El empleo, pendiente de la ansiada inversión
Según la Organización Internacional del Trabajo, el Plan Juncker podría crear 2,1 millones de puestos de trabajo si se destinan a políticas de empleo en los países con mayor paro.
Europa ha atravesado múltiples problemas durante los últimos siete años de crisis. Una crisis de deuda soberana que hizo tambalear los cimientos de los países de la periferia y de la moneda común, una descubierta falta de solvencia de su sistema financiero, discusiones sobre déficits, recesiones, y un debate que continúa prologándose acerca de la conveniencia de continuar con las políticas de austeridad impulsadas desde sus máximos organismos. Detrás de todo ello, una consecuencia que ha pasado de puntillas en el debate: el paro.
En el tercer trimestre de 2014, en Europa había cerca de 23 millones de personas desempleadas, de las cuales más de la mitad, unas 12, llevaba buscando trabajo desde hacía más de un año. La tasa de desempleo en los 28 países que componen la Unión Europea era entonces del 9,7%, tres puntos porcentuales más que en el mismo trimestre de 2007, según recoge el informe "Una estrategia de inversión orientada al empleo para Europa", publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Si antes de la crisis solo un país, Eslovaquia, superaba el 10% de paro, en 2014 eran diez, entre los que sobresalían Grecia y España. Solo Alemania, Polonia y Malta han reducido sus niveles de desempleo durante ese mismo periodo.
La OIT valora el recorte en los niveles de inversión nominal de la Unión Europea entre 2007 y 2014 en 380.000 millones de euros, un 15%, algo que a su juicio ha tenido una incidencia directa con el mayor desempleo, y afirma que "mejorar la actividad inversora es crucial", por tres razones: la inversión impulsa la demanda agregada y la actividad económica, y por tanto, al empleo; en segundo lugar, la inversión es elemental para renovar y transformar las economías, permitiendo a las empresas aprovechar las oportunidades y expandirse; y por último es un componente básico para restaurar la competitividad de las empresas y países del continente.
Por todo ello, el anunciado Plan Juncker, una estrategia de inversión público-privada de 315.000 millones de euros en Europa entre 2015 y 2017, representa toda una oportunidad para el empleo, siempre que se utilicen para activar políticas de creación de puestos de trabajo en los lugares que más lo necesitan, según la OIT, entre ellos España, que ha pedido 53.000 millones de ese plan.
El organismo indica que Grecia solo recibe el 2,3% de financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI), con un nivel de desempleo que representa el 5,1% del total de Europa, mientras que España, que recibe el 16,6% de esa financiación, aglutina el 23% del paro de la UE. La OIT calcula que, de hacerse así, podrían crearse más de 2,1 millones de puestos de trabajo en el Viejo Continente.
¿Qué perfil?
De momento, 2015 no ha comenzado con buen pie a nivel laboral en España, con 77.980 parados más y 200.000 afiliados menos a la Seguridad Social, aunque el Gobierno prevé cerrar este año en una tasa de desempleo del 22,9%, desde el 23,7% con el que cerró 2014.
Como indica Adecco en su estudio 'Los + buscados en 2015", las empresas buscarán perfiles cada vez más transversales, con capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones con versatilidad y dinamismo.
Según los datos de Adecco, el sector que más contratación registró en 2014 fue el informático con un 28% del total, seguido del área comercial y ventas (21,6%) e industria y logística, con un 20%.