Metropolitan, los gimnasios cinco estrellas
Coincidiendo con sus 25 años de historia, el grupo ha abierto en 2014 cuatro nuevos centros
Es de la clase de empresas que no han hecho más que crecer mientras otras de su sector y de la economía española en general luchaban para no desaparecer. Así, Metropolitan lleva los últimos años con crecimientos del 10%, ha sobrevivido a sobresaltos como la subida del IVA en 13 puntos en 2012 –cuando pasó del 8% al 21%– y han convertido en oportunidades los desatinos de otros, aprovechando algunos centros de la competencia para instalarse en ellos.
Y es que, según su fundador y consejero delegado, Javier Pellón, ha sido en estos años de crisis cuando la compañía ha afrontado el crecimiento definitivo, ayudada por un balance sano, con apenas deuda. También ha ayudado el que “los españoles no hemos renunciado a la calidad de vida que nos da la actividad física. Nos privamos antes de salir a cenar que de ir al gimnasio”, asegura convencido.
Si los últimos años se han caracterizado por su dinamismo a la hora de abrir nuevos centros, hasta alcanzar los 22 gimnasios –6 de ellos en Barcelona y 4 en Madrid– con 100.000 m2 en total, 2014 ha sido intenso con la inauguración de cuatro nuevos, en Barcelona (Iradier), Zaragoza (Paraíso) y Bilbao (Begoña), pero especialmente uno de sus locales más cuidados, el que han ocupado dentro del reinaugurado Hotel Eurobuilding de NH. En total, 30 millones, 15 de ellos en la reforma y ampliación –1.000 m2 más– de este último en Madrid.
Pese a lo cuidado de sus centros, su consejero delegado insiste en que la marca no se dirige a ningún segmento de público en concreto. “Tenemos centros de distinto perfil y a precios variados. Desde los 60 euros mensuales que se cobran en el 80% de nuestros gimnasios, en línea con otros locales de esas ciudades, a los 130 euros de alguno de Barcelona o los 110 en Madrid”, explica Pellón; pero lo cierto es que si acude a alguno de estos últimos, no será muy difícil que vea en la máquina de al lado o contorsionándose en la esterilla de delante a algún político o empresario más que conocido.
Dependiendo del centro, disponen de salas de fitness –la inversión media en maquinaria ha rondado el millón de euros en los últimos que se han abierto–, de cycling, estudio de Pilates, piscinas de natación, pistas de atletismo, de squash, pádel, tenis o actividades dirigidas en clases colectivas. El objetivo es que el cliente encuentre lo que le apetece hacer según el momento o sus necesidades y sin que sienta que está en un gimnasio.
Las cifras
50 millones de euros es la facturación prevista al cierre de 2014, después de los 42 millones de 2013. Para 2015, prevén crecer un 10%.
22 es el número de establecimientos que tiene Metropolitan en 14 ciudades de España.
1.200 empleados conforman su plantilla. De este total, algo más de 200 se han incorporado este año. El 80% de sus empleados son mujeres o menores de 35 años.
Y es que su fundador insiste mucho en que huyen conscientemente del concepto de centro deportivo al uso: “Buscamos más parecernos a un hotel de cinco estrellas”. De ahí que las instalaciones estén salpicadas de salas de estar, sofás y lámparas con luz cálida”. El objetivo es hacer que el cliente se sienta como en casa.
Otra de las máximas de la empresa es cuidar al detalle la zona de vestuarios, “donde el socio ha de sentirse cómodo y a gusto, por lo que buscamos espacios amplios pero a la vez íntimos y confortables”, resume Pellón. Tanto es así que considera que los vestuarios son uno de los rasgos diferenciadores del producto Metropolitan.
Pero el secreto de la cadena está en que no ofrece solo servicios deportivos, sus centros también se ocupan de la salud, la belleza, el relax, y algunos cuentan con bar o restaurante. De hecho, sus ingresos atípicos –aquí hay que incluir también los parkings– representan entre el 10% y el 15% del total.
Es norma de la empresa que sus gimnasios incluyan zonas de balneario-spa, algunos tan espectaculares como el del Eurobuilding, que en pleno centro de Madrid cuenta con luz natural y playa urbana anexa. ¿A quién no le apetece un baño tras una hora de pesas, zumba o sudando en la elíptica?
“Olían a sudor y solo iban cachas”
El inicio de Metropolitan se remonta a 1989, cuando José Antonio Castro, presidente de Hesperia, y Javier Pellón, empresario del sector inmobiliario, deciden abrir un gimnasio diferente a los que frecuentaban. “Visitaba muchos y todos olían a sudor y estaban llenos de cachas”, recuerda este último. Querían que en sus gimnasios se ofreciera confort a todo el mundo y que incluso el que no fuera muy deportista se sintiera a gusto.
Así, idearon unos centros en los que las pesas han perdido protagonismo para dárselo a las máquinas –que incorporan televisiones, conectividad, redes sociales...–, asesores de entrenamiento para todos los perfiles, y en cuyos vestuarios hubiera siempre toallas limpias, jabón y colonia.
Empezaron en Barcelona. Hoy, 25 años después, los gimnasios Metropolitan ya están en 14 ciudades.