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Creará un fondo para impulsar seis ‘startups’ en tres años

La Fundación Botín redobla su apuesta por la biotecnología

La fundación se reservará una participación minoritaria en el vehículo de inversión Las empresas 'biotech' apadrinadas por la institución tienen una valoración de 34,4 millones

Efe
Manuel G. Pascual

El apoyo a la creación de empresas biotecnológicas es uno de los pilares sobre los que se asienta la actividad de la Fundación Botín. Uno de sus programas, Mind the Gap, ha logrado atraer 6,3 millones de euros de inversores nacionales e internacionales desde 2010 para que las investigaciones de los científicos más punteros del país se convirtieran en proyectos empresariales.

Más de la mitad de esa suma se levantó solo el año pasado. Tan bien está funcionando esta iniciativa que el presidente de la Fundación, Javier Botín, avanzó ayer que la institución trabaja en la creación de un fondo para atraer capital externo y colocarlo en el sector biotech. “Nuestro empeño en esta actividad irá a más”, aseguró Botín.

34,4 millones de inversión social en 2014

Las primeras palabras del presidente de la Fundación Botín durante la presentación de la memoria de 2014 fueron para recordar a su padre y antecesor en el cargo, Emilio Botín, fallecido en septiembre del año pasado. “Durante sus 21 años de presidencia se invirtió en proyectos sociales 360 millones de euros, convirtiendo la nuestra en una de las mayores fundaciones privadas de España por volumen de inversión y patrimonio”, apuntó Javier Botín.

El año pasado se cerró con una inversión total de 34,4 millones, una cifra que “se mantendrá” durante este ejercicio. Casi la mitad del presupuesto se dedicó a las obras de construcción del Centro Botín, el proyecto estrella de la fundación.

“No nos atrevemos a dar una fecha definitiva de inauguración”, apuntó Botín tras reconocer haberse “precipitado” el año pasado cuando se fijó su estreno para septiembre de 2014, coincidiendo con la celebración del Mundial de Vela que acogió la capital cántabra.

Botín destacó también la labor realizada en educación, otra de las áreas clave de la fundación. “En 2014 sumamos dos nuevas comunidades autónomas, Murcia y Galicia, al programa Educación Responsable, presente ya en más de 150 centros de toda España”, apuntó. Dicha línea de actuación, de la que se benefician 70.000 alumnos, se ocupa de desarrollar la inteligencia emocional, una de las competencias que los pedagogos consideran hoy más relevantes en la formación de niños y jóvenes. El presidente de la fundación anunció también que Castilla-La Mancha será la próxima región en la que se aplicará el programa, que también dará próximamente el salto a Uruguay.

Las actuaciones en desarrollo rural, muy centradas en Cantabria, lograron crear 32 empresas y 73 empleos.

El fondo, que previsiblemente quedará constituido antes de acabar el año, contará con una participación minoritaria de la Fundación. La intención es dar entrada a grandes patrimonios nacionales e internacionales que busquen invertir en un sector tan pujante como el de la biotecnología.

La idea de crear este vehículo de inversión surgió a partir del interés mostrado por terceras personas en colocar su dinero en actividades rentables y que a la vez tuvieran un fuerte impacto social. “Tenemos experiencia en la transferencia de tecnología. ¿Por qué no poner nuestra estructura al servicio de los inversores externos?”, apuntan desde la institución.

La actividad de la Fundación ha puesto en marcha tres empresas biotecnológicas hasta la fecha. El 14 septiembre se constituirán dos más, y la intención del fondo que ultima la Fundación será lanzar en los próximos dos o tres años seis nuevas compañías. En total han generado 28 empleos directos hasta la fecha.

La joya de la corona

El valor agregado de dichas compañías es de 34,4 millones de euros, con una inversión semilla de la Fundación de 1,9 millones. En 2014 facturaron 370.000 euros en 2014, cifra que irá en aumento a medida que maduren los proyectos.

El resultado más exitoso hasta la fecha del plan Mind de Gap es Life Length, la firma liderada por la investigadora María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Su startup, con presencia comercial en 20 países, es la única en el mundo capaz de medir los telómeros de los cromosomas, un indicador del envejecimiento celular clave en la evaluación de la eficacia de algunos fármacos contra el cáncer.

Esta compañía, que nació gracias a la inversión semilla de la Fundación Botín (600.000 euros), que actualmente mantiene una participación cercana al 20% del capital, ha logrado captar 1,5 millones de la multinacional japonesa Yamada Bee Farm, con la que ha constituido una joint venture, y recibirá otros 1,5 millones adicionales que ya están comprometidos. La empresa da trabajo a 20 personas y ha generado otros 500 empleos indirectos entre España y EE UU.

Las otras dos empresas que ya están en funcionamiento son Dreamgenics, especializada en el análisis del genoma, y Textia Innovative Solutions, que produce un material textil inteligente patentado. Cada una recibió cerca de 300.000 euros de la fundación.

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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