Industria propone una congelación de los peajes eléctricos en 2015
Los miembros del consejo consultivo de la electricidad de la CNMC recibieron ayer la propuesta de orden de peajes de acceso para 2015, que ha sido remitida este año por Industria al regulador con una celeridad poco habitual. Como ya venían anunciando los responsables del ministerio, estas tarifas reguladas con las que se sufragan los costes del sistema y que pagan los 27 millones de consumidores, no se modificarán en 2015.
No solo eso, sino que una de las tarifas, la 6.1, se desglosará en dos (A y B), para permitir una rebaja del 12% de los peajes a las industria vasca y navarra, según la promesa del Gobierno con el PNV en la tramitación de la Ley Eléctrica, que entró en vigor hace un año. La decisión, que ha supuesto un cambio en la metodología de los peajes elaborada en julio por la CNMC, causó un fuerte malestar en el organismo regulador.
La congelación de los peajes para el próximo año se sustenta en la estimación de un superávit de tarifa este año de 11,1 millones de euros y de otros 33 millones en 2015. Pese al “fuerte ajuste de los ingresos” de la facturación por peajes (la demanda ha sido menor de la prevista y se han producido reducciones de potencia), el sistema eléctrico se beneficiará este año, entre otros, de una recaudación añadida por el canon hidráulico, superior a los 400 millones;de un saldo de pagos por capacidad a favor del sistema por 900 millones y de la “desaparición” de la partida por servicio de interrumpibilidad (550 millones). Finalmente, según la orden, será “la demanda” la que sufrague el término fijo de la interrumpibilidad, sin compartir este coste con la eólica, tal como se planteó inicialmente.
Según la propuesta de Industria, los costes del sistema ascenderán en 2015 a 17.836 millones de euros, un 2,6% menos que en 2014, de los cuales, la partida más abultada, aunque con un fuerte recorte respecto a los peajes previos a la reforma eléctrica, sigue siendo la retribución de las renovables, la cogeneración y la biomasa:7.100 millones de euros. Le siguen la distribución, con casi 5.000 millones de euros, un 0,9%más; la anualidad por la hipoteca de los déficit de tarifa pasados, 2.969 millones, y el transporte, 1.689 millones, que se incrementa un 1,8%.
La compensación por los sistemas extrapeninsulares financiada por los peajes será de 887 millones, otra parte similar irá con cargo a los Presupuestos del Estado. También en 2015, el saldo de pagos por capacidad será de -685 millones, por lo que los costes finalmente serán de 17.151 millones.
Los ingresos regulados previstos (13.975 millones) procedentes de la facturación por peajes a los usuarios rondará los 13.500 millones, lo que supone un descenso del 1,6% respecto a 2014. Industria calcula que la demanda de electricidad en 2015 será inferior en un 1,3% (231.614 GWh) a la prevista en la orden de 2014, que resultó altamente posibilista. Además, las fuertes subidas del término fijo han llevado a los consumidores a rebajarse la potencia.
En cuanto a los llamados ingresos externos del sistema (las aportaciones del Estado) sumará 3.320 millones, de los cuales, 2.989 corresponden a la recaudación de los impuestos energéticos y 330,3 millones a los ingresos por subastas de CO2.
Una orden posibilista para un año electoral
Aunque no se cumpliesen las optimistas previsiones de cierre de 2014 que plantea Industria, y se produjese un déficit superior al 2% de los ingresos del sistema, la subida automática de los peajes a que obliga la ley no se produciría hasta 2016, por lo que el Gobierno tiene las manos libres para congelarlos, como así ha propuesto. Además, teniendo en cuenta que el déficit del sistema eléctrico depende de la voluntad de Hacienda, en un año electoral, no hay duda de que hará sus aportaciones sin discusión alguna.
Para 2015, el Gobierno ha querido corregir el error de las previsiones de la demanda de 2014, que supondrá un desfase superior a 500 millones de euros. Para el próximo año, la previsión apunta a 232.924 GWh en consumidor final, aunque los expertos lo consideran un pronóstico poco realista.
Sea como fuere, el Gobierno podrá enarbolar la bandera del superávit de tarifa en un año electoralmente complicado. En cualquier caso, los datos reales de 2014 no se conocerán hasta diciembre de 2015 y los de ese año, a finales de 2016. En cualquier caso, tampoco las empresas esperan grandes desajustes, a la vista de que la recaudación de los impuestos energéticos se va cumpliendo y de que Hacienda sigue comprometiéndose al pago de los extracostes de las islas. El problema ahora son las desviaciones anuales que van camino de convertirse en estructurales y pagan también las pequeñas empresas del sector.