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Los efectos en la economía real sea aprecian seis meses después

Si sube la Bolsa, qué gano yo

Begoña Barba de Alba

El Ibex arrancó el viernes a 10.562 puntos, a media mañana marcaba 10.720 y al cierre 10.741. ¿Influye en la vida diaria que suba o baje la Bolsa? A usted y a mí, ¿en qué nos beneficia que las acciones de las principales compañías del país se revaloricen o se deprecien?

Es evidente el efecto positivo para quienes compraron títulos. El parqué repartió el pasado año 43.280 millones de euros en dividendos para sus accionistas, un 30% más que en 2013 y récord histórico, según datos de Bolsas y Mercados Españoles. De esa cantidad, 11.600 millones fueron a manos de las familias, que son las propietarias del 27% de los valores. Esta cifra no es nada despreciable, ya que se habla de las bondades que sobre la economía tendrá la bajada del impuesto sobre la renta, estimada en 8.000 millones de euros, repartidos en dos años.

Pero para quien no es accionista, el impacto indirecto tardará en sentirse. Los dividendos y las plusvalías que generan la revalorización suponen “dinero que rueda”. Efectivo dispuesto a consumir más, a gastar y a comprar y, que a la larga, provocará más producción en las fábricas para atender esa demanda, más inversión y, por último, más empleo, arguye Cecilio Moral, director del máster universitario en finanzas de ICADE Business School. También supondrá más ingresos para las arcas del Estado porque en todo artículo que se compra (leche, abrigo, coche, frigorífico, casa) hay IVA (impuesto sobre el valor añadido), y en las compraventas, más tributos. Y cuando las compañías ganan dinero, tributan más por el impuesto de sociedades.

Lo que refleja una subida del mercado de valores es que la economía crece. “La Bolsa anticipa expectativas, muestra que las empresas crecen, que las compañías van a ir mejor, van a ganar más dinero y a repartir más beneficios, y que va a aumentar el consumo”, comenta Ricardo Martínez Rico, presidente de la consultoría Equipo Económico. Todo ello tiene efecto inmediato en las empresas ligadas al consumo como las agroalimentarias, las de distribución, restauración, viajes, ocio. Es un círculo virtuoso que va extendiéndose como el aceite, ya que dos terceras partes de nuestra actividad, del PIB, dependen del consumo y solo un tercio procede de la inversión.

DINERO LLAMA A DINERO

Hay otro efecto psicológico claro: la visión negativa contrae el consumo y los buenos augurios favorecen las compras. El dinero llama al dinero; el inversor minorista, después de ver durante dos años que el mercado de valores está en el ciclo alcista y que las alternativas de inversión que hay, la renta fija y los depósitos, apenas ofrecen rentabilidad, termina entrando en el parqué.

“Que el 41% de los inversores de la Bolsa sean extranjeros también es positivo. Supone que fuera se apuesta por nuestra economía, que ven que tiene futuro”, puntualiza Rico.

Durante 2013 y 2014 ha entrado mucho dinero de fondos de inversión, de fondos de pensiones internacionales. Y lo hacen porque esperan una rentabilidad adecuada para los jubilados de Canadá, Noruega o Australia, entre otros en acciones y bonos españoles.

Si las acciones suben, tiene efecto riqueza, mejoran las expectativas. Los analistas pronostican una subida del 13% al 23% en el selectivo español este año

Cuanto más dinero llegue al mercado de valores, más fácil será para las empresas financiarse a través de ampliaciones de capital y ofertas públicas de acciones. Las sociedades obtendrán dinero para llevar a cabo sus proyectos aquí y fuera de España. Los bancos y las compañías de seguros verán que con las revalorizaciones se estabilizarán sus balances. Obtendrán más solvencia financiera.

Como la Agencia Tributaria aumentará sus ingresos, el Estado reducirá el déficit y necesitará menos financiación, habrá más capital que se podrá dedicar a proyectos empresariales, a financiar hipotecas, conceder créditos al consumo o préstamos para autónomos, pymes u hogares. El dinero llegará al ciudadano.

La Bolsa es un indicador adelantado y mejora más en cuanto empieza a entrar dinero del exterior. ¿Pero cuánto se tarda en notar el impacto? Primero las empresas venderán más, después producirán más y, cuando vean que no pueden atender la demanda, entonces contratarán. Se notará a los seis o nueve meses, declara Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles. Las consecuencias son mayores cuando tocan a la economía real, cuando en el entorno cercano alguien que no conseguía trabajo lo obtiene. En 2015 hay más de 434.000 personas más que tienen trabajo. En lugar de cobrar prestación por desempleo, tienen una nómina y consumen.

Si las acciones suben, tiene efecto riqueza. Mejoran las expectativas. El sentimiento es muy importante. Los dueños de las cotizadas creen que son más ricos, que pueden endeudarse más y compran más. Se alienta el consumo, declara Jordi Fabregat, profesor de Economía, Finanzas y Contabilidad de ESADE.

IMPORTA LA TENDENCIA

¿Y la volatilidad? ¿Cómo influye? “Provoca sustos a los que invierten en Bolsa, tienen fondos de inversión, depósitos referenciados a acciones o planes de pensiones que invierten en valores. Lo importante es la tendencia, que el mercado de valores siga una línea ascendente o descendente”, recuerda Del Moral. El comportamiento de las acciones también tiene sus efectos en el mercado de renta fija porque cuando el parqué va mal, los inversores se inclinan por los bonos. La voz discordante es de Pablo Fernández, profesor de Dirección Financiera del IESE, que bromea:

“¿Estoy de buen humor si sube la Bolsa y me enfado si cae? ¿Representa el Ibex a España? El selectivo no recoge más que la evolución de 35 compañías, las más grandes, líquidas y con más de la mitad de su negocio fuera de España. Es una pulga dentro del conjunto de la actividad empresarial española. En el corto plazo nada apreciable cambia, aunque, puestos a elegir, mejor que suba el parqué a que baje”. Confiamos en que los analistas acierten, pues pronostican una subida del 13% al 23% para el selectivo español este año.

Las frases de los gurús

“Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa, yo lo vendo todo”. John D. Rockefeller, multimillonario.

“La razón más tonta del mundo para comprar una acción es porque está subiendo”. Warren Buffett, empresario e inversor de Berkshire Hathaway.

“La Bolsa es un juego que consiste en ir pasando una cerilla encendida de unos a otros, hasta que llega a uno que se quema los dedos”. John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos.

“Mister Market es un esquizofrénico en el corto plazo, pero recupera su cordura en el largo plazo”. Benjamin Graham, inversor y gurú de la Inversión Inteligente.

“No sé si los próximos 1.000 puntos del Dow Jones serán hacia arriba o hacia abajo, pero estoy seguro de que los próximos 10.000 serán hacia arriba”. Peter Lynch, gestor del fondo Magellan de Fidelity.

Sobre la firma

Begoña Barba de Alba
Periodista por vocación. Coordino la información no diaria de Cinco Días desde 2012: monográfico Aniversario, Pymes, Entorno, Fondos, Infraestructuras, Formación, Ciencia y Salud y muchos más. Con más de 38 años de experiencia en periodismo económico. Fundadora de La Gaceta de los Negocios y del Boletín de Bolsa e Inversión 16.

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