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Tecniberia pide avales públicos

‘Stop’ a la ingeniería española en Suramérica y Europa del Este

Dos ingenieros supervisan la construcción de un puente.
Dos ingenieros supervisan la construcción de un puente.
Javier Fernández Magariño

El salto de la ingeniería española de caminos a los mercados internacionales con mayor potencial se está haciendo más complicado de lo que cabía esperar. Falta volumen en muchas de las empresas, lo que ya era conocido, pero además encuentran trabas en países como Colombia, Brasil o el área de los Balcanes.

La patronal Tecniberia entró en la crisis demandando avales a la banca pública para concurrir a las licitaciones internacionales y sigue con la misma petición, a la que se suma la de una mayor acción comercial de las embajadas para captar oportunidades con el tiempo suficiente como para estudiarlas y preparar ofertas. Pero todo ello no será suficiente si se mantienen líneas rojas infranqueables en materia legal, económica y técnicas en el exterior.

Como sucede en la propia construcción, uno de los mercados más prometedores y cerrados a la entrada de nuevos jugadores es el brasileño. El país tiene vigente la modalidad de licitación nacional, por la que los concursos se convierten en procesos de acceso exclusivo para empresas locales. Solución: domiciliar una filial. Pero a estas últimas no se les reconocen los certificados técnicos de sus matrices. La consecuencia es que las filiales de firmas extranjeras no pasan el corte. Las licitaciones de contratos de ingeniería en Brasil también están exigiendo bajos niveles de apalancamiento, entre otros requerimientos fuera del alcance de numerosas empresas europeas.

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Colombia, Chile o Perú tienen en marcha importantes planes de infraestructuras, pero los ingenieros españoles chocan con los denunciados problemas de homologación de sus titulaciones de ingenieros con el máster actual del plan de Bolonia. Distintas empresas consultadas hablan de la necesidad de “avales desproporcionados” para trabajar en Perú y del requisito de haber desarrollado proyectos de una longitud mínima de 50 kilómetros en carreteras para acceder a contratos en Colombia: “Los tramos licitados en España suelen ser menores, con lo que estamos sin una experiencia aceptable para las autoridades colombianas”, explica un alto directivo del sector.

Otra queja que las compañías están elevando tanto a su patronal como al propio Ministerio de Fomento es la práctica colombiana de modificar los requisitos exigidos a las empresas a lo largo del proceso de licitación de un contrato. En ocasiones el plazo dado para la entrega de las ofertas después de la publicación de las últimas adendas es de solo tres días, lo que hace imposible adaptarse a las modificaciones.

Más cerca, Marruecos está demandando avales por tiempo indefinido; Rumanía pone barreras legales a empresas extranjeras; Bosnia valora la formación local de sus ingenieros por encima de la recibida por sus colegas internacionales; el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo está pidiendo experiencia en los mercados en que actúa, dificultando el acceso a sus proyectos a la ingenierías medianas, y los registros en programas de la ONU, como el PNUD y el NNUU, es de alta complejidad.

El panorama internacional es cada vez más competido y complejo para un sector español que trata de sobrevivir ganando contratos lejos de las fronteras españolas. Según datos que maneja la patronal, alrededor del 80% del nuevo negocio generado por la ingeniería española en 2014 tiene su origen en el extranjero.

Desde que en 2009 la crisis comenzó a calar en los cimientos de este negocio, que aún vivía de la inercia de la obra pública local impulsada en ejercicios anteriores, se han quedado por el camino unas 20.000 de las 85.000 empresas que formaban el parque ingenieril en este país.

Las referencias más destacadas han conseguido entrar en un centenar de países y evolucionan hacia una mínima exposición al mercado español (60% en facturación a mediados de 2013). La cuestión es sacar a las pymes, por lo que Icex y Cesce barajan fechas con Tecniberia para organizar distintos actos con el leitmotiv de la internacionalización.

La mediación reabre la negociación del convenio

Patronal y sindicatos terminaron el pasado jueves en la sede del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (Sima) en busca de una opinión neutral. El 30 de diciembre Tecniberia, UGT y CCOO se levantaron sin acuerdo de la mesa negociadora del XVIII Convenio Colectivo Nacional de Empresas de Ingenierías y Oficinas de Estudios Técnicos, por lo que el XVIIConvenio decayó y perdió su vigencia al día siguiente, el 31.

Fuentes cercanas a las conversaciones aseguran que los principales puntos de desencuentro son la pretensión empresarial de suprimir la mitad del complemento o plus de antigüedad que cobran los ingenieros y la intención de rebajar el nivel salarial de entrada de nuevos titulados en la profesión. Ambos retoques, rechazados por los sindicatos, son explicados por la caída de carga de trabajo que ha supuesto la crisis de la obra pública.

Queda todo un vacío legal para la plantilla del sector, y nuevos contratados que fue tratado ante el mediador. La decisión temporal es de dar vigencia al XVII Convenio y reabrir la mesa de negociación el próximo 27 de este mes, con reuniones cada 15 días hasta que sea alcanzado un pacto.

Hasta que llegue esa hora Tecniberia ha aconsejado a las ingenierías respeto a las condiciones pactadas a título individual con sus empleados. Tambien recomienda conservar las condiciones recogidas en el XVII Convenio Colectivo, pero “sin generar actualizaciones a futuro”. Esto implicaría que la antigüedad no sería actualizada en 2015. Otro punto a tener en cuenta es la detallada información a sindicatos y empleados sobre la situación excepcional que se está dando.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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