¿Puedo exportar si no tengo productos?
Una pyme de servicios puede exportar igual o mejor que si comercializara productos. Entre los sectores con más opciones de éxito destacan ingenierías técnicas, despachos de innovación en TICs, empresas de comunicación y marketing, de aprovechamiento energético o de gestión informáticas
España es un país en el que durante la crisis económica aumentó notablemente sus exportaciones. La competitividad de varios indicadores macroeconómicos fomentó esta tasa. Sin embargo, la mayoría de las pymes que se decantan por exportar a terceros países lo hacen a través de productos.
¿Significa esto que la exportación está vedada para los servicios? En absoluto. Sí ha influido el hecho de que el marketing transaccional se haya centrado en las ventas y en el mercado exterior como una salida única a los productos de las empresas. No obstante, como indica FENAC (Federación Nacional de Asociaciones de consultoría, oficinas y despachos de servicios), lo cierto es que cada vez son más las organizaciones que ven el exterior como un espacio de expandir su marca, no necesariamente relacionada con los productos.
Y es que poco a poco se va implantando un nuevo concepto de empresa exportadora en nuestro país, focalizada en la exportación de servicios. La misma se caracteriza por fidelizar al cliente dentro de una nueva corriente de marketing relacional, que hace hincapié en los servicios que se ofrecen a los clientes de todo el mundo.
Estas empresas pertenecen a sectores económicos diversos, como ingenierías técnicas, despachos de innovación en TICs, empresas de comunicación y marketing, de aprovechamiento energético o de gestión informáticas. Las mismas se han convertido en marcas bisagras del auge del comercio exterior con sello español.
El atractivo del producto personalizado
Asimismo, dentro de este grupo de organizaciones destaca una categoría en especial, sostienen desde fenac, debido al potencial que presenta. Es el caso de las empresas exportadoras de productos personalizados. Estas se han caracterizado tradicionalmente por trabajar con un directo y presencial con el cliente.
Así, los departamentos comerciales cuentan con una alta formación en producto, movilidad y vender aptitudes y capacidades propias de una empresa. asimismo, estas organizaciones cuentan con un departamento especial que recibe el proyecto del cliente, lo adapta y corrige para su mejor producción.
El foco se pone en el servicio que se le da al cliente, más allá que en el producto que ofrece. Es por ello que desde esta organización confirman que el buen servicio de las empresas españolas es una ventaja que hay que poner en valor desde las propias empresas y tiene un papel muy importante en comercio exterior, pese a que todavía no esté valorado.