La RSC fomenta la estabilidad de los mercados
Análisis y estudios sobre la crisis económica y financiera muestran que uno de los causantes de esta ha sido la falta de información clara y transparente desde las empresas y otras instituciones hacia sus grupos de interés. Una carencia que se explica porque en muchas organizaciones las políticas de RSC no estaban en el corazón mismo del modelo de negocio. Y aunque se reconoce que la RSC, por sí sola, no habría evitado la crisis financiera, existe acuerdo en que probablemente la habría hecho menos violenta.
La aportación de la RSC al aumento de la transparencia en el sector financiero ha sido el objeto de la tercera edición del curso sobre inversión socialmente responsable (ISR) celebrado en Madrid y organizado por la Universidad Pontificia de Salamanca, la Fundación Pablo VI, Santander Asset Management España y Spainsif, bajo el título La transparencia en el mundo de las finanzas y las aportaciones desde la ISR.
Se trata, como apuntó Ángel Benito, de la introducción de valores sociales en la empresa
Ángel Benito, director general de mercados de la CNMV, destacó durante su intervención las múltiples iniciativas de carácter normativo relacionadas con las buenas prácticas en materia de gobierno corporativo en los últimos años, y especialmente en España con la reforma de la Ley de Sociedades de Capital y el Código de Buen Gobierno. “El objetivo último de la reforma no es otro que construir las bases precisas para que las empresas generen beneficios de forma sostenida en el tiempo minimizando las externalidades negativas mientras se potencian las externalidades positivas sobre empleados, clientes, proveedores, el resto de stakeholders y la comunidad en su conjunto”, señaló Benito.
Se trata pues, como apuntó Benito, de la introducción de valores de tipo social en la empresa. “Lo que hemos pretendido es concienciar a la empresa de la necesidad de hacer un replanteamiento global de su forma de gestión y de funcionamiento. Un cambio para lograr que las cosas nos vayan mejor a todos”, sentenció. Porque “un marco adecuado de gobernanza puede frenar gestiones cortoplacistas perjudiciales y limitar la asunción de riesgos excesivos, contribuyendo así a lograr un crecimiento más sostenible”.
El director general de mercados de la CNMV destacó que cada vez existe una mayor conciencia de que el buen gobierno de las empresas fomenta la estabilidad de los mercados y potencia la confianza de los inversores.
José Mercado, presidente de Santander AM España, también ponente en el curso, quiso resaltar que, aunque tarde, se va reaccionando en el asunto de la transparencia. Mercado destacó los tres elementos que están haciendo posible esa transformación: “En primer lugar, poner el foco en el horizonte de las inversiones, sustituyendo el cortoplacismo por la inversión de largo plazo; segundo, incluyendo en el proceso de toma de decisión de las inversiones nuevos parámetros de corte social, medioambiental o de gobierno corporativo, y por último, la comercialización de productos financieros sencillos en su estructura, justos en su retribución y adaptables a las necesidades de los inversores”.
Porque, para el presidente de Santander AM España, “la inversión socialmente responsable es una manifestación más de la creciente presión social que gravita sobre el mundo empresarial y financiero para que sus dirigentes asuman el compromiso de crear valor no solo para los accionistas, sino también para el resto de la sociedad, como una nueva forma de entender la empresa, la economía y la sociedad”.
Criterios ISR
En los últimos años han surgido una serie de iniciativas que están consolidando la inversión socialmente responsable (ISR) como un elemento de mejora de las empresas a las que se va a invertir, señaló en su intervención José Mercado. Como resultado de ello, Mercado recordó que el volumen gestionado a nivel mundial bajo algún tipo de inversión considerada como ISR se ha elevado hasta los 21,4 billones de dólares a inicios de 2014, con un crecimiento del 61% en los dos últimos años. “Y ya supone un 30,2% del patrimonio total gestionado de forma profesional, es decir, que casi uno de cada tres dólares gestionados de forma profesional incorpora criterios de ISR”.