A la espera del nuevo ciclo de negocio en la construcción
La recuperación del dividendo para los inversores de Acciona; la vuelta a beneficios de Sacyr; la escalada de Ferrovial hasta sus máximos en Bolsa; la apuesta de Carlos Slim por el reflotamiento de FCC, o el extraordinario recorte de deuda llevado a cabo por el grupo ACS, son noticias que invitan al optimismo en uno de los sectores, el de la construcción, que más ha tenido que correr para ponerse a resguardo de la crisis y que, posteriormente, está consiguiendo salir reforzado.
La deuda neta solo de las seis grandes cotizadas ha caído desde los 62.000 millones de 2009 hasta los actuales 33.000. En el ejercicio de suelta de lastre, las empresas han conseguido financiarse con bonos y con ello estiran plazos de vencimiento y abaratan costes. Eso sí, el esfuerzo por ganar resistencia en medio de la depresión, ha requerido numerosas desinversiones forzosas, así como un notable ajuste de empleo.
No es que ahora brille el sol, pero la niebla se está disipando.
Reanimación local
Hasta el mes de marzo han nacido 1.096 empresas relacionadas con la construcción y el negocio inmobiliario en España, cuando este país venía de destruir 40.000 de estas sociedades en 2008 y otras 23.000 en 2009. “Tenemos que aprender de los errores y construir sobre cimientos sólidos”, dijo la ministra de Fomento, Ana Pastor, el pasado martes en un foro de infraestructuras en Madrid.
Tras su intervención se pudo escuchar la opinión de dos expertos en el negocio, Juan Lazcano, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción, y Jaime Lamo de Espinosa, máximo representante de la patronal de constructoras medianas Anci. El primero defendió que “en España no todo está hecho”, y el segundo dice estar seguro de que los Presupuestos Generales de 2016 vendrán surtidos con un repunte de la inversión a la vista de un menor coste de la deuda pública, las expectativas de crecimiento del PIB y la reanimación del empleo. Eso sí, tanto estos dos prebostes del sector como la mayor parte de los directivos, coinciden al señalar “que los tiempos pasados [en el mercado doméstico] no volverán”.
Dispuestas a aprovechar la experiencia ganada en España
Los cuatro ases que llevan las constructoras españolas en la partida que se juega en el mercado mundial de las infraestructuras son la experiencia en obra industrial e infraestrcuturas complejas, las referencias en el despliegue del ferrocarril de alta velocidad, el conocimiento en infraestructuras del ciclo del agua y el peso en servicios urbanos. La quinta carta ganadora es la facilidad para financiar y explotar proyectos en concesión.
En contra de ellas han pesado los altos ratios de deuda frente al ebitda, que eran penalizados en los criteros de solvencia de los concursos internacionales, y el proteccionismo de muy diversos mercados, con Brasil a la cabeza.
Ya en el mercado local, el plan de pago a proveedores impulsado por el Gobierno cubrió facturas por más de 42.000 millones de euros y frenó la sangría en el circulante de las empresas. Entre ellas, Ferrovial o FCC dicen cobrar ahora cobrar de la Administración incluso mejor que antes de la crisis, con plazos ligeramente superiores a los 100 días por sus servicios.
Al margen de la reanimación de la inversión pública, la clave fundamental tanto para constructoras –en menor medida para las cotizadas– como para los sectores afines es la recuperación de la inversión privada en edificación.
El continuado desarrollo de la red de AVE, la necesidad de invertir en infraestructuras del agua y en conservación de carreteras, así como el plan Juncker de revitalización de la inversión, prometen ser nuevos alicientes de negocio.
Internacionalización
¿Tiene soportes un sector que antaño vivió holgadamente con el impulso de la obra local? La cartera de obra internacional, principalmente en manos de las constructoras cotizadas, asciende a 74.000 millones, lo que garantiza trimestres de actividad. Pero más allá del terreno conquistado, destaca el grado de renovación de esa reserva de contratos: la escuadra española de la obra civil se apuntó contratos en el exterior por 47.000 millones en 2014, lo que supone un incremento del 17% sobre el año anterior, y entre enero y febrero de este año las adjudicaciones rozan ya los 7.000 millones de euros.
Además de sólidas bases en toda América, las empresas están lanzadas a competir en Australia; han metido la cabeza en los principales concursos en Oriente Medio; tienen redes lanzadas en África, y avanzan desde el este hacia el norte de Europa.
Las cotizadas avanzan
Tras el parón de la construcción en el prometedor mercado polaco, y la caída de las mayores constructoras, Ferrovial se ha quedado prácticamente en solitario con su filial Budimex para aprovecharse de la reanimación de la edificación y obra civil en ese país y, por extensión, en Europa del Este. Consolidada en la construcción y explotación de infraestructuras en Estados Unidos, y tanto en construcción como en servicios en Reino Unido, el reto ahora es tomar posiciones en Australia como plataforma para la región Asia-Pacífico.
Rebasada por primera vez la barrera de los 20 euros por título, las últimas valoraciones sobre Ferrovial, de UBS, Raymond James o Morgan Stanley, disparan el optimismo sobre el vuelo ascendente de la acción, con estimaciones sobre el precio objetivo que ya están en 22 euros.
Acciona se ha embolsado en el arranque del año su primer contrato en Noruega, con 1.000 millones en obra ferroviaria; atesora ya experiencia en Australia y Norteamérica, y tiene como tarea ganar peso en su negocio de obra civil, en gran parte impulsada por infraestructuras de gestión del ciclo del agua, para rebajar su fuerte dependencia del negocio de la energía. Este último es generador de buena parte del ebitda del grupo pese a haberse visto seriamente afectado por la reforma energética en España (346 millones menos a nivel de ebit en el primer año completo de la nueva legislación).
Aliada con el fondo KKR para la promoción de energías renovables fuera de España, ambas esperan sacar a Bolsa Acciona Energía Internacional como una yieldco en Nueva York. Por otra parte, el grupo de la familia Entrecanales ha retornado a la senda del dividendo después de recuperarse de pérdidas históricas en 2013 (1.972 millones en rojo) y ganar 185 millones en 2014, de los que dedicará 114 millones a retribuir a los accionistas.
ACS, gigante entre los gigantes tras la integración de Hochtief y Leighton, trabaja en la implantación de la cultura de su constructora española Dragados en sus subsidiarias internacionales: más control de riesgos y la conquista de un mayor rendimiento. El grupo que preside Florentino Pérez se ha impuesto una dura dieta para superar el tropiezo de la inversión en Iberdrola y ha conseguido aligerar su deuda un 60% desde los 9.234 millones de 2011 hasta los actuales 3.722 millones.
A la vuelta de la esquina espera un fortalecimiento de la cúpula directiva de ACS con la anunciada vuelta de Marcelino Fernández Verdes, mano derecha del presidente en el negocio de construcción, como consejero delegado tras su periplo por Alemania y Australia liderando la integración de las citadas Hochtief y Leighton. Por otra parte, Corporación Alba (holding de inversiones de la familia March) está en un gradual descenso desde su papel de primer accionista (tiene alrededor del 13%) para quedarse, probablemente, en el entorno del 10% de ACS y así equilibrar el fuerte peso de la construcción entre sus participadas.
Otra referencia que está reforzando su estructura de dirección es OHL, donde Juan Miguel Villar Mir ha dado galones al consejero delegado de la constructora, Josep Piqué; tiene confiada la sucesión en su hijo Juan Villar-Mir, y cuenta con el experto en concesiones Juan Osuna como piloto del desarrollo del pulmón del grupo: OHL Concesiones.
La empresa del decano de los empresarios del Ibex ha pagado en Bolsa en el último año la desconfianza de las agencias de calificación, que siguen sin confiar a OHL el grado de inversión, así como distintos problemas en contratos clave, como el del hospital catarí De Sidra, el centro de convenciones de Orán (Argelia), el tren de alta velocidad entre La Meca y Medina (Arabia Saudí) o el túnel bajo el Bósforo (Turquía). Algunos de estos conflictos han motivado provisiones por 300 millones en 2014, tras lo que el beneficio se desplomó un 91%. Villar Mir no ha podido repetir el dividendo (0,67 euros el año pasado).
Piqué y su equipo han diseñado un nuevo plan estratégico 2015-2020 para doblar el tamaño de OHL, colocando la facturación en 8.000 millones y elevando el ebitda hasta los 2.000 millones. Un avance que debe respetar un endeudamiento máximo con recurso de tres veces el ebitda con recurso.
Las últimas en ver la luz
Las dos grandes cotizadas aún en proceso de estabilización son FCC y Sacyr. La primera sigue acuciada por las pérdidas (724 millones en rojo en 2014) y la segunda no da aún señales de recuperar el dividendo aunque ha conseguido volver a beneficios (32,7 millones el años pasado) y ha logrado refinanciar y alargar tres años el vencimiento del crédito de 2.276 millones que sustenta su paquete del 8.9% en Repsol.
La buena noticia para FCC fue la inyección de la ampliación de capital que dio entrada al magnate mexicano Carlos Slim como primer accionista (25,6%), a la vez que Esther Koplowitz se mantiene como segunda partícipe.
Tras completar su plan de desinversiones, así como una de las mayores refinanciaciones de deuda acometidas en Europa, FCC busca sinergias con empresas de Slim en Latinoamérica y precisa motores que generen ebitda para cumplir las condiciones pactadas con la banca. Su consejero delegado, Juan Béjar, espera la vuelta a beneficios para este año después de tres ejercicios de duro saneamiento que arrancó con la multimillonaria e inesperada quiebra de la filial austriaca Alpine.
Sacyr, por último, trata de minimizar el impacto de los numerosos problemas que soporta en la obra de ampliación del Canal de Panamá, donde tiene con sus socios de consorcio 1.900 millones en reclamaciones a la gestora del paso interoceánico.
El presidente Manuel Manrique asegura que el cierre positivo de 2014 y la cancelación de la deuda por Vallehermoso marcan un punto de inflexión, estimando un alza de doble dígito para 2015 en ventas, ebitda y beneficio neto.