas pendientes que no debe olvidar. Principalmente, debe adaptar todos sus formatos a las nuevas exigencias del consumo en el mercado nacional, como ya hizo con Supercor, sustituyendo a Opencor. En un mes se conocerá con qué salud llega el grupo para abordar los planes de expansión internacional.