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Un estudio de Irea certifica el renovado interés por el sector

Las transacciones de activos inmobiliarios se triplicaron en 2014

En la imagen, varias viviendas en construcción. EFE/Archivo
En la imagen, varias viviendas en construcción. EFE/ArchivoEFE

El 84% de esos más de 23.000 millones de euros se repartió entre inversión directa en activos y la adquisición de carteras de deuda con colateral inmobiliario. El 16% restante correspondió a transacciones sobre acciones de sociedades inmobiliarias y servicers.

En rueda de prensa, el CEO de Irea, Mikel Echavarren, explicó hoy que este incremento de la actividad en 2014 “ha ayudado a desatascar las tuberías del sector financiero y a sacar del coma al sector”. Ahora bien, el inversor interesado por el sector inmobiliario español es principalmente extranjero. Por un lado, porque los protagonistas son los grandes fondos como Blackstone o Lone Star y, por otro, porque en el plano nacional destaca la actividad de las sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria (Socimi), especialmente Merlin Properties, que cuentan con un importante porcentaje de capital extranjero.

En el caso concreto de la inversión en activos, Irea precisó que los centros comerciales acapararon en 2014 el 26% del capital, con 2.501 millones de euros, seguidos de las oficinas (24%) y los hoteles (11%), estos últimos en pleno ascenso. En este punto, los activos residenciales apenas recibieron el 8% de la inversión, incluyendo tanto suelos, como producto acabado. Además, el 85% de las transacciones se corresponden con activos terminados, mientras que el suelo apenas representa un 4%.

Con todo, Echavarren destacó el “mérito” de este porcentaje de suelo, ya que se trata de un activo que posteriormente ha de ser promovido. En el actual contexto parece un logro ese 4% dado que, aunque muchos promotores “desean comprar suelo, no tienen capital suficiente para hacerlo y la obtención de financiación es muy complicada”.

El CEO de Irea insistió en que los inversores internacionales se hicieron con el 53% de la actividad inversora en activos, seguidos del 24% de las Socimis. Los promotores solo con un 3%. Por el lado del vendedor, fueron los propios inversores los que vendieron un 24% de los activos, mientras que las entidades financieras se deshicieron de otro 22%.

El atractivo de las carteras de deuda

Si los activos residenciales no fueron lo suficientemente atractivos para los inversores en 2014, no así lo fue la deuda vinculada al residencial. Mientras que el volumen de operaciones de carteras de deuda fue de 9.683 millones, el 48% se correspondió a este segmento. No obstante, buena parte de este montante se refiere a la cartera de CatalunyaCaixa que fue adquirida por Blackstone. En este caso, el inversor internacional compró el 100% de las carteras de deuda transaccionadas, el 91% concretamente por fondos de inversión. Frente a estos compradores, el 90,6% de los vendedores fueron entidades financieras y el 9,3% instituciones. Además, se movieron 820 millones (22%) en acciones de Metrovacesa y Colonial, ambas cotizadas, mientras que los 2.866 millones restantes, fueron para no cotizadas.

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