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José Antonio Álvarez, nuevo número dos de Banco Santander

El glamour de la inteligencia

Cuando se intenta buscar uno de los principales rasgos que puede definir al nuevo consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, absolutamente todos coinciden en la respuesta. Amigos, antiguos y actuales compañeros, analistas, autoridades... “Es una de las personas más rigurosas, sencillas e inteligentes que conozco”, resumía el jueves una persona que le conoce desde la juventud.

Discreto como el que más, este alto ejecutivo (tanto por su estatura y corpulencia como por su cargo) nació en un pequeño pueblo de El Bierzo, en Quintana de Fuseros (León), de solo 900 habitantes. De familia de clase media, Álvarez se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela y completó sus estudios con una beca en la Universidad de Chicago, donde obtuvo un MBA (máster de Administración de Empresas).

Cuando vino a vivir a Madrid compartió piso con otros estudiantes. De esa época conserva varios amigos, con los que queda de vez en cuando como uno más. Y es entonces cuando cambia el traje, generalmente muy oscuro (negro o gris marengo, camisa blanca y la corbata roja corporativa) por los vaqueros y unos zapatos cómodos o incluso zapatillas deportivas. Y también es entonces cuando deja su característico maletín marrón que le acompaña gran parte del día.

Nació en 1960. Con dos hijos varones en edad universitaria, le encanta dar largos paseos por el campo como mínimo una vez al mes, y siempre que los viajes de trabajo a lo largo de todo el planeta se lo permiten. No hay que olvidar que desde 1987 lleva trabajando en banca. Empezó como técnico del departamento de estudios del ya desaparecido Banco de Crédito Industrial. Aunque antes (entre 1984 y 1987) fue técnico del también desaparecido Instituto Nacional de Industria (INI), en el que coincidió con el actual presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu.

Estas funciones de director financiero le han obligado siempre a viajar de un sitio para otro para explicar al mercado y autoridades supervisoras, entre otros, las bonanzas de los bancos en los que ha trabajado, las cuentas de resultados o las emisiones que iba a realizar el banco en el que estaba. Pero ha sido desde que está en Santander (fue fichado en 2002) cuando su pasaporte no ha parado de coleccionar sellos en las aduanas de todos los aeropuertos del mundo.

Álvarez pasó del Banco de Crédito Industrial a subdirector de Finanpostal, y en 1993 a director financiero de Banco Hipotecario, todos del mismo grupo público y que dio origen a Argentaria, donde es nombrado en 1995 director de gestión financiera. Con la fusión de este banco con BBV, José Antonio Álvarez mantiene su cargo, aunque ahora amplía sus funciones.

Pese a haber sido fichado por Banco Santander en 2002, varios directivos de BBVA mantienen su amistad con él. Alguno de ellos recuerda cómo “mantenía a los abogados americanos a raya en la elaboración de los folletos de emisiones”. En un momento de su trayectoria en Argentaria y posteriormente en BBVA, el actual consejero delegado de este banco, Ángel Cano, fue su jefe directo. “Ahora ambos compartirán los mismos agobios regulatorios, harán lobby bancario juntos y compartirán mantel en varias reuniones nacionales e internacionales de igual a igual”, bromea un directivo que prefiere mantener el anonimato.

En Santander fue reclamado por un antiguo jefe suyo de Argentaria, Francisco Gómez Roldán, pero Alfredo Sáenz le convierte en uno de sus hombres de confianza en el grupo. Su primera misión fue volver a sacar a Bolsa a Banesto, intervenido a finales de 1993 y vendido a Santander unos meses después. Como es lógico, le gusta leer. Pero más que novelas, historia, ensayos, etc., “devora información. Es la persona más informada que conozco. No sé de dónde saca el tiempo, pero le encanta leer todo lo que cae en sus manos sobre temas de actualidad, información”, señala un conocido suyo.

Es un apasionado de la ópera, a la que acude siempre que tiene tiempo. Puede disfrutar del fútbol, pero en compañía de sus amigos, con quienes también le gusta aprovechar los fines de semana que puede para tomarse alguna que otra cañita con ellos. “Es un ejecutivo atípico, sencillo, modesto, muy normal en el trato. Nadie puede hacerle ningún reproche”, insiste otra persona que le conoce de hace muchos años. Otra de sus características es que pese a ser un destacado ejecutivo (el número dos de uno de los bancos más importantes del mundo), “siempre transmite tranquilidad. Parece que no se altera”.

Poco amigo de los gimnasios o de practicar deporte, prefiere compartir su escaso tiempo libre con la gente, con sus amigos y familia.

Una de las cualidades que destacan las personas que han trabajado con él, además de su inteligencia, es su agilidad mental y su capacidad para escuchar y conocer a las personas. “Es muy fácil convivir con él. Puede hablar con cualquier persona, para todos tiene conversación y todo el mundo se siente a gusto a su lado”, coinciden varias fuentes, que señalan que, pese a haber dejado de fumar hace años, no es “un fundamentalista antitabaco”.

Fuentes financieras aseguran que formará un buen tándem con su nuevo segundo en el banco, José García Cantera, ahora responsable financiero del grupo, el mismo puesto que ocupaba Álvarez hasta el pasado martes, cuando por sorpresa el consejo de la entidad anunció la destitución de Javier Marín como consejero delegado y el nombramiento de Álvarez como su sustituto. Ambos tienen un perfil de técnicos, y una cultura financiera muy anglosajona, lo mismo que la presidenta del banco, Ana Patricia Botín, su gran valedora.

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