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El índice avanza un 0,15% tras llegar a caer más de un 2%

El Ibex sube tras frenar el euro y la deuda su repunte

El interés del bono a diez años cae al 1,74% Gamesa avanza un 9,4% tras resultados y OHL cae un 9,1%

Un caballero de nacionalidad nipona mira cotizaciones en un monitor.
Un caballero de nacionalidad nipona mira cotizaciones en un monitor. FRANCK ROBICHON (EFE)

Los buenos giros de guión en el cine son aquellos que pillan desprevenido al espectador. Salvo excepciones (aquellos inversores que están haciendo un negocio jugoso por sus posiciones bajistas en la deuda soberana europea) la vuelta de tuerca en el mercado de renta fija ha logrado con creces provocar ese efecto en los inversores. El brusco movimiento, con la rentabilidad de los bonos marcando ascensos que no se recuerdan en varios años, ha pillado con el pie cambiado al mercado. Ante este panorama, los inversores no se sacuden la incertidumbre.

La sesión de hoy ha vuelto a traer un aumento de la volatilidad. Todo aquello que apoyaba a las Bolsas europeas en los últimos meses (euro, petróleo y tipos de la deuda a la baja) se ha dado la vuelta, lo que obliga a los inversores a replantearse si ha cambiado el escenario mientras ellos andaban de celebración. La mayoría de los expertos cree que no es el caso. Hoy el Ibex ha abierto a la baja y ha llegado a caer más de un 2%, pero después ha reducido las pérdidas gracias al parón en el repunte de la deuda y del euro. El selectivo español sube un 0,15% al cierre hasta los 11.180,3 puntos.

Gamesa, que cuadriplicó sus beneficios en el primer trimestre del año, avanza un 9,48%, el mayor ascenso del día. En el lado contrario está OHL, que se deja un 9,1% por culpa de irregularidades presuntas en México. Tras presentar resultados, Repsol cae un 3,28%; Amadeus, avanza un 0,3%, ArcelorMittal desciende un 1,91% y Grifols, un 3,37%.

En el resto de Bolsas europeas la sesión también se salda con leves alzas. Pero todo la atención de los inversores se ha dirigido un día más al mercado secundario de deuda, donde esta vez se ha vivido una sesión de ida y vuelta. El interés del bund alemán se ha multiplicado casi por diez en la última semana desde el mínimo histórico del 0,07 u hoy sube al 0,59%. La rentabilidad de la deuda francesa a una década ha superado en algún momento el 1% por primera vez desde el año pasado. El interés del bono español a diez años, que había marcado un mínimo histórico en el 1,14% en marzo ha llegado a rozar el 2% hoy, pero al cierre queda en el 1,74%, con la prima de riesgo en los 114 puntos básicos.

Hoy se ha frenado este movimiento para el que el mercado busca explicaciones y posibles repercusiones. La agencia de calificación de riesgos S&P explica hoy en un informe que “los bonos han cotizado a unos intereses que en nuestra opinión no reflejan los fundamentales”. Estos mínimos históricos previos al repunte de los últimos días responden solo, afirman, al plan de estímulos del BCE y por ello no es razón para subir el rating a los países.

El repunte en el mercado de deuda llega, en efecto, en mitad de un plan de compra de bonos del BCE. Es el mayor comprador del mercados y cada uno de sus movimientos puede provocar grandes cambios en la rentabilidad de la deuda. Por eso, varios expertos recuerdan que, precisamente por la obligación del banco central de comprar 60.000 millones de euros de deuda al mes, lo normal sería que los intereses volvieran a caer.

César Fernández, epecialista de renta fija de Deutsche Asset & Wealth Management, considera que “la volatilidad en el mercado de renta fija está aquí para quedarse” y recuerda que, a niveles tan bajos, cualquier movimiento pequeño en términos absolutos genera un gran cambio porcentual. Este experto añade a las razones que explican esta subida en el interés de la deuda europea el hecho de que la inflación empiece a darse la vuelta en la región y a cuestiones técnicas relacionadas con los stop loss de grandes fondos gestionados automáticamente.

En el departamento de análisis de Bankinter creen que “el riesgo está en los bonos, no en las Bolsas”. En su opinión, “solo hay que evitar las rentabilidades negativas y aceptar que las Bolsas irán más despacio, salvo impago de Grecia”.

Esta tesis que separa los caminos de la renta variable del de la deuda es también compartida por Barclays, que en un informe publicado hoy compara la situación actual en el mercado de deuda europea con las ventas masivas de bonos japoneses en 2003. Si la historia se repite, conviene tener en cuenta que los inversores en bonos de entre 7 y 10 años perdieron cerca de un 8%, la mayor minusvalía en 15 años, y que el yen subió un 8% en los cuatro meses posterior a ese repunte de la rentabilidad. Sin embargo, las Bolsas subieron un 40% el año siguiente.“Una lección importante del 2003 es que los intereses ultra bajos deberían dirigir flujos de inversión desde la renta fija hacia la Bolsa”, aportan.

Hoy, además, el Tesoro español ha colocado 4.400 millones de euros en bonos a distintos plazos elevando las rentabilidades pagadas. En concreto, ha colocado 2.396 millones de euros en deuda a dos años con una rentabilidad que sube al 0,193% desde el 0,133% anterior.La demanda, aunque ha sido algo más ajustado, sigue siendo elevada, 1,9 veces la oferta.

Los otros dos activos que vigila de cerca el mercado estos días, el euro y el petróleo, han vivido una sesión volátil pero con un resultado final positivo para las Bolsas. La moneda única ha frenado su apreciación frente al dólar, lo que da un respiro a las Bolsas europeas, hasta las 1,128 unidades del billete verde. En el caso del crudo, el barril de petróleo Brent retrocede levemente desde máximos. 

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