"Si el sistema inmune es deficitario hay más alergias"
"En las revistas se dicen muchas burradas sobre alimentos para prevenir el cáncer”, asegura Investiga cómo la alimentación se vincula con ciertas enfermedades, incluso el cáncer, y cómo también influye en la gestación
Hoy recibe el Premio Carles Martí Henneberg-Instituto Danone de 2014 a la trayectoria científica. Ascensión Marcos (Madrid, 1952) es directora del Grupo de Inmunonutrición en el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Además, preside la International Society for Immunonutrition (ISIN). El jurado le ha concedido el galardón por su papel de pionera en nuestro país en el estudio de la relación entre los diferentes nutrientes, compuestos y alimentos funcionales y la activación del sistema inmunológico.
“La relación entre nutrición y sistema inmune es total. Este depende de la dieta, de nuestro comportamiento alimentario, si comemos tres o cinco veces, cómo espaciamos la comida, la cantidad y qué alimentos. Según cada alimentación, consumimos diferentes nutrientes, a veces por exceso o por defecto”, contesta Marcos a la pregunta de qué relación hay entre inmunología y dieta.
Una vinculación en la que su grupo de investigación sigue trabajando. “Ojalá fuera todo tan sencillo como aparece algunas veces en las revistas, que dicen que hay que tomar mucho de ese alimento porque va bien para prevenir el cáncer. Se dicen muchas burradas porque no se tiene información”, explica. “Aparte de la dieta, tenemos un determinado estilo de vida y una genética y eso no lo podemos olvidar nunca. Por ejemplo, cuantas más horas de sueño por la noche seguidas tengamos, mejor será el descanso, y todo esto afecta a nuestro sistema inmune”.
Ayuda de probióticos de lácteos
La investigadora Ascensión Marcos recomienda, además de cuidar la dieta y una actividad física regular moderada, la ingesta de probióticos, que son importantes porque consolidan la formación de la microbiota en el tracto gastrointestinal.
“Hay estudios a nivel internacional que señalan que los probióticos se pueden tomar en lácteos o en nutracéuticos”, productos en los que empresas de alimentación, farmacéuticas y de biotecnología llevan años de desarrollo.
“Los probióticos y los prebióticos, como las fibras, lo que hacen es conformar la microbiota, que cuanto más variada sea, será más beneficiosa”.
Sobre errores en los platos que ingerimos, asegura que comemos demasiada cantidad de proteína, grasa y azúcares y sin embargo comemos pocos carbohidratos. “Esto no es bueno. Para colmo, nos estamos dejando fuera nutrientes, como son minerales y vitaminas”. Hábitos que pueden provocar diversas patologías. “Tenemos una dieta muy desequilibrada, que da lugar a muchas patologías. El sobrepeso y la obesidad es un proceso inflamatorio, que luego provoca otros procesos de inflamación como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer”, añade.
Su consejo más básico sobre la alimentación pasa por una “dieta muy variada y comer más verduras”. Ni siquiera “es obligatorio” tomar proteínas de carne, verdura ni huevos a diario. Con tres veces a la semana es suficiente. “Todos los micronutrientes se encuentran en las frutas, verduras, hortalizas y también en los cereales. También las leches fermentadas son muy interesantes, fundamentalmente yogures, todo lo que lleve probióticos y muchos líquidos, ya que estar hidratado es fundamental porque, si no, estás abierto a infecciones, a inflamaciones e incluso a alergias”, avanza.
Sobre el cáncer, explica que hay un aspecto genético que no podemos olvidar, pero además hay un componente ambiental: “Si durante años se toman grasas saturadas, las posibilidades de padecer cáncer son mayores porque están alterando el metabolismo. El colesterol afecta negativamente sobre el sistema inmune”.
“Muchas patologías, en este momento, se asocian a que el sistema inmunitario no funciona correctamente y se desarrollan procesos inflamatorios. Uno de ellos es el cáncer”, indica. “Pero no solo es clave la alimentación, sino también el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo, el tiempo de sueño y el estrés”, apunta. “El estrés es uno de los factores más importantes que puede ocasionar los tumores, porque el estrés es el primer factor importante para disminuir el sistema inmune”, asevera.
También recuerda que, aunque hay una parte genética, las alergias alimentarias están relacionadas con las bajas defensas de los factores ambientales. “El mayor número de afectados es una realidad, sobre todo en ciudades con mucha polución. Provienen de un sistema inmunitario que no funciona apropiadamente, porque la dieta del niño no es la adecuada, ni la actividad física, ni tampoco duermen todas las horas que deberían. No es extraño que haya más alergias si el sistema inmune es deficitario”, cuenta.
Incluso en el caso de los niños más pequeños, casi recién nacidos, también se detectan más de estos trastornos. “En la gestación habría que tener más cuidado. Nosotros estamos haciendo un estudio y vemos las características de las madres con obesidad. Ahí el niño tiene muchas más papeletas de tener infecciones y más alergias. Si la madre se queda embarazada con obesidad o no vigila su peso, tiene que controlarlo mucho para que luego el niño no sufra las consecuencias”, concluye.