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Formación laboral

Un modelo sin periodo de aprendizaje

El mercado laboral español adolece de una falta de transición apropiada desde la formación universitaria hasta el trabajo en la empresa

Thinkstock

Los números hablan de que la población española está sobradamente formada. Hasta el 34% de la perteneciente al mercado laboral tiene educación superior, algo que deja muy atrás la media europea, que se sitúa en el 27%.

Sin embargo, esta situación ha derivado en una mala adecuación a los puestos de trabajo que demanda el mercado, ya que el 42% en España, frente al 23% europeo, sólo tiene educación básica. Es por eso que se ha producido un déficit de cualificación para las labores específicas que las empresas necesitan cubrir.

Sólo las personas que cursan estudios de formación profesional cuentan con un modelo, en España, de aprendizaje práctico integrado, por lo que también son el grupo donde menos se nota el paro, con sólo un 10% de ellos sin empleo.

Este déficit de cualificación, derivado de un modelo educativo y otro laboral que no se compaginan entre sí, ha de ser compensado por la formación permanente en la empresa. En la actualidad, esta formación, en cada vez más casos, se está derivando a una gestión externalizada y a dejar atrás las políticas de recursos humanos tradicionales que durante la crisis económica, se han revelado como ineficientes.

Uno de los aspectos más relevantes de este paradigma es que las empresas empiezan a mirar a los autónomos como el paradigma de la formación interna. Estos trabajadores por cuenta propia cuentan con la ventaja de que llevan la formación contínua incluida en su trabajo diario como una obligación competitiva.

La Fundación Tripartita, la entidad pública encargada de gestionar el crédito para la formación en las empresas, tiene en sus estadísticas de este año 2014 a 433.380 empresas haciendo uso de su crédito de formación, lo que supone cerca de un 10% menos que el año pasado, aunque hay que tener en cuenta que aún falta por contabilizar este último periodo del ejercicio.

En estas mismas estadísticas se puede apreciar que el aumento de las empresas que solicitan la formación continua para sus trabajadores no ha parado de aumentar desde el año 2004, lo que corrobora el análisis de los expertos acerca de la ausencia de un modelo de aprendizaje que sea efectivo para integrar a los estudiantes, sobre todo de la escala superior, en lo que demandan exactamente las empresas.

El papel de la Fundación Tripartita

Los cursos de formación solo pueden realizarlos entidades a las que se reconoce esa posibilidad en el Real Decreto 395/2007 por el que se regula el subsistema de formación para el empleo.

La Fundación Tripartita es la encargada de gestionar el dinero destinado a la enseñanza para el mundo laboral. Su gestión es objeto de auditorías y evaluaciones, tanto por parte de los órganos de control del Estado, Tribunal de Cuentas o la Oficina Nacional de Auditoría, como por parte de entidades externas de consultoría. "En ninguna de ellas se ha concluido la existencia de un solo caso de corrupción, que pueda relacionarse con la gestión de la Fundación Tripartita", asegura un portavoz de la organización.

Esta fundación ha trasladado durante años a las autoridades gubernativas y judiciales competentes y, en su caso a las fuerzas y cuerpos de seguridad, cuantas denuncias ha recibido sobre casos de fraude o malas prácticas y hechos ha conocido en su trabajo de colaboración con la Administración del Estado en la gestión, seguimiento y control de las ayudas y bonificaciones que financian las iniciativas de formación para el empleo.

Los casos de corrupción pertenecen a la esfera de la gestión de otras Administraciones Públicas o la formación de desempleados.

 

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