Mercadillos, magia y alegría en la vieja Europa
Más allá de los Pirineos, la Navidad se vive, pese al frío, en la calle. Nada que ver con la seriedad del resto del año.
Calles y plazas se visten de Navidad. Gente, compras, música y olores únicos de estas fechas del año. Huele a pino y a acebo, a vino caliente y a castañas; los coros alegran cualquier esquina y, aunque no quiera, se viaja años atrás. En cada lugar las fiestas se viven de diferente forma, pero la vieja Europa hace gala de las tradiciones más arraigadas, siempre al aire libre pese al frío. Solo es necesario un buen abrigo.
Primera parada: Suiza. Al borde del lago Lemán, con los Alpes (los franceses) como testigos en la otra orilla, la ciudad de Montreux da el pistoletazo de salida a la Navidad cuando abre las puertas de su Marché de Noël. Artesanía y regalos es lo primero que puede encontrarse el visitante, pero no se engañe, si se adentra descubrirá el punto de encuentro gastronómico de toda la Suiza francófona. Bocadillos de foie, queso derretido en fondues y raclettes, crepes y mucho vino para pasar cualquier tarde prenavideña.
Papá Noel cruza el cielo del mercado cada cierto tiempo, pero en el país helvético el protagonista favorito de los niños es San Nicolás y su mitra de obispo, como lo fue de Mira (Turquía), que montado en burro llega a primeros de diciembre para avisar a los pequeños de que las Navidades se acercan, recordar los momentos más importantes del año y repartir chocolate y mandarinas.
Continuando el viaje hasta Viena (Austria), es difícil no encontrarse con la Rathausplatz (plaza del Ayuntamiento), donde históricamente se instala el Christkindlmarkt. Este mercado es un lugar auténticamente mágico y mítico en Centroeuropa. En la mañana del día 24 todas las familias se retiran para decorar sus árboles y a media tarde sonará la campanilla que anuncia el inicio de la celebración. Después recibirán los regalos traídos por el Niño Jesús. También merece la pena el final del año vienés. Una vez pasada la Nochebuena comienza a instalarse el mercado del Palacio de Schönbrunn. Cambia la decoración, se aviva el ambiente festivo y se recibe al nuevo año con música y bailando el vals del Danubio azul.
La vecina Hungría y su majestuosa capital, Budapest, vive estas fechas del año con una extensísima carta de manjares típicos: carnes a la parrilla, bejgli (pastel típico navideño a base de frutos secos y semillas de amapola), chocolate relleno de mazapán o vino Tocaji con mezcla de aguardiente. A pesar del intenso frío, sus habitantes inundan plazas y calles, visitando cada tienda y saboreando estos manjares en la plaza de la Basílica de San Esteban.
Patinando sobre hielo. Así es como pasan estas fechas del año en Düsseldorf (Alemania). Además, la ciudad bañada por el Rin engalana cada plaza e invita al paseante a comprar los últimos regalos que serán abiertos en Nochebuena. Los trae el Christkind (Niño Jesús), que curiosamente suele representarlo una mujer con rizos.
Terminamos el recorrido en la medieval ciudad de Estrasburgo (Francia). Desde el siglo XVI se celebra el tradicional mercado pensado especialmente para los niños. Atracciones clásicas, música y dulces típicos que con el nuevo año dan paso a otra de las tradiciones del país galo: la galette des Rois (postre típico de Reyes Magos), que se comparte durante todo el mes de enero.
Guía para el viajero
CÓMO IR. Para llegar a Montreux puede volar a Ginebra con Iberia, Swiss o Easyjet desde Madrid, Barcelona o Málaga. Allí es posible coger un tren directo desde el aeropuerto hasta la ciudad (50 minutos). A lo largo del recorrido, disfrutará de un bello paisaje, con el lago Lemán y los Alpes de fondo. Iberia también dispone de conexiones directas a Viena y Estrasburgo. Más información: www.iberia.es y www.cff.ch.
DÓNDE DORMIR. La majestuosa ciudad de Budapest cuenta con uno de los hoteles de lujo más bellos de Europa al borde del Danubio. Un edificio art nouveau renovado enteramente para dar cabida al Four Seasons Palacio Gresham (www.fourseasons.com/budapest). Para alojarse en Düsseldorf, lo mejor es hacerlo en pleno centro de la ciudad. El hotel Düsseldorf Mitte posee todos los servicios y comodidades para ello. Encontrará ofertas en el buscador Trivago.es.
DÓNDE COMER. No es un sitio lujoso, tampoco su carta es extensa en platos, pero en Hungarikum Bistro, de Budapest, ubicado en Steindl Imre 13, podrá disfrutar de la auténtica comida húngara y del famoso gulash. Un ambiente acogedor, un tanto peculiar, acompañado de unos increíbles postres. En Viena es posible degustar un elegante menú en una de las referencias de la gastronomía austriaca, el restaurante Das Schick (Parkring 12), que cuenta también con unas bonitas vistas de la ciudad; es ideal para celebrar la Navidad.