CaixaBank culmina la absorción de Barclays con una integración exprés
La integración se hará sin afectar a la operativa de cobros y pagos de los 550.00 clientes procedentes de Barclays. CaixaBank amplía su red a 5.438 oficinas.
Nueve meses después de su anuncio oficioso, la adquisición del negocio minorista de Barclays en España por parte de CaixaBank ha quedado oficialmente culminada este jueves con la inscripción en el registro mercantil de la escritura pública de fusión de ambas entidades, una vez obtenida la autorización definitiva del Ministerio de Economía.
Consumada la operación, la entidad catalana ha puesto en marcha inmediatamente un proceso de integración exprés con el objetivo de que los 550.000 clientes ganados en la operación estén operando ya el lunes con el sistema informático, la oferta comercial y el logo de CaixaBank en la puerta de su oficina.
Isidro Fainé, presidente de CaixaBank, aprovechará para ello la celebración este viernes del día de su patrón, festividad en Madrid, que proporciona a la entidad un puente de tres días para transformar las sucursales adquiridas en la comunidad, donde se concentran 95 de las 261 oficinas absorbidas en total al banco británico.
Ayer mismo, de hecho, comenzaron a susituirse los rótulos y escaparates de algunas de las oficinas más representativas de Barclays mientras que el grueso de las demás serán susituidas para el lunes.
En paralelo, durante el fin de semana se llevará a cabo la integración tecnológica y operativa de clientes y productos que viene esbozándose desde hace cuatro meses, cuando se cerró el acuerdo definitivo de compra.
Esta adpatación conllevará cambios para los clientes en algunos productos, como las cuentas o las tarjetas, que cambiarán de numeración, si bien desde CaixaBank aseveran que “la operativa de domiciliaciones, cobros y pagos no se verá afectada por este cambio” con lo que la clientela de Barclays “no tendrá que realizar gestión alguna”. Es más, los nuevos clientes de la entidad catalana podrán operar a través de la banca online de CaixaBank usando los mismos códigos que ya utilizaban en la de Barclays.
Para la entidad catalana, de otra parte, consumar la operación consolida su posición de liderazgo en número de oficinas en España, con un total de 5.438 sucursales. La entidad, que cuenta con 14 millones de clientes en el mercado español y una cuota de penetración del 28,2% entre particulares (como primera entidad para el 24%), eleva además su volumen de activos totales hasta los 355.557 millones de euros.
CaixaBank, que pagó 820 millones por el negocio minorista de Barclays en España, aspira a obtener con la operacióin unas sinergias de alrededor del 48% sobre la base inicial de costes de 2016, estimando un ahorro de costes brutos para el año que viene de 163 millones de euros.
La firma británica no desaparece del país
La inclusión en el registro mercantil de la adquisición del negocio de banca de particulares, gestión de patrimonio y banca corporativa de Barclays en España por parte de CaixaBank supone la extinción de la marca Barclays Bank SAU y la transmisión de su patrimonio a CaixaBank, que absorbe los derechos y obligaciones de la primera. La desaparición de esta marca, no obstante, no supone la salida en firme del grupo financiero británico del país. Este conserva en España fundamentalmente su negocio de banca de inversión, con unos 60 empleados, y el de tarjetas, Barclaycard, con otros tantos, apoyados por la central de soporte de este área, que cuenta con unos 250 empleados. Aunque la firma ha avanzado sus planes de ir reduciendo su anterior expansión internacional, una vez concluida esta operación Barclays asegura que aspira a fortalecer las dos patas de negocio que conserva en España y apuesta por mantener cierta visibilidad con iniciativas como el Barclaycard Center (antiguo Palacio de los Deportes de Madrid). El acuerdo de venta de su negocio minorista a CaixaBank incluía el traspaso de 2.297 empleados que la entidad catalana ha integrado tras llevar a cabo un ajuste inicial. Este, concretamente, afectó a 975 empleados de los que 112 salieron mediante la aplicación de un despido forzoso, lo que ha suscitado protestas entre los sindicatos, mientras que para el resto se acordaron bajas incentivadas o recolocaciones.