El efecto llamada del Gordo
Repartir un número agraciado por la lotería de Navidad se convierte para las administraciones en un importante reclamo para próximas ediciones.
“Mucha alegría y mucho ambiente”, es lo que asegura María Luisa Ron que se nota estos días en la administración número 8 de Leganés (Madrid), de la que es titular. Y es que el año pasado este establecimiento fue uno de los que más ilusión repartió durante la lotería de Navidad en forma de premio Gordo, el primero que caía en dicha localidad. Allí se vendieron íntegramente 89 series del 62246, el número agraciado en 2013 y que María Luisa Ron señala que la gente sigue solicitando este año. “Llaman para preguntar por el número y yo estoy convencida de que a muchos de ellos les ha tocado”, explica.
Convencida de que la suerte puede pasarse de nuevo por la administración, esta lotera señala que además de la ilusión se nota un mayor movimiento en las ventas (lo que incrementará las posibilidades de dar otro premio), aunque todavía no cuenta con cifras exactas al no haberse cerrado la campaña de ventas para el sorteo extraordinario del 22 de diciembre. El efecto llamada del Gordo parece hacer una vez más acto de presencia y es que, año tras año, los establecimientos que reparten alguno de los premios de la lotería de Navidad suelen experimentar un incremento en sus ingresos.
Algunas administraciones, como la Bruixa D’Or en Sort (Lleida) –que repartió en 1994 el primer premio del sorteo del Niño y posteriormente ha sumado 30 grandes premios, incluidos tres Gordos de Navidad– han logrado una importante popularidad. En este caso, su fama y la ampliación del negocio gracias a su plataforma de venta por internet la llevaron a convertirse en una de las principales administraciones por ventas del país.
Y es que en la red también hacen efecto las consecuencias del Gordo. Un ejemplo es la web líder en venta de lotería por internet, Ventura24, que en 2012 repartió el codiciado Gordo (la primera vez que sucedía a través de un canal online). Tras ello, el Head de la compañía, Aitor Cañada, señala que el cómputo de 2013 creció un 15% con respecto al año anterior. “La repercusión se notó inmediatamente. Casi un 20% de los clientes agraciados esa Navidad reinvirtieron luego en el sorteo del Niño”, recuerda.
En definitiva, a las administraciones también les toca parte del premio aunque sus titulares no lleven un décimo del número agraciado.