La formación al gusto
Muestra síntomas de recuperación, tras el parón por la crisis
La formación es el pilar donde se apoya toda empresa con visión de futuro. Pero la búsqueda de competitividad en tiempos de crisis trae modelos diferentes de docencia. A las corporaciones no les basta con mandar al directivo de turno a realizar el máster más caro de una escuela de prestigio, ahora hay que ofrecer más y los programas a medida son el recurso del que tiran las compañías importantes. Altos mandos o cargos medios reunidos en salas de trabajo en la sede de su propia empresa, en las aulas de las escuelas más punteras o en hoteles alejados de cualquier distracción laboral. Todos recibiendo al unísono la misma formación y sacando ese potencial que, según dicen los expertos, “todo trabajador tiene y puede ofrecer”.
“El proceso comienza cuando las organizaciones detectan un problema o necesidad” Roberto Macciò, director de formación de IESE
“El proceso comienza cuando las organizaciones, ya sea desde sus departamentos de recursos humanos o desde cualquier otro, detectan un problema o necesidad”, explica Roberto Macciò, director de formación custom (a medida) de IESE. “Toda compañía busca alcanzar un objetivo mediante esta enseñanza adaptada, puede que sepa cómo alcanzarlo o puede que nos solicite ayuda para elaborar el plan a seguir”, continúa. Así arranca la colaboración entre la escuela de negocios y la firma empresarial. Una estrecha relación que dura ya más de una década en el caso de las empresas más importantes y los centros de estudios más punteros de nuestro país. La prueba es que casi todas las sociedades del Ibex 35 hacen uso de esta fórmula de manera regular.
Los cursos de formación ejecutiva se elaboran como si se tratara de un traje cuyo sastre es la escuela de dirección. Una modalidad en crecimiento que se demanda como solución, entre otras cosas, a problemas con la gestión del talento, el emprendimiento interno y la innovación, o cualquier otro punto que se desee mejorar, por ejemplo, en relación con la crisis.
“Si tras la realización de un programa a medida se logra mejorar una sola decisión que tome un directivo, el impacto empresarial será brutal y el beneficio incalculable”, apunta Macciò. Solo por esto habrá merecido la pena.
Cada módulo es impartido por un profesor con amplia experiencia y, en muchos casos, en combinación con el propio personal de la empresa. Al otro lado, alumnos que, dependiendo de su edad o experiencia, recibirán estos conocimientos. “Es la combinación ideal para desarrollar la cultura corporativa”, señala el directivo de IESE, institución que el año pasado formó a más de 5.000 profesionales bajo esta modalidad.
Un enfoque para cada edad
“Si tras la realización de un programa ‘in company’ mejora una sola decisión directiva, el beneficio será incalculable”, dice Macciò
“Es evidente que delante de un ordenador no recibe la información igual alguien que no está muy familiarizado con las nuevas tecnologías que una persona más joven”, afirma Elena Escagedo, directiva de FT IE Corporate Learning, la alianza creada por IE Business School y el diario Financial Times para ofrecer programas a medida por todo el mundo. “Uno de los retos es adaptar la formación al perfil del alumnado, ofreciendo a los mayores de 50 años opciones basadas en la experiencia”, indica la directiva, en tanto que “a los alumnos más jóvenes (y al día en temas de tecnología) se les invita a combinar la fórmula presencial con recursos informáticos”. A ello se le añaden casos prácticos, pruebas, juegos de rol y hasta sesiones de coaching.
La enseñanza ejecutiva a medida responde también a otra demanda empresarial. Prescindir de un trabajador durante un tiempo o en un horario mientras se realiza un máster al uso –con unas horas o días lectivos fijos— implica desligar a ese directivo de sus obligaciones mientras dure el mismo. Una desconexión que no siempre es fácil cuando se trata de perfiles con alta responsabilidad. Pero la formación exclusivamente online no da respuesta a las necesidades de relaciones humanas y profesionales imprescindibles en el entorno empresarial. Por ello, la combinación de ambas y su enfoque en necesidades concretas es lo ideal y solo es posible con la creación de un programa ex profeso.
Una de las desventajas de este tipo de enseñanza ejecutiva frente a programas tradicionales, como el MBA, es que no facilitan tanto el networking entre colegas. “El verdadero gran reto al que hacemos frente es poder formar de forma transversal y mejorar en este aspecto”, destaca Escagedo. O lo que es lo mismo: programas que den respuesta a toda la organización por igual, independientemente de si sus miembros trabajan en Madrid, Shanghái o Nueva York.
Está claro que contar con el presupuesto para pedirle a una escuela de negocios que moldee un programa de formación personalizado o in company, como los denominan, es cosa de grandes empresas. Pero estamos ante la hornada de directivos más formados de la historia y la experiencia ha demostrado que la competitividad empresarial reside, principalmente, en los recursos humanos y su gestión. Por ello los expertos confían en la relación coste y efectividad.
Cuestión de grandes
Sergio Alonso, director de programas de ESIC, puntualiza que “la gran empresa es el principal cliente del área por disponer de tres aspectos esenciales: cultura de formación, presupuesto específico para ello y masa crítica de empleados para poder organizar grupos con necesidades homogéneas”.
Tras un parón en la inversión en formación, motivado por la crisis, “la formación in company está mostrando síntomas de recuperación desde finales del pasado año”, aclara el directivo. Además, “no tener unos empleados cualificados, bien formados y alineados con la estrategia de la compañía sí puede resultarle caro a las organizaciones”, avisa. Y se demuestra así que son las personas las que verdaderamente otorgan el valor añadido.
Con el título puesto
La formación a medida tiene una ventaja fundamental para el alumno: muchos de los programas cuentan con titulación y hasta homologación. Es el caso de los de Deusto Business School, que apuesta por la acreditación de este tipo de enseñanza con la entrega de certificados, “algo que queda con el alumno e irá en su currículo”, resalta Nieves Oliveras, responsable del área de in company de la escuela.
El centro vasco hace especial hincapié en la satisfacción de sus clientes. Trabajadores de Cepsa, Repsol, El Corte Inglés o Bankia han pasado por sus aulas (o los profesores de Deusto por sus sedes, depende de cada caso). De hecho, José Ignacio Gorigolzarri, presidente de Bankia, afirmó en su día que “la experiencia con programas in company había sido extraordinaria”, resultó muy satisfactoria para 120 directores de la red de oficinas de la entidad financiera.