"El riesgo de España es bailar todavía con la música baja"
"Hay riesgos emergentes, como los cibernéticos", asegura. "La corrupción es un tema que preocupa y mucho"
Aon es una multinacional de origen estadounidense especializada en gestión de riesgos para empresas y en plantillas. Muestra a las compañías cómo afrontar estos peligros, que en algunos casos pasan por asegurarlos con pólizas para evitar daños en la cuenta de resultados. Eduardo Dávila (A Coruña, 1973) es su consejero delegado en España desde 2012. Además, acaba de ser nombrado responsable del negocio affinity (de colectivos) para Reino Unido, Europa y Oriente Medio. Cada año esta firma, que es una de las patrocinadoras del Spain Investors Day, elabora un mapa de riesgos en todo el mundo.
Pregunta. ¿Qué riesgos afectan a las empresas?
Respuesta. Desde el punto de vista asegurador, nunca el mundo del riesgo ha sido tan cambiante y complejo, de potencial impacto tan grande en las cuentas de resultados de las empresas. Hay riesgos emergentes, como los cibernéticos. También el político es crucial, debido a la internacionalización de las empresas, donde cada país es distinto, a los que se suman otros riesgos regulatorios, de gestión de talento para expatriados o sobre la responsabilidad de consejeros y directivos. El reputacional cada vez afecta más, porque el mundo online hace que la marca esté más expuesta.
P. ¿Cuáles son los que afectan a España?
R. En España, en concreto, estamos en un momento en el que hemos dado la vuelta a la esquina y ahora hay que correr. Hay una expectativa grande puesta en nuestro país y no podemos defraudar ni podemos celebrar. El gran riesgo de España es que nos pongamos a bailar cuando la música está muy baja. Hay que darle cuerda a la música y probablemente bailaremos a futuro. Uno de los grandes riesgos que se valoran desde fuera es si esto es puntual o una tendencia consistente de cambio. Cualquier cambio político o regulatorio que se pueda percibir, no que se vaya a producir, que desestabilice la senda, es un riesgo que se ve desde fuera.
P. ¿Sobre qué riesgos le preguntan más los inversores?
R. Hace un año me preguntaban sobre qué estaba pasando en España y hoy me preguntan qué hay que hacer para estar aquí. Por lo que más se interesan es por potenciales inestabilidades, que no quiere decir que vayan a serlo; sobre cambios legislativos, regulación, temas fiscales y políticos que generan incertidumbre. Nosotros hacemos un esfuerzo enorme todos los años con un mapa de riesgos políticos para explicar qué se pueden encontrar en cada país en que tienen actividad.
P. ¿Qué importancia van a tener los ciberataques en la seguridad de las empresas? Acabamos de ver el caso de Sony y Corea del Norte.
R. Es muy preocupante. Puede ser anecdótico todavía en número, pero tiene un enorme impacto por los datos sensibles. Es también importante saber cómo actuar a posteriori. Lo bonito de esta profesión es que los servicios se van creando para las cosas que nadie imagina que puedan suceder. Todo puede pasar, aunque mejor que haya seguros que no uses nunca.
P. ¿Cómo percibe el Spain Investors Day que hoy comienza?
R. Creemos que hay caldo para que haya fiesta, aunque de momento no se vea. Para quien invierte ha cambiado la percepción enormemente. Se han ido tomando medidas duras en los últimos años, que han ido dando certeza y quitando aristas regulatorias, legales y fiscales que han creado un caldo de cultivo donde la inversión extranjera se siente más cómoda. Ya estamos viendo las inversiones de grandes magnates, con potentes equipos de análisis detrás, que anticipan una tendencia que nos llena de optimismo para este año.
P. ¿Qué dudas quedan para los inversores?
R. Si yo fuese inversor, la mayor duda que tendría es cómo de real y cuánto va a durar esto. ¿Es un tema consistente o es de corto plazo? Además, el riesgo proviene de cualquier inestabilidad. Aunque nos ven mucho mejor de lo que nosotros nos vemos. Es probable que el mayor enemigo lo tengamos en nosotros mismos. Nuestro ego se ha quedado muy tocado tras este periodo. Es importante recuperar el orgullo de pertenencia y colectivamente para recuperar eso que ya ven desde fuera.
P. El año 2015 viene cargado de elecciones, ¿eso puede generar inestabilidad? Por ejemplo, lo que pase en Grecia, ¿generará dudas en España?
R. Sin duda ninguna las elecciones pueden generar muchas dudas. Desgraciadamente crea una marca negativa ver asaltos a supermercados en la portada del Financial Times u otra serie de actuaciones que no ayudan. Los que están fuera solo perciben lo que les llega. Obviamente, es algo que preocupa a quien pone su dinero.
P. Pero ¿cómo se puede afrontar la recuperación con casi seis millones de parados?
R. De momento la cifra va bajando. Nadie se cree las cifras de paro. Se reconoce públicamente que hay un grado de economía sumergida, porque no se entiende que con un 25% de paro no haya una rebelión en las calles. La senda del paro tardará en recuperarse. Las reformas estructurales están dando sus frutos. Son datos objetivos, quitándole cualquier connotación política, pero insisto en que hay seguir trabajando muy duro.
P. ¿El cambio económico está aquí para quedarse?
R. A mí me ilusiona. Creo que está para quedarse.
P. ¿Cómo afecta la corrupción a la marca país y a las inversiones exteriores?
R. También marca la imagen del país e infelizmente no es algo anecdótico.
P. ¿Es un riesgo en España?
R. No es un riesgo, pero sí una alerta. No es un riesgo con solución aseguradora, pero es uno de los factores que se tiene a la hora de establecerse en un país. Es un tema que preocupa y mucho. La corrupción también me preocupa desde el punto de vista de los valores, de la responsabilidad social. Quiero seguir pensando que ni el país, ni el sistema, ni los partidos, ni las empresas son corruptos. Otra cosa es que haya habido personas que no han ejercido su responsabilidad como debían, que han contagiado a la mayoría. La transparencia, los valores y principios tienen que regir la actividad empresarial.