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En Puerta de Hierro, 12 de Octubre, Gregorio Marañon, Clinic y Navarra se hacen trasplantes

Los mejores hospitales españoles para tratarse del corazón

La cardiología es, quizá, la especialidad médica más vocacional que existe. Una de las primeras que se acaba cuando cada año eligen los médicos residentes (MIR) y, obviamente, la que atrae a los mejores profesionales. Puede que sea porque “hay algo de magia en ella”, como asegura José Luis López-Sendón, jefe de cardiología del Hospital La Paz, pero también porque las enfermedades cardiovasculares tienen el índice de mortalidad más alto, incluso por delante del cáncer.

En España, si pudiéramos elegir dónde tratarnos del corazón, lo tendríamos fácil. Una decena de centros, la mayoría públicos, tiene prestigio internacional. Gregorio Marañón –en lo más alto del pódium–, La Paz, 12 de Octubre y Clínico San Carlos, en Madrid, y Vall d’Hebron y Clínic, en Barcelona, encabezan el ranking del Monitor de Reputación Sanitaria, donde también destacan el Virgen del Rocío de Sevilla, el Puerta de Hierro de Madrid o la privada Clínica de Navarra.

Casi todos hacen los mismos trucos de magia. Sin necesidad de abrir el pecho, implantan dispositivos biodegradables para infartos, percutáneos para la insuficiencia cardiaca, marcapasos sin cables, desfibriladores internos, y algunos hacen trasplantes y ya trabajan con terapias de células madre. Y eso que en España “mueren menos pacientes coronarios que en otros países y muchos se han hecho crónicos”, aclara Fernando Arribas, jefe de cardiología del 12 de Octubre.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Dice López-Sendón que “en La Paz, una de las claves ha sido formar un equipo sólido trabajando directamente con la dirección médica (la misma desde hace años), lo que permite desarrollar proyectos a largo plazo en una área tan compleja (hemodinámica, arritmias)”.

Fichar a los mejores profesionales, trabajar en equipo con otros servicios del hospital, de fuera de él e incluso fuera de España, investigar mucho y, ahora, trabajar más cobrando menos han hecho posible el milagro. En La Paz, 200 profesionales (médicos, enfermeras...) integran el servicio, que no tiene listas de espera en ecocardiografía, cateterismos, angioplastias, cirugías, etc. Una vez que las cosas van bien “se produce un efecto multiplicador. Ahora solo falta medir los resultados”, comenta López-Sendón.

Tener una cartera de servicios completa, incluidos los trasplantes; las técnicas más avanzadas (en arritmias, insuficiencia cardiaca, etc.), y la diferenciación en áreas concretas ha permitido al Gregorio Marañón llegar donde está, opina el jefe de cardiología, Francisco Fernández-Avilés. Una de las más destacadas es la cardiopatía congénita, una unidad de referencia nacional –opera al año a 300 niños con esta patología–, que exige profesionales muy experimentados. También es puntero en investigación clínica. Actualmente, trabaja con animales para construir corazones con células madre a partir de corazones de cadáveres. El siguiente paso, en las personas.

En el Vall d’Hebron, la combinación de la actividad asistencial, una alta dosis de investigación y la docencia son, a juicio del responsable de cardiología, David García-Dorado, la fórmula que ha traído el prestigio. Dispone de unidades multidisciplinares (de endocarditis, cardiopatía congénita, intervencionismo) y de programas que cubren los distintos escenarios de una enfermedad (en casa o en el médico de familia). Cuenta con tecnología punta, dispone de un sistema robótico para implantar prótesis por la aorta o un quirófano híbrido. Ingresa más de 2.000 pacientes al año, realiza más de 1.300 angioplastias y recibe muchos enfermos de fuera de Barcelona con patología aórtica valvular.

La creación del Instituto Cardiovascular, hace 15 años, supuso un impulso para la cardiología del Clínico San Carlos y un apoyo a los profesionales, que han apostado por las técnicas innovadoras, según explica el director, Julián Pérez-Villacastín. Hoy, el centro compite internacionalmente en hemodinámica, arritmias, cirugía cardiaca y vascular, etc., y cuenta con consultas de alta resolución, coordinadas con los médicos de familia y especializadas en endocarditis, patología aórtica o cardiopatías familiares, entre otras. Desde 2003 tiene una sala satélite intervencionista y arritmias en el Severo Ochoa de Leganés y otra en el Príncipe de Asturias. No hace trasplantes porque ya los realizan otros centros y, a juicio de Villacastín, “hay que planificar la actividad. Todos los hospitales no pueden hacer todo”.

El 12 de Octubre también cuenta con una cartera completa de servicios multidisciplinar, incluidos los trasplantes, aunque, según lo describe Arribas, “ha sido un hospital muy duro”, con un alto volumen de pacientes de todo el sur de Madrid. Referente nacional en cardiopatías congénitas, angioplastias (450 al año) e hipertensión pulmonar, este centro ha creado una figura, el medico científico, que trabajará a tiempo parcial en el CNIO y en el hospital para impulsar la investigación.

Los profesionales y el modelo organizativo basado en institutos, con cierta capacidad de gestión, han sido la clave para que el Hospital Clínic esté entre los mejores en cardiología, explica Manuel Sabaté, jefe de cardiología. Infarto de miocardio, estenosis aórtica, insuficiencia mitral y cardiaca o fibrilación auricular son algunos de las patologías resueltas en el centro, que también lleva a cabo trasplantes.

Trasplantes de corazón se realizan en Puerta de Hierro, El 12 de Octubre, Gregorio Mañarón, El Hospital Clinic de Barcelona y en la Clínica Navarra.

La Clínica de Navarra se cuela en la élite

José Ignacio García Bolao, jefe de cardiología de la Clínica de Navarra, dice que el éxito, además de la exclusividad de los profesionales, obedece a la integración de la Clínica y la universidad, lo que ha permitido sinergias de una estructura de asistencia, docencia e investigación. El departamento de cardiología (médico y quirúrgico) destaca en las áreas de arritmias, donde se realizan unas 300 ablaciones al año, 150 de ellas de fibrilación auricular, con técnicas como la crioablación, entre otras.Cuenta con una sala de electrofisiología dotada de un moderno sistema de navegación para reducir la dosis de radiación del paciente. Además, despunta en la implantación de desfibriladores, el seguimiento remoto de los pacientes, la hemodinámica y en trasplantes cardiacos.

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